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Aula propuesta educativa |
Posted: 21 Feb 2016 03:18 PM PST
Importancia del conocimiento del cerebro para el adecuado ajuste del tratamiento de la dislexia
La dislexia es un trastorno mucho más común de lo que imaginamos ya que afecta a más del 10% de la población (casi 5 millones de españoles). Esto significa que en una clase de 30 alumnos, al menos 3 de ellos son disléxicos.
Se trata de una dificultad para el aprendizaje de la lecto-escritura, que obstaculiza la capacidad para distinguir y memorizar las letras, el ritmo y orden de su colocación para formar palabras, y la decodificación fluida de cualquier símbolo del lenguaje, produciendo una mala estructuración de las frases. Estas dificultades provocan en el niño problemas en el proceso lector, en la escritura y en la ortografía.
Cuando las personas disléxicas leen, tienen que dedicar toda su atención a decodificar el sonido de las diferentes letras y pronunciar la palabra. Esto provoca un colapso en su memoria de trabajo dificultando, de este modo, la utilización de otros recursos mentales superiores como la comprensión.
Generalmente, se da en niños y niñas con una inteligencia normal y la dificultad que tienen para leer no afecta a sus otras habilidades cognitivas. Es más, es frecuente que las personas disléxicas agudicen más profundamente sus sentidos y desarrollen un alto nivel de inteligencia y capacidad creativa. De hecho, el pensamiento visual de los niños disléxicos es mucho más profundo. En la adultez, muchos disléxicos han tenido carreras prometedoras en arquitectura, diseño o pintura, porque pueden visualizar lo que quieren hacer antes de ponerse a ello. En este sentido, muchos personajes célebres han sido y son disléxicos: el que fue el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, el pintor Pablo Picasso o Boris Izaguirre, presentador de televisión que quedó finalista al Premio Planeta, o el mismísimo Albert Einstein. Pero en la evolución de la vida de los disléxicos, la frontera entre el éxito y el fracaso es demasiado estrecha.
Origen
Este trastorno tiene un origen neurobiológico. Surge por un déficit en las conexiones neuronales que procesan el lenguaje durante la formación del feto. Durante el proceso de migración de las neuronas desde el tubo neural, donde están las células madre, a la corteza cerebral, algunas neuronas no se sitúan en el lugar adecuado y las células mal colocadas no forman conexiones. En esa red de cables, las zonas afectadas quedan como un nudo, cada uno de ellos se llama ectopia y permanecerá para siempre en el mismo estado. Ello provoca que la persona tenga dificultades para acceder a la información que está almacenada en las regiones desconectadas. Estas zonas se encuentran en las áreas frontales y temporales relacionadas con el lenguaje.
Concretamente, el deterioro cognitivo alcanza 3 zonas cerebrales muy específicas del hemisferio izquierdo, y que están implicadas en los procesos lectores.
Los estudios de neuroimagen han encontrado anomalías estructurales en áreas cerebrales involucradas en las destrezas lectoras (Frank y Pavlakis, 2001), como el Planun Temporale, opérculo parietal -más pequeño en disléxicos que en controles- (Habib y Robinchon, 1996), aparición de un surco extra en la región frontal inferior, (Clark y Plante, 1998) o anomalías en el cerebelo y en las comisuras cerebrales, especialmente en el cuerpo calloso.
Asimismo, diversos estudios han demostrado la existencia de una base genética de la dislexia, por lo que es frecuente que diversos miembros de una misma familia estén afectados por el trastorno.
Síntomas
La dislexia es muy cambiante y sus síntomas suelen variar de un niño a otro. Por lo general, es más fácil de diagnosticar cuando el niño empieza a leer, que suele ser en Educación Primaria. Pero antes ya aparecen una serie de síntomas y signos característicos de este trastorno. Algunos de los más frecuentes son:
Una vez que el niño comienza la escuela primaria los síntomas y signos más evidentes son:
Tipos de dislexia
Aunque la sintomatología que presenta este trastorno suele ser común, existen diferentes tipos de dislexia y se desarrollan de forma muy dispar según el niño. En un primer nivel, se diferencian dos tipos de dislexia:
No todos los grados de dislexia presentan la misma gravedad, pero es fundamental diagnosticarla y tratarla cuanto antes para evitar posibles inconvenientes en el desarrollo cognitivo, emocional y social (pérdida de autoestima, frustración, fracaso escolar o problemas para dormir, etc.).
