Por Grupo SM
Por José Antonio Marina
Sigo la obra de Guy Claxton desde hace mucho tiempo, cuando leí
Vivir y aprender. En los últimos años dirige un programa educativo llamado
Building Learning Power, del que os quería hablar. Más allá del “aprender a aprender”, le interesa la formación de “aprendices poderosos”, de
powerful learners, y de una cultura del aprendizaje.
Considera que hay que ayudar a formar el “sujeto que aprende”, antes de comenzar a desarrollar las destrezas concretas. Las cuatro grandes fortalezas que debe adquirir son la resiliencia (disfrutar con el aprendizaje, evitar las distracciones, ser consciente de lo que se está haciendo, perseverar en la tarea), los recursos (preguntar, relacionar, imaginar, razonar, aplicar), la reflexión (planificar, revisar, aprender de la experiencia, tener el aprendizaje como meta), la reciprocidad (equilibrar la independencia y la sociabilidad, colaborar, empatía, emulación).
Claxton examina críticamente las metáforas tradicionales de la escuela como monasterio y como fábrica, y considera que debemos sustituirla por la escuela como gimnasio del aprendizaje. La escuela como gimnasio del aprendizaje implica que se convierta en un lugar donde los chicos desarrollan sus “fortalezas del aprendizaje” y trabajan sus “músculos del aprendizaje”, para convertirse en aprendices confiados, capaces y poderosos a lo largo de su vida.
Las tres ideas clave del gimnasio del aprendizaje son:
1-Existen un conjunto de disposiciones y capacidades (los músculos del aprendizaje) que conviene que todos los chicos tengan.
2-Los “músculos del aprendizaje” pueden ser ejercitados sistemáticamente.
3-Uno de los propósitos clave de la educación es llevar a cabo este entrenamiento.
Es importante, comenta Claxton, que el lenguaje del aprendizaje se convierta en el discurso dominante en las escuelas; por ejemplo, en vez de “continúa con tu trabajo”, que se oigan expresiones del tipo: ”¿cómo vas a hacer esto? ¿Qué te resulta complicado de ello? ¿De qué otra manera podrías hacerlo? ¿Cómo podrías ayudar a otro a aprender esto? ¿En qué te has equivocado hoy? ¿Ha sido un error interesante?”.
Para crear una cultura del aprendizaje poderoso, debemos cambiar los hábitos del lenguaje que empleamos: hablar de “aprendizaje” más que de “trabajo”, utilizar el lenguaje del “podría ser” en vez del lenguaje del “es así”, sustituir el lenguaje sobre la “habilidad” o “capacidad” por las referencias al esfuerzo, la estrategia y el desarrollo del poder de aprendizaje.
No se trata de llevar a los chicos a un punto en que puedan aprender mejor, sino que cultiven el placer, la confianza y el hábito del aprendizaje. Este tipo de educación para el aprendizaje requiere un compromiso sostenido. El profesor en ella no es el controlador y fuente de todo conocimiento, sino un guía y un
coach.
Debemos cambiar la cultura de la escuela. El aprendizaje debe ser de lo que la gente hable y aplauda, los hábitos de aprendizaje deben estar imbricados en las rutinas y actividades diarias de la escuela, y los adultos deben predicar con el ejemplo.
La clave para la reforma educativa descansa en el ajuste acumulativo de estas pequeñas y específicas señales culturales y de las habilidades diarias de los profesores. Deben darse un proceso de cambio cultural en las escuelas y un cambio en los hábitos de los profesores.
Se puede encontrar información sobre los programas del BLP (el marco teórico y una guía para que las escuelas puedan aplicarlo) en los siguientes enlaces:
Y se pueden consultar los siguientes libros:
- What’s the Point of School? Rediscovering the heart of education. Guy Claxton, One World Publications, Londres, 2008.
- Building Learning Power. Guy Claxton. TLO, Bristol, 2010.
- Building 101 Ways to Learning Power. Maryl Chambers, Graham Powell and Guy Claxton. TLO, Bristol, 2005.
- The Learning Powered School. Pioneering 21st Century Education. Guy Claxton, Maryl Chambers, Graham Powell and Bill Lucas. TLO, Bristol, 2013.
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