JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS Ya lo dijo Karl Mannheim en su conocida obra sobre la ideologÃa. No hay discurso más ideológico que aquel que se presenta como no ideológico. Y una vez más este aserto se cumple con el anteproyecto de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa con el que se pretende contrarreformar nuestro sistema educativo. El señor ministro de Educación, Cultura y Deporte, señor Wert, lo ha presentado negando explÃcitamente su condición de ideológico y alabando su naturaleza de ley aséptica y exclusivamente funcional y práctica. No es sólo que esa declaración cause cierta hilaridad (sobre todo proviniendo de alguien que es sociólogo de formación) al atribuirlo a una materia especialmente ideológica como la educación, sino que un análisis de las medidas que desarrolla tal anteproyecto legislativo muestra precisamente todo lo contrario: remiten claramente a las dos fuentes ideológicas que lo han inspirado: el neoliberalismo y el neoconservadurismo.
El neoliberalismo educativo considera la educación como un negocio y, como tal, la gestión de la educación pública debe responder a criterios mercantiles introduciendo la competitividad y los procedimientos de gestión privada en los centros educativos. Del mismo modo que el sistema educativo público, más que tener como finalidad la formación integral de los alumnos, busca para esa ideologÃa prioritariamente como objetivo último su formación para el mercado de trabajo, que en el capitalismo actual debe ser la formación una mano de obra barata y flexible, apta para adaptarse a cualquier clase de tarea o trabajo. Basta simplemente echar una ojeada al contenido del anteproyecto presentado por el ministro Wert para percibir el tufo neoliberal que desprende todo su texto. Mencionemos algunos. El currÃculo escolar se centra y da prioridad a las disciplinas instrumentales básicas en la formación de la mano de obra flexible y barata que requiere el nuevo capitalismo. Las disciplinas de carácter humanÃstico quedan minusvaloradas en el currÃculo oficial propuesto; el adelantamiento al tercer curso de la opción de elección entre Formación Profesional o Bachillerato busca la desviación hacia esta última de una gran parte del alumnado como fuente de formación de mano de obra flexible y barata. Por otro lado, los centros educativos tendrán una autonomÃa que les permita alcanzar un perfil singular buscando que se establezca la competitividad entre ellos...
La otra fuente ideológica de la que se nutre la propuesta reforma educativa es el neoconservadurismo. Esta ideologÃa considera la escuela pública gratuita como una red subsidiaria de la red de colegios concertados y privados. Esto es, la existencia de una doble red. Una red pública para la formación de las clases populares y medias, bajas, y la red privada para las élites y las clases altas. A la red pública se le atribuye la doble función de cubrir las necesidades de formación de mano de obra de escasa cualificación y la de contribuir a reproducir los valores y la cultura conservadores que permitan mantener la hegemonÃa ideológica neoconservadora sobre el conjunto de la sociedad. Concibe, además, el sistema educativo público como un filtro o un sistema selectivo que trata que la mayorÃa, los de abajo, sólo recorra los peldaños inferiores del sistema público y sólo las minorÃas, miembros de las clases altas, cubran, en el sistema privado preferentemente, todas sus etapas y alcancen asà los tÃtulos más elevados y hasta los niveles de excelencia académica.
La lectura del texto del anteproyecto muestra también por doquier la influencia de la ideologÃa neoconservadora. Entre otras, el filtro que van a suponer las tres pruebas nacionales de reválida tras cada una de las etapas del sistema educativo. La creación de una Formación Profesional Básica estigmatizadora para aquellos alumnos que no superen la Educación Secundaria Obligatoria. Las evaluaciones concebidas, contra toda la literatura didáctica, como criterios meramente evaluativos y no correctores. La ausencia de menciones concretas en el texto a las ratios de profesor-alumno va a promover la realidad de clases sobrecargadas de alumnos y convertirse asà en obstáculo (casi) insalvable para cualquier intento de educación personalizada. La gran desconfianza que emana todo el texto hacia la labor de los profesores y la desvalorización de su actividad profesional que van a suponer medidas como la que establece que éstos puedan impartir asignaturas afines e incluso ser trasladados de etapa educativa y de centro. Y en el terreno del adoctrinamiento en los valores conservadores, un mayor control del currÃculo por el Gobierno central y la sustitución de la Educación para CiudadanÃa por otra disciplina, Educación CÃvica y Constitucional, cuyos contenidos van a estar, sin duda, más en consonancia con los valores tradicionales conservadores...
No sé si el señor Wert es o no -dicen- el peor ministro de Educación de la democracia española, aunque deméritos para ello no le faltan. Pero sà es claro que ha sido un excelente gestor en la implantación de esas ideologÃas neoliberal y neoconservadora que impregnan su «wertgonzosa» contrarreforma.
ESTA LEY ES UNA VERGÜENZA.
ResponderEliminarGRACIAS POR INFORMARNOS.