UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 06 Apr 2014 10:55 AM PDT
Davy fue el primero en aislar el magnesio, el bario, el estroncio, el calcio, el sodio, el potasio, el boro, el cloro y el litio, y también parece que fue el primero que construyó una luz eléctrica aunque él decía —como muchos buenos científicos— que su principal descubrimiento había sido su discípulo y ayudante, Michael Faraday. Uno de los gases más prometedores para el Instituto Neumático Médico era el óxido nitroso. Con los resultados de sus trabajos, Beddoes y Watt publicaron conjuntamente un libro titulado "Considerations on the Medical Use and on the Production of Factitious Airs" (1794), en el que se incluían dos diseños de Watt, una máquina que producía "gases artificiales" y un "respirador" para inhalarlos. Beddoes confiaba que la tuberculosis, uno de los azotes históricos de la Humanidad, y otras enfermedades se podrían curar con la administración de este gas. El óxido nitroso fue sintetizado por primera vez por Joseph Priestley en 1772 calentando limaduras de hierro sumergidas en nitrato amónico y pasando el gas resultante (NO) por agua para eliminar las impurezas. Priestley, descubridor de otros gases como el oxígeno, el dióxido de carbono, el monóxido de carbono o el dióxido de azufre, lo llamó aire nitroso flogístico. Humphry Davy pensó que podría ser útil para un malestar corporal inducido por uno mismo: las resacas. Su cuaderno de laboratorio indica que las primeras pruebas fueron positivas y el malestar tras el consumo excesivo de alcohol disminuía tras la inhalación del gas. A partir de esos datos prometedores, Davy puso en marcha toda una serie de experimentos, volviendo al laboratorio por la noche, imagino que después de tomarse una buena cantidad de pintas y copas de sherry, registrando la evolución de sus resacas. Finalmente construyó una cámara estanca donde se sentaba durante horas inhalando cantidades importantes de gases y anotando sus efectos. Sus pruebas con algunas moléculas incluyendo el óxido nítrico y el monóxido de carbono estuvieron a punto de costarle la vida varias veces, no se sabía que algunos gases eran venenosos o que otros podían dañar las mucosas respiratorias. Tras estas experiencias de Davy los riesgos quedaron mucho más claros aunque a él tuvieron que sacarle varias veces en un estado lamentable de su cámara de experimentación. Davy tenía claro un objetivo de la Ciencia moderna: llevar los descubrimientos al gran público, educar a la sociedad, conseguir el interés de, al menos, los más cultos.
Al inspirar por primera vez el óxido nitroso, noté una sensación muy placentera por todo el cuerpo, parecida a una que recuerdo después de volver de una caminata por la nieve y entrar en una habitación caliente. El único movimiento que me sentía inclinado a hacer era reírme de aquellos que me estaban mirando.
De esas experiencias surgió el nombre común del óxido nitroso: el gas hilarante o gas de la risa. Como podemos suponer, el gas se volvió muy popular entre los amigos y conocidos de Davy que organizaban los "laughing gas parties", fiestas donde se inhalaba óxido nitroso como elemento recreativo, pero el ámbito no se restringió a los palacios pues muy pronto distintos feriantes recorrían la geografía para ofrecer en las fiestas de los pueblos el famoso "gas de la risa". A veces la historia nos marca de una forma oblicua. El Reino Unido, el país donde Priestley fabricó el óxido nitroso y donde Davy exploró sus posibilidades terapéuticas es también el país donde su consumo ilegal está más extendido. Un 6% de los jóvenes británicos lo ha inhalado, en particular en festivales de música y se pueden comprar cilindros con gas hilarante por precios tan bajos como 3 euros. La experimentación con el óxido nitroso fue el primer trabajo importante de Humphry Davy y publicó sus observaciones en el libro "Researches, Chemical and Philosophical" (1800), una obra muy atractiva y que se vendió muy bien, lo que ayudó a aumentar su popularidad. Su cuaderno de laboratorio recoge una gran variedad de experimentos para ver su eficacia y entre ellas dejó escrito que el óxido nitroso producía analgesia. Davy se lo aplicó para una inflamación de las encías y pensó que puesto que "… parecía capaz de destruir el dolor físico, podría quizá aprovecharse durante las operaciones quirúrgicas en las que no haya una gran efusión de sangre". A pesar de esas posibilidades como anestésico, quizá por su mala fama como una sustancia usada para la diversión de jóvenes diletantes, no se usaría por los cirujanos o los dentistas hasta 44 años más tarde. Algo parecido sucedió con el éter, que se usaba en fiestas (juegos con éter o "ether frolics") y tardó en valorarse su uso serio para la supresión del dolor. En 1844, Gardner Quincy Colton, que iba por Estados Unidos haciendo demostraciones del óxido nitroso, actuó en Hartford, Connecticut. Entre la audiencia, había un dentista local llamado Horace Wells que vio que uno de los lugareños, bajo los efectos del gas, se daba un fuerte golpe en la pierna pero no parecía darse cuenta de ello hasta un buen rato después, cuando se le pasó el efecto de la inhablación. Wells y Colton pactaron hacer una prueba y al día siguiente otro dentista le sacó una muela a Wells en su consulta bajo los efectos del gas. Al ver con enorme sorpresa que no sentía dolor decidió incorporarlo a sus operaciones pero, s En relación con la investigación cerebral, el óxido nitroso es de un enorme interés pues mientras que los demás anestésicos actúan por uno de dos mecanismos: o bloquean un tipo específico de receptores cerebrales excitatorios (glutamato NMDA) o aumentan la inhibición gabaérgica, rebajando en ambos casos la transmisión del dolor, el óxido nitroso, a concentraciones como las que usan los anestesistas, inhibe las corrientes iónicas y la neurodegeneración excitotóxica mediada por los receptores de glutamato del tipo NMDA bloqueando parcialmente la actividad de las propias neuronas. Es decir, tiene un mecanismo peculiar y único, que abre nuevas ventanas al cerebro. Por otro lado, también están claros en la actualidad sus riesgos. Como otros antagonistas NMDA, el óxido nitroso tiene efectos secundarios neurotóxicos que pueden prevenirse administrando simultáneamente medicamentos que aumenten la inhibición gabaérgica. La ciencia avanza por vericuetos imposibles de predecir en el largo plazo. Humphry Davy dijo una frase que lo expresa muy bien
Nada es tan fatal para el progreso de la mente humana como suponer que nuestros puntos de vista sobre la ciencia son lo último, que no hay misterios en la naturaleza, que nuestros triunfos son completos, y que no hay nuevos mundos que conquistar.
El óxido nitroso es un buen ejemplo. Recientemente ha adquirido un nuevo protagonismo en un ámbito totalmente diferente: es un potente gas invernadero y su control es parte de los esfuerzos para intentar detener el cambio climático. Un 70% del que llega a la atmósfera se produce de forma natural y el 30% restante es generado por la actividad humana. Para leer más:
|
You are subscribed to email updates from UniDiversidad. Observaciones y pensamientos. To stop receiving these emails, you may unsubscribe now. | Email delivery powered by Google |
Google Inc., 20 West Kinzie, Chicago IL USA 60610 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario