Un alumno nos dijo que su padre hacía
bonsais, por los que tuvimos que explicar en qué consistía esa técnica milenaria y
enseñar fotografías de estos "árboles en maceta". Despertó tanto interés que invitamos a los padres a venir a la clase.
Llegaron con cuatro ejemplares, un olivo, un arce, un ficus y un pino, que maravillaron a los chicos, y así fueron contándonos cómo se hacían, qué se pretendía, cómo lo lograban, los cuidados que requerían, y toda la paciente labor que había detrás de estos hermosos árboles.
También trajeron un pequeño arbusto, una
pyracantha, para tratarlo y convertirlo en bonsai. Así, mediante explicaciones, fueron mostrándonos todos los pasos a dar, las
herramientas que se emplean para tan delicadas operaciones, las partes de la planta, lo que más se valora en los bonsais, nos enseñaron algunas palabras que proceden del japonés, las d
iferentes formas clásicas que pueden adoptar,
la edad que pueden alcanzar, etc. Nos sorprendió la tarea de poda de raíces para lograr la simetría entre la copa y la raíz (debido a que cada vez que a un árbol le sale una raíz, también le sale una rama), la forma en la que lo sujetan a la maceta para así posibilitar que se vea el
nebari, la manera de alambrarlo para darle la forma deseada, y algunos elementos con los que decoran el bonsai, dándole también importancia a la maceta, o a adornos como un pequeño monje y un templo oculto en el entramado de raíces. Le dejaron tocar los diferentes tipos de tierra que emplean, para retener o drenar agua, el
pomice (pequeñas piedras pómez que se colocan en el fondo de la maceta) y la
akadama (tierra volcánica que indica la necesidad de agua). Y sobre todo, nos dieron una lección de amor por la naturaleza, del valor de la paciencia, y de didáctica.
Ver presentación.
Ante la tópica pregunta que les hicimos algunas compañeras sobre si no lo consideraban una forma de "torturar" las plantas, cercenando, modificando, podando..., la respuesta nos dejó sin palabras, ya que no lo consideraban muy diferente de lo que nosotras hacemos con nuestro alumnado mediante la educación, que no es otra cosa que mantener intacta su estructura natural, pero liberado de todo aquello que lo lisia, sacando a la luz toda su belleza y potencialidades empleando grandes dosis de paciencia, constancia y cariño. Para pensar.
En agradecimiento, en los días siguientes, los niños le hicieron un dibujo de los bonsais que nos trajeron inspirándose en
representaciones artísticas clásicas en el artes japonés. Ver presentación.
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