UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 09 Nov 2016 03:53 AM PST
La semana pasada tuve un grato encuentro con familias de niños con trastornos del espectro autista (TEA) en Antequera, Málaga. La reunión, auspiciada por EDAU, un joven grupo dirigido por Diego y Carolina con ilusión, entusiasmo, ideas y compromiso, nos permitió hablar de la investigación más reciente sobre los TEA y distintos aspectos que preocupaban a las familias. En el coloquio posterior, una familia me preguntó sobre una nueva terapia, que al parecer alguien estaba ofertando para niños con TEA, el uso de cámaras hiperbáricas. No tenía una respuesta y siempre prefiero decirlo con claridad pero me comprometí a buscarlo, estudiarlo y colgar en el blog el resultado de esa indagación.
Mi suerte ha sido que, al hacer la búsqueda, he visto que se ha publicado hace quince días una revisión Cochrane sobre este tratamiento. Ya he comentado en ocasiones que Cochrane es una ONG independiente cuyos investigadores revisan las evidencias disponibles sobre investigaciones diversas y emiten un dictamen que suele tener buena reputación y mucho peso. En el caso de las cámaras con oxígeno hiperbárico para el tratamiento de los TEA, los investigadores quisieron ver:
Los autores encontraron distintos problemas como escaso número de participantes en los estudios llevados a cabo y grandes desviaciones en los resultados. Otros problemas fueron sesgos en la selección de los participantes y la corta duración del seguimiento de los pacientes tratados. En general, no se observaron mejoras en las interacción social y la comunicación, en los problemas de conducta, en las habilidades lingüísticas o de comunicación o en las funciones cognitivas. Con respecto a la seguridad del tratamiento en la cámara hiperbárica, se encontró barotrauma leve en el oído -lesión causada por los cambios de presión- en algunos de los participantes en el estudio. La conclusión es que «hasta el momento no hay evidencias de que la terapia con oxígeno hiperbárico mejore los síntomas de TEA y, además, pueden darse algunos efectos adversos. Dada la ausencia de evidencia sobre la eficacia, la limitada plausibilidad biológica y los posibles efectos adversos, la necesidad de seguir haciendo ensayos sobre esta terapia debe ser valorada cuidadosamente». Otros dos estudios recientes (Martin y cols., 2015, Klein y Kemper, 2016) también desaconsejan el uso de cámaras hiperbáricas para el tratamiento del autismo. La FDA alertó en 2014 del peligro de ataques epilépticos en las personas sometidas a este tratamiento, causados por un exceso de oxígeno en la sangre y el sistema nervioso central. Es decir, otra terapia que se está aplicando a niños con TEA sin evidencias de ningún efecto positivo y sí con pruebas de que puede ser dañina. Una terapia cara, inútil y contraproducente. Una más. Para leer más:
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