Últimamente se ha escrito y opinado mucho sobre la enésima ley de educación pero, aparte de servir como arma política de unos y otros (algo propio de sociedades y democracias no consolidadas), un amigo ajeno al mundillo docente me contaba que apenas encontraba datos concretos sobre la LOMCE en los medios tradicionales. Entonces se me ocurrió hacer una entrada utilizando el
Boletín Oficial de las Cortes, noticias relacionadas y mi propia experiencia como docente, y este es el resultado.
La LOMCE destaca porque no está redactada como una ley al uso, sino que es una reforma parcial de la LOE socialista: corrige cosas pero no deroga del todo. Por tanto, si la lectura de una ley no suele ser muy llevadera que digamos, esta LOMCE es diabólicamente farragosa: es necesario tener abiertas las dos e ir saltando de una a otra para comprobar qué es lo vigente. Un ejemplo:
Diez. Se añade un apartado 4 al artículo 19 con la siguiente redacción:
«4. La lengua castellana o la lengua cooficial sólo se utilizarán como apoyo en el proceso de aprendizaje de la lengua extranjera. Se priorizarán la comprensión y la expresión oral.
En el preámbulo se repiten constantemente palabras como competitividad o empleabilidad, aunque la palma se la lleva el término economía con 14 apariciones. ¿Y qué importa eso? Pues que el argumentario de la ley está basado fundamentalmente en términos económicos y no tanto en los formativos, sociales o culturales, lo cual dice mucho de la visión de la Educación que tienen sus autores: se articula un sistema educativo dirigido a la formación de trabajadores (el currículo de Secundaria, como veremos después, está enfocado casi en exclusiva a este objetivo) muy por encima del fomento de la cultura general, el pensamiento científico, la educación artística o el espíritu crítico. Además, aparecen joyas como la siguiente:
Esta Ley Orgánica es el resultado de un diálogo abierto y sincero, que busca el consenso, enriquecido con las aportaciones de toda la comunidad educativa.
Esto roza el insulto a la inteligencia después de que la LOMCE haya sido despreciada por alumnos, profesores, asociaciones y federaciones de familias, rectores, sindicatos, toda la oposición y hasta los mismos consejeros autonómicos de Educación del propio Partido Popular: jamás una ley fue tan rechazada.
No ahondaré en sus muchas incoherencias, pero pongo un botón como muestra:
La principal diferencia del sistema educativo español con los de nuestro entorno radica en el número especialmente bajo de alumnos que transitan por nuestra Formación Profesional.
El artículo 6 ya trae cola: el gobierno central determinará casi todo el currículo (para entendernos: las asignaturas y su contenido), cosa que antes hacían las Comunidades. De nada sirve que una de las cosas positivas de la transmisión de competencias haya sido la reducción de la desigualdad educativa entre Autonomías (existe mucha más equidad hoy que en los años de la transición): volvemos a la normativa de 1970 y, lo que es peor, sin ninguna seguridad -más allá de la fe ciega- de que este cambio mejore la situación.
Empecemos con el currículo oficial (artículo 18):
Wert consideraba excesivo el número de asignaturas de la LOE (cosa que comparto), y quiso reducirlo. El primer sinsentido llega en Primaria:
desaparece "Conocimiento del Medio" y recupera el mismo currículo de la ley de 1970 devolviéndonos "Ciencias Naturales" y "Ciencias Sociales", que presumiblemente recortarán tiempo a Educación Artística y Educación Física. Con este cambio que nadie se explica y que no ataja los verdaderos problemas de la Primaria (comprensión lectora, cálculo y resolución de problemas) se sustituyen música o pintura por más contenidos memorísticos: ya aparece la
empleabilidad de la que hablaba el preámbulo.
La evaluación es una de las medidas más polémicas: vuelven las reválidas. Se desentierran las pruebas externas, iguales para todo el estado español tal y como marcaba la Ley de Enseñanza Media de 1953 y que ya fueron derogadas en el 70 por el mismo gobierno franquista después de demostrarse inútiles e injustas. En Primaria dicen que tendrán un carácter orientador e informativo, siendo obligatorio superarlas en 4º ESO y 2º Bachillerato para titular. En realidad ya se sabe sobradamente de qué van a servir porque en Madrid lo sufrimos desde hace años: la elaboración de rankings de centros y el etiquetado de alumnos desde 3º de Primaria. Ahí va una parte del artículo 120:
Las Administraciones educativas publicarán los resultados obtenidos por los centros docentes.
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Las clasificaciones por centros crean desigualdades, famas inmerecidas, desarreglos organizativos y fomentan la mala praxis. Yo lo vivo de primera mano: ¿cómo mejora un centro señalado socialmente con el dedo? ¿Qué alumnado atrae? ¿Qué profesores recaen en él y cuál es su motivación? En Inglaterra, único país de nuestro entorno que hizo clasificaciones de manera similar a esta, las eliminó tras comprobar que crearon auténticos guetos y multiplicaron las diferencias entre centros condenando a los alumnos de zonas difíciles a un fracaso escolar casi asegurado. Además, los rankings incitan a trabajar en la publicidad y la fachada antes que en el trabajo pedagógico y la integración. No se le escapa a nadie que los colegios privados y concertados siempre sacarán mejores medias: entre sus alumnos apenas cuentan con inmigrantes, alumnos con necesidades, casos conflictivos... aunque las notas individuales más altas suelan ser, casi sin excepción, de alumnos de centros públicos.
