lunes, 21 de septiembre de 2015

Aula propuesta educativa





Aula propuesta educativa


Posted: 20 Sep 2015 08:22 AM PDT
Marc Monfort es logopeda por el Instituto Superior de Logopedia de Ghlin en Bégica y Profesor de Enseñanza Primaria y de Pedagogía Terapéutica por la Universidad Complutense de Madrid. Es director del centro Entender y Hablar en Madrid y autor, junto con Adoración Juárez, de numerosas publicaciones y materiales sobre trastornos del lenguaje.

¿Qué recogen los TEL (trastorno específico del lenguaje) exactamente?
Un TEL es una dificultad duradera en la adquisición del lenguaje que aparece desde el principio que no puede justificarse en términos de lesión adquirida, sordera, trastorno del desarrollo intelectual, trastorno neuro-motor, TEA (trastorno del espectro del autismo) o deprivación social masiva. Hay que subrayar que un diagnóstico de TEL es compatible con cualquiera de las anteriores patologías si éstas no pueden justificar por sí mismas la importancia o las características del trastorno de lenguaje: entonces se habla de plurideficiencia o de comorbilidad.

¿Cuál es su relación con el TEA? ¿En qué se diferencian? ¿Se solapan?
Como en cualquier intento de clasificación, en ésta como en cualquier ciencia, las fronteras no siempre son nítidas porque no provienen de la realidad sino de nuestra propia mente; concretamente, los síntomas lingüísticos de ciertas formas de TEL mixto se solapan con los síntomas lingüísticos de niños con TEA que disponen de bastante lenguaje; el criterio diferenciador no se sitúa entonces en el lenguaje sino en la importancia de las alteraciones en habilidades sociales y en comportamiento.
¿Es posible diferenciar un TEA de un TEL en edades tempranas?
Sí en los casos extremos, no en los casos fronterizos.
¿Son diferentes las terapias?
No esencialmente ya que las terapias son fundamentalmente sintomatológicas: de hecho la respuesta a las terapias en lenguaje constituye uno de los elementos del diagnóstico diferencial, siendo siempre mejor en TEL que en TEA, sobre todo en lo que se refiere a generalización y flexibilidad de uso.
Es usted director del centro Entender y Hablar en Madrid y vicepresidente de la asociación del mismo nombre, donde trabajan también con personas sordas. ¿Hay alguna semejanza entre los problemas comunicativos de las personas sordas y de las personas con TEA?
El centro E y H siempre se ha dedicado a distintas patologías del lenguaje; la asociación E y H agrupa únicamente las familias de niños y niñas con discapacidad auditiva. Los problemas de lenguaje y de comunicación entre niños con sordera y niños con TEA son bastante opuestos: los primeros tienen esencialmente problemas con el dominio de su idioma pero no con la comunicación en sí misma; por ello sus problemas pragmáticos son secundarios, mientras que en niño con TEA son primarios, derivan directamente de la naturaleza de su patología.
¿Cuándo y por qué debemos empezar a preocuparnos por si nuestro hijo tuviese un TEL?
Lo más pronto posible porque la eficacia de las terapias está directamente ligada a la precocidad de las mismas. De forma muy general, un niño con dificultad de comprensión debería consultar desde los 18/24 meses porque un déficit receptivo es casi siempre un indicador de algún trastorno, sea del lenguaje o de otro aspecto del desarrollo; un niño sin expresión oral o con una expresión limitada a unas pocas palabras sueltas a los 24 meses, un niño que entiende bien y habla pero no es inteligible, a los 36 meses. En estos dos casos, es posible que se trate de un simple retraso inicial que se va a compensar durante el tercer año de vida, pero también es posible que sean los primeros síntomas de un trastorno más severo y sólo alguien con experiencia en este tipo de problemas puede analizar los datos observables a esa edad.
La prevención es la palabra clave y una intervención no consiste necesariamente en sesiones de logopedia, hay también programas centrados en la interacción familiar que constituyen a menudo la primera propuesta de intervención.
¿Cómo se puede saber si un problema de lenguaje es solamente eso o esconde un problema más profundo?
Con una evaluación detenida del resto de sus habilidades, es decir, de su capacidad intelectual, sensorial, motriz así como de su comportamiento relacional. Los síntomas lingüísticos por sí solos no nos dicen nada, deben ser analizados en el contexto del conjunto del desarrollo.
¿Cómo afectan las dificultades de lenguaje a la autoestima y el autoconcepto de una persona?
