La tribu de los superpapás |
Posted: 11 Feb 2014 04:28 AM PST
Estos días están siendo de zozobra y preocupación, a nivel general. Dos hechos puntuales han sacudido la "comunidad del autismo en España", y aunque se alejen de nuestra situación personal actual, no podemos dejar de ver el riesgo que suponen para todos los niños con autismo y sus familias.
Uno ha sido la sentencia del Tribunal Constitucional que ha desestimado el recurso de amparo de los padres de un menor con TEA contra la resolución de la Consejería de Educación de Castilla y León que acordó la continuación de la escolarización de su hijo en un centro público de educación especial en lugar de en un centro ordinario, como solicitaban los demandantes. Aquí se puede leer la noticia. Más allá del debate de si estás o no de acuerdo con las decisiones tomadas por esos padres (y sus consecuencias), o sobre qué tipo de centro es más adecuado, lo que hay que defender hasta el extremo es el derecho de los padres a decidir qué tipo de educación quieren para sus hijos. Derecho que los padres de niños neurotípicos no ven cuestionados. ¿Por qué nosotros sí? ¿Acaso estamos menos capacitados para decidir sobre de las necesidades de nuestros hijos, sólo porque en algunos aspectos son distintas a las de la media? Pues no. Es más, en general estamos más capacitados, puesto que la vida y las circunstancias nos han obligado a formarnos más allá de lo que es habitual en la atención a dichas necesidades. Aún es más grave el caso de la sentencia, que contraviene lo recogido en la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Y crea un grave precedente en la jurisprudencia española. Otro, ha sido el caso que Esther Cuadrado relata en el blog La sonrisa de Arturo sobre la situación de su hijo Arturo en el colegio, un centro ordinario de escolarización preferente, y las respuestas, o más bien la falta de ellas por parte del propio centro y de la Consejería de Educación ante el requerimiento de los padres. Os recomiendo encarecidamente que lo leáis, si aún no conocéis el caso, porque esta es una realidad más habitual de lo que nos creemos: la de que se ignoren los derechos de los niños con NEE. Y el caballo de batalla, la excusa permanente de la falta de recursos. En lugar de usarla para justificar decisiones arbitrarias, no ajustadas a los derechos de los niños con diversidad funcional, debiera ser motivo de vergüenza para una administración que, como siempre, se aúpa pisando sobre los más débiles. Que decide qué es lo adecuado conforme a sus intereses, y no los de los niños con necesidades educativas especiales. De paso, les recuerdo tanto a la administración como a determinados profesionales, que hay recursos que no cuestan dinero: la motivación, la imaginación, la empatía, la creatividad. Son los que diferencian a los buenos profesionales de los mediocres. PD: por cierto, aprovecho para recordar que según la ley española, de los 6 a los 16 años es obligatoria la educación, no la escolarización. |
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