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Del etiquetado, y más aún tan temprano, es difícil escapar: 3º de Primaria, 6º de Primaria, 4º ESO, 2º de Bachiller... Eso crea diferencias y desigualdades por su propia naturaleza. Los alumnos con dificultades que tengan suficientes recursos económicos y una familia preocupada por su formación tendrán posibilidades de remontar, pero el resto ya puede pensar en una alternativa a los estudios porque este sistema no les ofrece ninguna solución. Así de claro, demos gracias a los recortes: eliminación de aulas de enlace y aulas de apoyo, programas de educación compensatoria, profesores especialistas y equipos de atención temprana, profesores para organizar desdobles, programas de mejora... Prácticamente han acabado con toda la atención a la diversidad.
Lo de la Religión es un capítulo aparte: se refuerza en todas las etapas obligatorias contando para las medias y la obtención de becas igual que las materias principales, y se blinda su presencia relegando al resto. El adoctrinamiento cristiano -o su alternativa- será obligatorio, y en el primer ciclo de ESO solo se podrán elegir de 1 a 4 asignaturas de entre Cultura Clásica, Música, Educación plástica, visual y audiovisual, Iniciación a la actividad emprendedora y empresarial (su nombre lo indica todo: se apuesta totalmente por la contribución a la economía antes que a la formación), Segunda lengua extranjera, y tecnología. Es decir, el mantenimiento de la catequesis -o su alternativa- limita las alternativas de formación a los alumnos cuyo coste es pagado por todos los españoles: curiosamente es el único departamento que no ha sufrido recortes de personal ni de presupuesto desde el inicio de la "crisis". Aquí está la prueba de la imposición moral y religiosa de la LOMCE, basada en los preconstitucionales acuerdos con la Santa Sede:
Ochenta y siete. La disposición adicional segunda queda redactada de la siguiente manera:
«Disposición adicional segunda. Enseñanza de la Religión.
1. La enseñanza de la religión católica se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español.
A tal fin, y de conformidad con lo que disponga dicho Acuerdo, se incluirá la religión católica como área o materia en los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para los centros.
En 4º de ESO ya se podrá elegir itinerario hacia Bachillerato o hacia FP, según la motivación y las capacidades de los alumnos. Esta es una de las pocas medidas que bajo mi punto de vista tiene algún sentido: era ilógico mantener a chavales de 15 o 16 años en un grupo ordinario cuando tenían claro que no querían seguir estudiando ni su meta era promocionar a Bachillerato. Pienso que a esas edades se deben multiplicar las opciones y proponer medidas viables que mejoren lo que existe.
El artículo 109 (programación de la red de centros) y el 116 (conciertos) son una trampa mortal:
109. 2. Las Administraciones educativas programarán la oferta educativa de las enseñanzas que en esta Ley se declaran gratuitas, teniendo en cuenta la programación general de la enseñanza, las consignaciones presupuestarias existentes y el principio de economía y eficiencia en el uso de los recursos públicos y, como garantía de la calidad de la enseñanza, una adecuada y equilibrada escolarización de los alumnos con necesidad específica de apoyo educativo, tomando en consideración la oferta existente de centros públicos y privados concertados y la demanda social.
116. 1. Los centros privados que ofrezcan enseñanzas declaradas gratuitas en esta Ley y satisfagan necesidades de escolarización, en el marco de lo dispuesto en los artículos 108 y 109, podrán acogerse al régimen de conciertos en los términos legalmente establecidos, sin que la elección de centro por razón de su carácter propio pueda representar para las familias, alumnos y centros un trato menos favorable, ni una desventaja, a la hora de suscribir conciertos con las Administraciones educativas o en cualquier otro aspecto. Los centros que accedan al régimen de concertación educativa deberán formalizar con la Administración educativa que proceda el correspondiente concierto.
Lejos de recortarlos y normalizar la red pública, se blindan los conciertos educativos ampliando su libertad y flexibilidad aunque se trate de centros que separen a los alumnos según su sexo: seguiremos subvencionando con dinero público a empresas privadas (mayoritariamente órdenes religiosas) en beneficio de unos pocos, siendo junto a Bélgica el único país de toda Europa donde existe esta modalidad público-privada que encarece considerablemente la Educación a las familias. Cabe recordar que, siempre según la OCU, "
El 91% de los centros concertados obliga al pago de cuotas" (algo prohibido por ley), y que "
Los colegios concertados son un 69% más caros que los públicos". Con la iglesia hemos topado: privatización encubierta y religión impuesta en estado laico, todo en uno.
