Primera reunión (y creo que será la última) con la tutora de mi hija que cursa 2º de Bachillerato en un grupo con casi 40 alumnos y en unas condiciones bastante malas por sonoridad, espacio... La desgana con que nos habla es cuanto menos, llamativa. Insiste en que están desbordados y que ya trabajan el máximo de tiempo establecido. Ante la pregunta de si se pueden o no hacer desdobles, nos responde que no tienen recursos para eso y que ya hacen todo lo que pueden. La reunión de tutoría de principios de curso de mi segunda hija, esta vez en tercero de ESO, todavía no se ha celebrado.
En cualquier caso, entrego mis hijas a dos centros cada día de los que desconozco a los profesionales que pasan con ellas muchas horas a la semana y que influirán, irremediablemente, en su futuro. Creo que las familias no nos merecemos esto.
La mayor me avisa de que hay asignaturas, ya a estas alturas, que se han convertido en un verdadero cachondeo y que es prácticamente imposible dar clase. Y la selectividad en unos meses.
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