Nos gusta mucho esta iniciativa de la editora Urco, sobre la que ya hemos hablado en otra ocasión, por ello nos alegramos de que la colección "
Os libros da merenda" crezca con 4 títulos nuevos que siguen manteniendo el precio de 2,50 euros.
Son unos libros pequeños, con una historia amable y divertida, acompañada de unas ilustraciones sencillas al tiempo que muy explícitas, lo que nos lleva a pensar en otras publicaciones de más elevado coste y que pese a todo, por el contrario, no logran seducir a los niños y niñas. Una rana perezosa, una oveja sabia, una zanahoria resabiada, un pollo valiente, un burro goloso, un cerdo maloliente..., que tienen vida y cualidades más o menos deseables, que conviven con otros animales, una historia con ritmo y rima, bien contada en un gallego muy afinado, con un texto aligerado de todo lo superfluo. Aun llevando dentro un mensaje potente (la alimentación, la amistad, la generosidad...) aprovechable en la escuela, ésta no se superpone a la historia ni distrae del placer de escucharla.
En algún momento, se debería reflexionar sobre la finalidad de las historias infantiles. En cualquier caso, Urco abre una nueva vía en el ámbito de las publicaciones dirigidas al sector infantil.
"Os libros da merenda" es una apuesta muy en la linea de esta editorial llevada por gente joven, con unas concepciones diferentes sobre las formas de proporcionar libros a niños/as y chicos/as, primando el fomento de la lectura sobre el negocio. Cualquiera de sus obras podrían publicarse en otros formatos -más costosos-, pero ellos prefieren llegar a todos los bolsillos aligerando costes en la edición. Por otro lado, prescinden de toda la parafernalia que supone la presentación de los libros, la publicidad y encuentros con los autores; así, en este caso, se ocultan bajo los seudónimos de Martinho Terrafría y Vladimir Zatonski.
Como lectoras, siempre nos preguntamos por qué las editoras -si quieren hacer lectores- no sacan sus libros en ediciones de bolsillo -mucho más asequibles-, y luego, en función del éxito que tengan -y para quien lo desee- en formatos más costosos, y no al revés como se hace habitualmente.
En algún momento, también deberíamos reflexionar sobre lo que quedaría de muchos libros infantiles si se le suprimiesen todos los "adornos" con los que hoy se disfrazan, aún así, ¿nos contarían alguna historia que mereciese la pena recordar?
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