La forma de expresarse forma parte de la imagen que damos de nosotros mismos a los demás y, desgraciadamente, la sociedad asocia "hablar mal" con "pensar mal". Basta para darse cuenta de ello con observar el trato que reciben en películas, obras de teatro o series de televisión los "gangosos", "tartamudos" y los mal llamados "sordo-mudos", cosa que no ocurre (afortunadamente) con aquellos que sufren trastornos motores o ceguera por ejemplo.
Vemos que la prosodia está afectada en los TEA, ¿qué dificultades presentan estas personas en esta área?
Prácticamente todas las personas con TEA presentan alteraciones de la prosodia, en distintos grados de severidad. No conocemos bien los mecanismos de dicha alteración y probablemente intervienen varios factores, algunos de ellos perceptivos y otros relacionados con aspectos muy frecuentes de su personalidad como la falta de flexibilidad.
A veces cuando un niño empieza a hablar, queremos forzarlo a que hable porque pensamos que no habla más porque no le apetece, o que no pronuncia mejor por vagancia. Por ejemplo, si nos pide algo, no se lo damos hasta que lo pronuncia correctamente. ¿Esto ayuda realmente al niño, tanto si tiene TEA como si no?
No existen "niños vagos para hablar" porque esto supondría que los niños que hablan bien lo hacen porque son "trabajadores" y que no es el caso. La adquisición temprana del lenguaje y del habla depende esencialmente, además de condiciones fisiológicas y anatómicas, de una capacidad innata que, como todas las capacidades innatas, está distribuida en la población de forma desigual.
El aprendizaje del lenguaje en niños de desarrollo típico es una fuente constante de gratificación emocional tanto para los niños como para sus familias y esto explica en gran parte la enorme actividad lingüística de los niños a partir de los 2 años. Por el contrario, el niño que tiene menos capacidad se encuentra además con una estimulación insuficiente, a menudo inadecuada e, incluso, si el retraso se mantiene, con reacciones de ansiedad, enfado, decepción. Es el clásico efecto "San Mateo": los niños con más capacidad reciben más y mejor estimulación, los niños con menos capacidad la reciben menos y en peores condiciones. La sociedad no tiende naturalmente a compensar las diferencias individuales sino a reforzarlas, aunque sea inconscientemente, y pasa lo mismo con la escuela. De ahí la importancia de los programas centrados en la interacción familiar.
Pasando a la intervención profesional, ¿cómo cree que se podría mejorar la intervención en el lenguaje? ¿Qué lagunas detecta en la intervención que se hace?
Con una detección más precoz (aquí hay que destacar la responsabilidad que tienen pediatras y profesores de infantil), con una mejor preparación de los especialistas en lenguaje, actualmente inferior a lo que sería necesario, con una mejor información a las familias de niños entre 0 y 5 años y con un acceso más democrático a los servicios de apoyo.
Teniendo en cuenta que las horas que puede pasar el niño con el profesional son pocas, ¿cómo pueden continuar o apoyar la intervención las familias en casa?
Ningún logopeda puede asumir la responsabilidad de transmitir el lenguaje y el idioma a un niño porque carece de tiempo para ello; su función es desbloquear procesos y orientar a las familias para que sean, además de buenas familias que evidentemente lo son en su mayoría, familias eficaces en su comunicación diaria. Lo mismo que los padres de un niño con sordera aprenden a modificar su forma de hablar y de interactuar con él, los padres de un niño o de una niña con TEL o con TEA necesitan aprender a ajustar su forma de escuchar y de hablar a las características de su hijo o hija. No dejan de ser padres, se convierten en mejores comunicadores.
A lo largo de nuestra vida continuamos aprendiendo y desarrollando nuestras habilidades, entonces ¿cuándo se termina una terapia? ¿Cuándo y cómo se decide que la terapia ya no es necesaria?
En algunos casos, se consigue la normalización de los parámetros cuantitativos y cualitativos que usamos para evaluar el lenguaje. En esos casos, es fácil determinar el fin de una terapia; en otros casos, la normalización no es posible entonces el límite es la propia ambición del niño (ya no tan niño) y de su familia.
En realidad, intervienen a menudo otros factores mucho más materiales (disponibilidad de tiempo, ausencia de un profesor de audición y lenguaje en un centro de secundaria, limitaciones económicas, listas de espera…). En algunos casos de mayor severidad, se puede llegar a un techo evolutivo y la ausencia de progresos objetivos al cabo de un cierto tiempo aconseja dedicar ese tiempo a otros aprendizajes probablemente más útiles.
Andrea Villarino Rúa
FUENTE:
Posted: 20 Sep 2015 08:14 AM PDT
Posted: 20 Sep 2015 08:02 AM PDT