Complicación en su detección
Es un trastorno difícil de detectar, ya que generalmente se confunde con pereza, falta de motivación o interés por parte del alumno. Comienza a ser detectable en la etapa de preescolar y, a diferencia de lo que se pensaba hace unos años, no desaparece en la etapa adulta. A menudo se reconoce porque los niños con dislexia suelen empezar a hablar bastante tarde, su nivel de comprensión oral y su vocabulario es inferior a la media de los niños de su edad, muchas veces confunden palabras fonéticamente similares, tienendificultad para decodificar palabras aisladas, para leer palabras raras, su lectura es lenta, les cuesta nombrar figuras, cometen muchos errores en los test de elección múltiple y tienen problemas con la ortografía, (por ejemplo intercambian letras gráficamente parecidas, como podrían ser la b y la d, o la p y la q), también presentan aparente falta de atención y concentración y suele haber una historia familiar conproblemas de lectoescritura. Todo ello implica realizar un enorme esfuerzo para leer y escribir, lo que comporta que se cansen y empiecen a distraerse y resistirse a esta clase de tareas. Este tipo de conductas unidas a una falta de formación en estrategias de detección del trastorno durante el proceso escolar, lleva a que muchos profesores u otros adultos lo confundan con una falta de esfuerzo, interés o de capacidad del niño que la padece.
Por todo ello, es muy importante detectar la dislexia en edades tempranas, que es cuando el cerebro tiene mayor plasticidad neuronal y facilidad para el aprendizaje, aplicando herramientas ajustadas a sus necesidades con el fin de mejorar las habilidades cognitivas implicadas en el lenguaje que están deterioradas. De este modo, conseguiremos que el niño se integre correctamente en el sistema educativo, compitiendo en igualdad de condiciones. Si no se trata a tiempo, a medida que los niños con dislexia van creciendo pueden desarrollar problemas emocionales (depresión, ansiedad, falta de autoestima) y abandono escolar.
En nuestro país, fue en 2006 cuando la LOE reconoció por primera vez la existencia de este trastorno bajo el nombre de "Alumnado con necesidades educativas específicas". Sin embargo, los beneficios del reconocimiento no han llegado mucho más allá del papel.
Mientras el sistema escolar de otros países europeos y de EE UU detecta y cuida de manera precoz a las personas que lo padecen, en España los profesores no reciben formación específica para aprender a guiarse frente a un alumno con dislexia. Tampoco existen suficientes profesionales especialistas, sobre todo en Educación Primaria, periodo donde se debería detectar la dislexia.
Las asociaciones critican que, a pesar del avance, en el día a día de los centros educativos, miles de niños no encuentran el apoyo necesario para adaptar el caos creativo de su cabeza a la rigidez de los planes escolares que están obligados a seguir. Ello conlleva que exista mayor probabilidad de tener fracaso escolar.
Un claro ejemplo de eficacia del sistema educativo de los países anglosajones es que allí su tratamiento está normalizado hasta tal punto que los contenidos de las clases se guardan en soportes interactivos donde el conocimiento está explicado en clave de imagen. Tanto en Reino Unido como en EE UU la dislexia es considerada una discapacidad por lo que quienes la sufren tienen derecho a becas y ayudas.
En España cada vez se están implantando más protocolos de detección y existen unidades específicas de atención a los estudiantes con estas dificultades. En algunas comunidades, las concejalías de educación diseñan guías docentes que recopilan el protocolo de detección e intervención sobre el alumnado con dislexia, con el fin de favorecer la inclusión de este tipo de alumnado en el sistema educativo y contribuir a que puedan alcanzar el éxito escolar. Por ejemplo, en las islas Baleares se ha introducido la Selectividad para disléxicos. Los alumnos tienen más tiempo para la prueba, los profesores leen las preguntas al alumno y en la corrección no cuentan la ortografía. En Canarias, se ha aprobado una resolución que exige este mismo tratamiento tanto en los exámenes de primaria como en los de secundaria. Además, pusieron en marcha hace unos años cursos de formación en dislexia. Recientemente, la Consejería de Educación en colaboración con otras entidades, elaboró un protocolo que recoge la intervención en las aulas y la implicación de las familias en el sistema escolar, así como la responsabilidad que le otorga a directores y profesores del centro.
