Las maestras de infantil siempre debemos tener el oído muy atento a los defectos del habla del alumnado, así, a lo largo de los tres años que permanecen con nosotras, en la mayor parte de los casos, ayudamos a corregir problemas en la articulación (inversiones de sílabas, omisiones, sustituciones) que, aún siendo habituales, requieren de algún tipo de intervención.
Pero ahora, en este curso, detecté un problema en mi alumnado que hasta ahora no había encontrado: la pérdida de la /d/ intervocálica en las palabras acabadas en –ado, convirtiéndose de ese modo en –ao. Participios, sustantivos o adjetivos, toda palabra acabada en –ado, pasa automáticamente a –ao. No estoy hablando tan sólo de alumnado castellano hablante, también los gallego-hablantes lo hacen, especialmente cuando se expresan en castellano como si esa fuese la forma correcta.
Soy inflexible, corrijo cada uno de eses errores, porque de lo contrario, sé que se convertirán en un hábito con el que tanto las familias como las demás personas adultas son muy laxos, no hay más que escuchar las intervenciones televisivas o radiofónicas de presentadores/as, actores, actrices, políticos/as, casi todos ellos/as están
cansaos, agotaos, sobraos o
abandonaos.
Inicialmente, esta pérdida de la /d/ intervocálica en participios, era considerado un vulgarismo, más tarde ya no se daba esa distinción, pero ahora, de seguir al paso que vamos, podemos considerarlo un "hecho
consumao".
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