En torno al año de edad, los niños empiezan señalar. Es su forma de llamar la atención de otras personas hacia objetos de su interés. Es más, a partir de esta edad, la mayoría de los niños encuentran muy interesante señalar cosas. Pueden señalar un perro o una botella no porque quieran el perro o la botella sino para llamar la atención de sus madres, padres u otras personas hacia ello, para que ellos miren lo que él está mirando.
Al parecer, les fascina el acto mismo de dirigir la atención de otro y han empezado a descubrir que otras personas tiene una visión de mundo e intereses distintos de los propios pero en los que también pueden participar, que pueden pasar del «yo» al «nosotros», que pueden compartir lo que están pensando e intentar que la otra persona piense lo mismo que ellos. Es uno de los primeros rasgos cognitivos que surgen durante el desarrollo infantil y es algo privativo de los seres humanos.
Señalar es importante porque se considera una de las primeras señales de que los niños han empezado a desarrollar lo que los científicos llaman una teoría de la mente, una apreciación de que los otros tienen pensamientos y percepciones diferentes de las propias pero que se pueden entender, compartir e incluso intentar cambiar. En los niños normotípicos hay además una relación demostrada entre el uso temprano de gestos y la riqueza posterior de vocabulario. Los gestos, sonrisas, ceños fruncidos, brazos tendidos, etc. son una forma elemental de comunicación y su pronto uso parece sugerir una comunicación posterior rica y fluida utilizando el lenguaje.
Un artículo cuyo primer firmante es Özçalışkan ha estudiado la producción de gestos de distinto tipo (deícticos, convencionales e icónicos) en niños con TEA. Estudiaron 23 niños de 30 meses de edad viendo como interactuaban con sus cuidadores siguiendo el llamado Communication Play Protocol y los tipos de gestos que los niños utilizaban en dos entornos comunicativos diferentes (comentando y pidiendo). Los niños con TEA mostraban déficits significativos en la producción de gestos, en particular en los gestos deícticos. Deíctico viene del griego y significa «que señala, que indica». Son palabras y gestos cuyo significado depende del contexto y que necesitan que se afine a qué se refieren, indicando o mirando lo que se habla. Hay deícticos de persona , de tiempo y de lugar. Según Luria, los deícticos se establecen en torno a los dos años de edad
El grupo de investigación estudió un año más tarde el vocabulario expresivo de los niños, utilizando un test específico. Los gestos deícticos —pero no otros tipos de gestos— predecían el vocabulario del niño un año más tarde, independientemente del contexto, un patrón que también se observa en el desarrollo normotípico. Es decir, cuanto más pronto señale un niño un objeto con un gesto, más pronto se incorpora ese objeto a su vocabulario oral. Del mismo modo, cuanto mayor sea el número de objetos indicados con gestos a los 14 meses, mayor es el vocabulario a los cuatro años. Por tanto, la producción de gestos deícticos sirve como base para el desarrollo del vocabulario, uno de los aspectos básicos de la riqueza de la expresión oral.
El mismo grupo de investigación, también en el 2016 ha estudiado la traducción de gestos a palabras por los padres, un mecanismo sencillo, relevante y en el momento preciso que facilita la adquisición por los pequeños de ese vocabulario. Los niños, tanto los normotípicos, como los que tienen síndrome de Down o un trastorno del espectro del autismo muestran un retraso en el desarrollo del vocabulario. Los niños, todos, usan gestos para indicar objetos antes de llamarlos por su nombre y los padres pueden hacer precisamente, eso, traducir los gestos a palabras, a nombres de cosas. El resultado es que los niños se benefician de esta interacción y adquieren más palabras de los gestos traducidos que de los no traducidos. Es un ejercicio sencillo que puede ayudar al desarrollo del lenguaje en niño con trastornos del desarrollo.
Un última punto importante es que el uso de gestos deícticos, pedirle al niño que señale algo, pedirle a la madre que señale algo y ver si el niño sigue con la mirada es una prueba sencilla que puede ayudar en el diagnóstico temprano del autismo. Los niños con TEA producen menos gestos, en particular los gestos deícticos (p.e. señalar con el dedo) frente a sus compañeros normotípicos. Es especialmente patente en contextos comunicativos que implican compartir el interés y la atención sobre los objetos que hay alrededor. Los niños con TEA también tienen dificultades con el uso de otros gestos convencionales tales como decir adiós moviendo la mano o asentir con la cabeza pero hay que recalcar que sí emplean normalmente los gestos, aunque en menor medida.
Para leer más:
- Dimitrova N, Özçalışkan Ş, Adamson LB (2016) Parents' Translations of Child Gesture Facilitate Word Learning in Children with Autism, Down Syndrome and Typical Development. J Autism Dev Disord 46(1): 221-231.
- Özçalışkan Ş, Adamson LB, Dimitrova N (2015) Early deictic but not other gestures predict later vocabulary in both typical development and autism. Autism 20(6): 754-763.
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