No obstante, la mayoría de los expertos coinciden en poner en práctica algunas acciones que han sido verdaderamente útiles en el colegio:
En el siguiente video se señalan muchos más consejos para trabajar la dislexia en el aula
Tratamiento
Por todo ello, es importante resaltar la importancia de disponer de estrategias de detección precoz para ayudar a los niños con dislexia a fortalecer sus habilidades cognitivas debilitadas, ya que a pesar de que la dislexia no se cura, sí se progresa.
Está demostrado que los niños disléxicos que entrenan las áreas cerebrales deterioradas potencian la destreza en sus funciones ejecutivas, capacidad para detectar errores, memoria de trabajo y velocidad de reacción, mejorando notablemente la fluidez en lectura y escritura, y la capacidad de comprensión, síntesis y aprendizaje (Horowitz-Kraus y Breznitz, 2009; Peretz, Korczyn, Shatil, Aharonson, Birnboim y Giladi, 2011). Estas mejoras evitarían que la dislexia trascendiese a la vida escolar y por extensión, al ámbito social y emocional.
Para entrenar estas habilidades los profesionales especialistas han aplicado tareas específicas, algunas de las cuales son: por ejemplo centrarse en entrenar la coordinación visomotora (como coordinación ojo-pie u ojo-mano, actividades manuales, etc.). También se realizan ejercicios de relajación, de ritmos complejos o de imitación motora. Para desarrollar la conciencia silábica y fonémica, se aplican ejercicios de estructura de la palabra, identificación de la palabra según su posición o naturaleza, comparación de sílabas con palabras, identificar palabras con su imagen, copiar palabras, completar palabras con vocales o consonantes, elegir sílabas o palabras al oírlas, ordenar frases, etc.
Además, el avance tecnológico que se ha producido en las últimas décadas ha dado lugar a la creación de nuevos programas informáticos de intervención neuropsicológica, facilitando la labor de trabajo. Hoy en día, este se erige como uno de los métodos de tratamiento más utilizados en numerosos centros, escuelas u hospitales.
Los programas de intervención cognitiva por ordenador tienen múltiples ventajas en su aplicación, tales como permitir un aprendizaje más dinámico e interactivo, flexibilidad, posibilidad de proporcionar unfeedback inmediato, repetir el ejercicio varias veces o registrar las puntuaciones automáticamente(Rodríguez y Marrón, 2009).
Existen múltiples herramientas informáticas diseñadas para la estimulación cognitiva. Entre las de mayor difusión se encuentran Aire-Gradior, Rehacom, Smartbrain, etc.
Una de las más utilizadas para detectar y tratar la dislexia es CogniFit, líder entre la comunidad científica internacional. Es un programa creado por un equipo de neurólogos y psicólogos que combina los últimos descubrimientos sobre el cerebro con algoritmos avanzados encapsulados para crear sencillas tareas mentales en forma de juegos, con el objetivo de mejorar la agilidad mental y potenciar las destrezas cognitivas deterioradas a causa de la dislexia, como la capacidad de lectura y escritura, la concentración, la agilidad de aprendizaje y el rendimiento académico. Está recomendado para niños menores de 13 años.
En concreto, estos juegos están diseñados para fortalecer la conectividad de las redes neuronales implicadas en el procesamiento del lenguaje. Es una fórmula innovadora y eficaz de favorecer la plasticidad neuronal de los más pequeños mientras se divierten jugando, porque sin que el niño se dé cuenta, CogniFit evalúa su salud cognitiva y le presenta automáticamente el programa de estimulación que más le conviene.
Los ejercicios son personalizados y se adaptan a la edad y particularidades únicas de cada pequeño, trabajando las redes neuronales específicas que están más debilitadas por su tipo de dislexia. Mientras ellos se divierten, estamos potenciando su capacidad de aprendizaje, rendimiento y agilidad mental que son habilidades imprescindibles para su pleno desarrollo.