Actividades para potenciar la educación emocional a través de los cuentos

La lectura es fundamental en el progreso del pensamiento y del lenguaje, y es clave en la adquisición de las asignaturas curriculares. Sin embargo, algo que tendemos a olvidar es que también puede tener grandes beneficios en el desarrollo de la Inteligencia emocional, especialmente durante las etapas de Infantil y Primaria, y que con sencillos trucos y actividades podemos realizar grandes avances.

Beneficios emocionales de la lectura

Los cuentos tienen la capacidad de transportarnos a otras situaciones y ponernos en la piel de personajes muy dispares. De esta manera, la lectura rompe nuestros esquemas, nos expulsa de la zona de confort y nos enfrenta a realidades que ponen en juego, entre otras, las siguientes habilidades emocionales:
  • El conocimiento de las propias emociones y su gestión.
  • El descubrimiento de las motivaciones e intereses propios.
  • El conocimiento de las emociones de los demás y la empatía.
Como maestros hemos de ser conscientes de que, con algunas pequeñas ideas, es posible trabajar estas habilidades con nuestros alumnos desde edades tempranas. A continuación, mostramos dos ejemplos sencillos para ayudar la capacidad de reconocer las emociones en otros con niños de entre 6 y 10 años.

Ejercicios para trabajar la educación emocional con los cuentos

Actividad 1. Mi mapa de emociones

Objetivo: Aprender a identificar las emociones de los demás a través de su gestualidad
Os propongo crear conjuntamente, con la ayuda del grupo clase, un mural donde se recopilen las emociones que han aparecido a lo largo del cuento que habéis leído. Como son pequeños y puede que todavía no tengan demasiada soltura con la identificación emocional, deberéis ir personaje por personaje y el maestro deberá guiar mucho la actividad. Para hacerlo, puede utilizar preguntas como estas: ¿Cómo creéis que se debe haber sentido el protagonista cuando ha perdido su juguete?, ¿y después al encontrarlo?, ¿vosotros cómo os habríais sentido?, etcétera.
A continuación, buscad fotografías en revistas y periódicos de personas que penséis que están sintiendo esas emociones que habéis escogido para el mural. Las utilizaremos para aprender a reconocer los elementos gestuales que nos permiten identificar si una persona está triste, enfadada, sorprendida, etcétera.
Para que la actividad fluya mejor, nos ayudará apropiarnos de casos reales y cercanos que el niño conozca bien. Así podemos preguntar a nuestros alumnos lo siguiente: ¿cómo reconocéis cuándo mamá está enfadada?, ¿cómo se le pone la cara?, ¿por la cara, creéis que el señor de la fotografía está enfadado o triste?, ¿os recuerda a alguien su expresión?
 

Actividad 2. Personajes contrarios

Objetivo: Aprender a conocer las emociones de los demás a través de su apariencia física y comportamiento.
Diremos a nuestros alumnos que escojan un personaje que les haya gustado (o no) al finalizar la lectura del cuento y les pediremos que busquen elementos de su aspecto o su comportamiento que muestren alguna emoción: "Creo que está triste porque siempre viste de negro", "creo que está contento porque sonríe", "me parece que es feliz porque siempre canta." Es una actividad compleja, por lo que sería bueno hacerla en parejas o en grupos.
A continuación, pediremos a los estudiantes que concreten esta emoción en frases cortas o adjetivos que nos permitan conocer con el máximo de detalle posible cómo es este personaje. Por ejemplo, podemos decir esto: "Sé que es un personaje que está contento normalmente porque canta, viste camiseta amarilla y ropa de color vivo; en las imágenes del cuento además he visto que sonríe y los ojos los tiene grandes y alegres, etcétera."
Cuando tengamos la descripción completa, la invertiremos; es decir, buscaremos o inventaremos los contrarios para cada una de las frases que tenemos apuntadas y dibujaremos ambos personajes, uno al lado del otro. De esta manera, podremos observar la representación de dos emociones contrarias a través de dos personajes y ver cómo se traducen estas emociones a gestos y comportamientos.

FUENTE:
Rocío López Valdepeñas es maestra especialista en innovación educativa y emprendimiento.

http://www.educaciontrespuntocero.com/
 
Posted: 20 Sep 2015 07:55 AM PDT


Efecto Pigmalión: por una educación sin etiquetas 
Dejar a un lado los prejuicios y las ideas preconcebidas puede ser un proceso bastante difícil, ya que se trata de un método que nuestro cerebro utiliza para simplificarnos la realidad y hacernos la vida más fácil. Sin embargo, puede tener consecuencias muy negativas en las personas que nos rodean, y más aún en nuestros estudiantes. ¿Quieres saber más sobre el efecto Pigmalión?

El efecto Pigmalión consiste en que las creencias y expectativas de una persona respecto a otra pueden condicionar su comportamiento y la manera en que se percibe a sí misma. Es decir, que si definimos a nuestros alumnos y alumnas con etiquetas como "vago", "malo", "tímido" o "rebelde", lo único que conseguiremos es reforzar ese comportamiento y que finalmente terminen por asumir que son así. Hay que tener mucho cuidado con este tipo de prácticas, ¡es muy fácil afectar de forma inconsciente el autoconcepto de los más pequeños!
Son varios los casos reales y experimentos en los que se ha podido comprobar las intensas consecuencias de este proceso, destacando el realizado por los psicólogos Robert Rosenthal y Lenore Jacobson en 1968, y que recogieron en la obra Pygmalion in the Classroom.
Sin embargo, lo interesante del efecto Pigmalión es que se le puede dar la vuelta y utilizarlo de forma positiva para motivar y aumentar la confianza del estudiante, mejorando además enormemente sus resultados académicos. El objetivo básico debe ser trabajar de forma transversal en potenciar la autoestima del alumno, siguiendo algunas pautas como estas:

  • Marca expectativas realistas y asequibles.
  • Haz juicios positivos y críticas constructivas, que le ayuden a mejorar en lugar de incidir en el error cometido.
  • Realiza una escucha activa de sus preocupaciones y opiniones, tratando de entender qué es lo que les motiva, cuáles son sus metas, cómo se sienten…
  • Pon en práctica tu empatía, entendiendo la individualidad de cada uno de tus estudiantes y respetando su diferencia.
Recuerda que, si el niño o niña se siente capaz de conseguir algo (y, además, está motivado para hacerlo), ¡podrá lograr todo lo que se proponga!
Algunos recursos que no te puedes perder

  • Juegos de autoestima y cohesión de grupo: Puede resultar muy interesante llevar a cabo periódicamente técnicas y actividades en el aula para fortalecer la autoestima individual y grupal de tu clase. ¡En este documento encontrarás ejemplos de todo tipo!
  • El profesor es el instrumento didáctico más potente: Te recomendamos este artículo sobre el tema en el blog de Escuela con cerebro, en el que hacen un interesante análisis y aportan varios ejemplos de casos reales para que te ayuden a ponerlo en práctica en el aula.
  • El peligro de etiquetar: En este interesante artículo encontrarás algunos consejos para evitar en la medida de lo posible la utilización de etiquetas con los más pequeños.

FUENTE:http://blog.tiching.com/

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