La princesa de las alas rosas |
Posted: 12 Dec 2014 02:11 PM PST
FUENTE DE ESTE ARTICULO:Facebook ASPAU
No puedo permitirme el lujo de tener ira aunque mi hijo Kreed tenga Autismo. La ira alimenta el caos y la desorganización y el odio. No he de estar enfadada porque mi hijo, Kreed, haga esto o aquello o deja de hacer esto o aquello. Estar enojado, no resuelve nada. Es improductivo. No me hace más feliz.
Se quita la alegría. Se quita la felicidad. Cuando me enfado con cualquiera de mis hijos, inevitablemente, hace que la situación empeore. Kreed no sabe hacer las cosas de otro modo. Incluso si lo hace, no siempre puede comprender sus consecuencias y su hermano, que tiene el síndrome de Asperger, es aún incapaz de ver las consecuencias a largo plazo.
Tendría motivos para estar enfadada por muchas cosas. La mayoría de la gente no siempre me oyen hablar de esto. Soy paciente, Kreed me ha enseñado a vivir en el ahora, que disminuye la ira - todo lo que veo es lo que está delante de nosotros en este momento , y yo tengo que tratar con él.
Claro, algunas personas no pueden entender porque no tengo estos enormes y estupendos sueños para el futuro. Pero ¿por qué? No puedo predecir el futuro. No puedo cambiar el pasado. Tengo mi presente. Puedo mejorar mi situación del pasado, y puedo planificar para el futuro.
Podía sentir rabia contra la vida con lo injusta que ha sido con Kreed. Podía sentir rabia sobre cómo me gustaría que fuera nuestra vida - que si las cosas hubieran ido de otra manera, estaría conduciendo, tendría citas con chicas o pensaría en la universidad. Pero ¿por qué? No es nuestro presente. No es nuestra vida. Mi vida me la está dando Kreed la vida más feliz posible y siempre, siempre, he de enseñarle lo que continuará para interactuar con su entorno y la gente, de la manera que él quiere. Esa es nuestra vida juntos. No puedo separar mi vida de la suya, porque estamos conectados en unos niveles en los que la mayoría de la gente nunca lo entendería.
Una gran cantidad de personas que luchan en el mundo del autismo. Algunos luchan contra el diagnóstico. Algunos luchan sobre el lenguaje del autismo. Algunos luchan sobre el espectro del autismo. Algunos luchan sobre las bendiciones y las maldiciones y terapias. Al final del día intento no involucrarme demasiado en nada de esto. ¿Por qué? No tiene que ver con mi vida con Kreed. No importa ya lo que comenzó Kreed por este camino, sólo la progresión. No me importa lo que hagan otros chicos porque no viven en nuestra vida. No lucho acerca de la terapia porque Kreed tiene 17 años y sabemos lo que funciona y lo que no, y no me importa si otras personas hacen lo mismo o no - nuestros hijos no son iguales.
Yo no tengo el lujo permitir enfadarme, estoy demasiado ocupada inmerso en su vida todos los días, 24 horas 7 días a la semana para preocuparme por esas cosas.
No tengo el lujo de imaginar una vida diferente o mejor. La vida es como es. Ya sea ayudando Kreed a tener éxito en la comunicación o su hermano para tener éxito en ser independiente - son los niños que fueron traídos a este mundo con la promesa de que serían amados incondicionalmente y yo los apoyo para cumplir sus sueños. No importa si el autismo entró en escena o miles de asuntos médicos de Asperger o de Kreed. Simplemente es lo que es. No puedo cambiarlo, pero puedo hacer que las cosas mejoren.
Algunas noches me podría a llorar. Algunas noches me podría a gritar. Soy humana. Algunas noches me siento adormecer. El cuidado de Kreed es 24 horas al día, siete días a la semana para toda la vida. Algunas días son llevadreos, otros días se enfurece sin causa, y yo sólo le mantengo a salvo. Yo siempre trato de entenderlo. Yo no me enojo por mucho tiempo porque el tiempo es demasiado corto y precioso para eso.
Estamos trabajando duro para hacer lo que la gente nunca pensaban que seria posible y para hacer entender a las personas que nuestros hijos no tienen límites. Cuanto más pueda ayudar a Kreed, a manejar sus emociones, aprender a comunicarse y disfrutar de su tiempo en un lugar público, mejor será nuestra vida.
Así que me levanto cada día de nuevo y me esfuerzo por hacerlo mejor que el día anterior. Si yo estaba enojada ayer, trato de encontrar más alegría en el nuevo día.
Y para los niños afectados y que luchan, no podemos permitirnos el lujo de enfadarnos, porque al final del día no resuelve nada para nosotros. Y necesitamos soluciones y el aprendizaje y la enseñanza y la felicidad y la alegría. Esa es nuestra verdad.
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