La efectividad del entrenamiento cerebral de CogniFit para dislexia infantil ha sido validada científicamente y probada por múltiples colegios, universidades y hospitales de todo el mundo.
Los estudios demuestran que los niños y adultos con dislexia que entrenaron su cerebro con CogniFit, aumentaron de forma significativa su desarrollo cognitivo, actividad de trabajo y rendimiento en la lectura (aproximadamente un 15% el número de palabras correctas leídas por minuto). Además, los resultados se prolongaron hasta seis meses después del entrenamiento, teniendo un efecto positivo sobre la dislexia (Kraus y Breznitz, 2009; Shatil, Mikulecká, Bellotti y Bureš, 2014).
Resumiendo…
Las nuevas tecnologías han ocupado no sólo una parte importante de nuestras vidas sino que las hemos utilizado como herramientas de trabajo para la mejora de nuestra salud cognitiva. Ahora se consideran una estrategia de acción necesaria en el proceso de estimulación cognitiva.
De forma previa en la aplicación de todo programa de tratamiento (sea informático o no) es imprescindible delimitar los déficits y las habilidades preservadas de la persona, puesto que sin ellos no es posible realizar un programa ajustado a las necesidades individuales. En este sentido, el uso de las nuevas tecnologías posibilita diseñar un plan de tratamiento personalizado, flexible y adaptado a las necesidades e intereses de cada individuo. Para ello, la figura del neuropsicólogo es imprescindible en el diseño, aplicación, supervisión, proporción de feedback y evaluación del paciente acerca de su ejecución, con el fin de identificar las limitaciones y guiarle en el aprendizaje de habilidades que le lleven a reestablecer o compensar la función deficitaria (Rodríguez y Marrón, 2009).
Referencias
Clark, M. M., & Plante, E. (1998). Morphology of the inferior frontal gyrus in developmentally language-disordered adults. Brain and Language, 61(2), 288-303. doi:10.1006/brln.1997.1864
Frank, Y., & Pavlakis, S. G. (2001). Brain imaging in neurobehavioral disorders. Pediatric neurology, 25(4), 278-287. doi:10.1016/S0887-8994(01)00282-X
Habib, M., &Robinchon, F. (1996). Parietal lobe morphology predicts phonological skills in developmental dyslexia. Brain and Cognition, 32, 139-142
Kraus, H. T., & Breznitz, Z. (2009). ¿Puede el mecanismo de detección de errores beneficiarse del entrenamiento de la memoria de trabajo? Una comparación entre los disléxicos y los sujetos de control -un estudio de ERP-. PLoS ONE, 4, 7141.
Kraus, H. T., & Breznitz, Z. (2009) ¿Puede el mecanismo de detección de errores beneficiarse del entrenamiento de la memoria de trabajo. Una comparación entre los disléxicos y los sujetos de control-un estudio de ERP-PLoS ONE, 4, 7141.
Peretz, C., Korczyn, A. D., Shatil, E., Aharonson, V., Birnboim, S., & Giladi, N. (2011). Computer-based, personalized cognitive training versus classical computer games: a randomized double-blind prospective trial of cognitive stimulation. Neuroepidemiology, 36(2), 91-9. doi: 10.1159/000323950
Rodríguez, B. G., & Marrón, E. M. (2009). Estimulación cognitiva por ordenador. Recuperado dehttp://mundoasistencial.com/documentacion/guias-estimulacion-cognitiva/estimulacion-cognitiva-por-ordenador.pdf
Ruiz, M. (2008, 13 de marzo). ¿Tal vez tu hijo es disléxico y nadie lo sabe? El País. Recuperado de http://elpais.com/diario/2008/03/13/sociedad/1205362801_850215.html
Shatil, E., Mikulecká, J., Bellotti, F., y Bureš, V. (2014). Novel Television-Based Cognitive Training Improves Working Memory and Executive Function. PLoS ONE 9(7): e101472. doi:10.1371/journal.pone.0101472
Patricia Motosdirectora de Trabajos Fin de Máster (TFM) en el Máster de Intervención en Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana
FUENTE. |
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