Para la LOMCE es fundamental el artículo 122.bis, sobre las acciones destinadas a fomentar la calidad de los centros docentes:
3. El proyecto educativo de calidad supondrá la especialización de los centros docentes, que podrá comprender, entre otras, actuaciones tendentes a la especialización curricular, a la excelencia, a la formación docente, a la mejora del rendimiento escolar, a la atención del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo, o a la aportación de recursos didácticos a plataformas digitales compartidas.
Pongamos un ejemplo: el IES San Mateo de Madrid fue designado a dedo para impartir el Bachillerato de excelencia: ¿qué alumnos se matriculan allí? ¿Por qué se elige ese y no otro de Vallecas o Villaverde? Wert aboga por la selección natural más salvaje sin que intervenga la Administración, pero ¿qué pasa con tantos y tantos centros de los barrios periféricos, en los que hay innumerables necesidades y diversidad a patadas? Estarán obligados a especializarse en la mejora del rendimiento o apoyo educativo y que, gracias a esa etiqueta, ya sabemos qué perfil están abocados a acoger. En vez de luchar para que todos los centros cuenten con la especialización suficiente (modelo finlandés, uno de los mejores),
se segrega y aumentan las diferencias entre barrios y centros: los beneficiados, seamos sinceros, serán los de siempre mientras que los perjudicados deberán ir sobreviviendo, algo que ya ocurre en Madrid con la
"guetificación" que está creando la normativa (es normal ver colegios públicos con un 80 y 90% de inmigrantes, cientos de familias en riesgo social,
casos de malnutrición como los aparecidos en Alcorcón... mientras los concertados de enfrente acogen un alumnado totalmente diferente). ¿Quién decide esa especialización y con qué objetivo? No es difícil acertar.
El artículo sigue:
4. (...) El director dispondrá de las siguientes facultades:
a) Establecer requisitos y méritos específicos para los puestos ofertados de personal funcionario docente, así como para la ocupación de puestos en interinidad.
b) Rechazar, mediante decisión motivada, la incorporación a puestos en interinidad de personal docente procedente de las listas centralizadas. Esta decisión deberá ser refrendada por la Administración educativa correspondiente.
c) Cuando exista vacante y financiación adecuada y suficiente, proponer, de forma motivada, el mantenimiento de profesores funcionarios que, habiendo trabajado en los proyectos de calidad, sean necesarios para la continuidad de los mismos.
O lo que es lo mismo: profesores a dedo por encima de oposiciones, listas, méritos públicos... Así se riza el rizo: quien proteste, no comparta las directrices del director o se "menee" más de la cuenta, podría ser rechazado. La bofetada a la pluralidad es evidente, ya que se busca el pensamiento único y el silencio del funcionariado. Y si a los directores les van a colocar a dedo (ver artículo siguiente), está claro que esto tiene pinta de purga ideológica como no había existido en la legislación educativa desde los tiempos de la posguerra.
Pasamos al artículo 127 sobre las competencias del Consejo Escolar: a este órgano lo dejan con las mismas funciones que un florero, eliminando la participación y la toma de decisiones que será competencia única de la Administración (es decir, inspectores y cargos intermedios nombrados a dedo por el partido político que gobierne en ese momento). Como vemos, la LOMCE no contribuye a formar una sociedad culta, moderna y participativa, sino que todo lo arregla por el dedazo y el "porque yo lo digo": no valdrá de nada la opinión de padres, profesores, representantes de asociaciones, personal de administración...
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En definitiva, la LOMCE es un retorno a los años 60 y 70. Pretende matar moscas a cañonazos pero apunta en la dirección opuesta a los verdaderos problemas: comprensión lectora, base cultural, cálculo, formación del profesorado, distribución del alumnado, recursos... Es segregadora porque favorece a los que ya tienen y olvida a los que más necesitan (falacia del merecimiento), totalmente adoctrinadora (se refuerza una increíble campaña de captación cristiana a coste cero para la iglesia) y
sirve de trampolín a la privatización educativa bajo el falso argumento de que "los conciertos salen más baratos". Se acabó la Educación Pública tal y como la habíamos conocido hasta ahora.
De todas maneras, lo peor es lo que no aparece en la ley:
decenas de miles de alumnos se quedan sin Universidad por
no poder pagar las tasas (hijos de obreros sin acceso a la Educación, como hace 50 años), aprueban
despidos masivos de docentes en toda España, se imponen
cierres de colegios e institutos públicos, las alternativas como las
Escuelas Oficiales de Idiomas suben sus precios un 55% o
incluso un 200% dependiendo de la Comunidad, ha desaparecido la formación continua del profesorado (ahora debemos pagar de nuestro bolsillo la formación que elijamos, siempre fuera del horario laboral), las
campañas de desprestigio a toda costa de los docentes están a la orden del día... Opino que es una ley equivocada, obsoleta, inadaptada a los tiempos actuales, impropia de una sociedad moderna, incapaz -por decisión propia- de formar ciudadanos participativos y comprometidos, y cuyo mensaje está más que claro:
"ya decidimos nosotros por ti, porque tú no sabes". Para finalizar, me quedo con
la definición que Javier Gallego "Crudo" dio de la LOMCE en su
programa de radio:
Ley de Ordeno y Mando de la Conferencia Episcopal.
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