Excelente artículo de Tohil Delgado (Secretario General del Sindicato de Estudiantes):
En éste curso el Partido Popular ha despedido a 50.000 profesores, ha recortado en 4.000 millones de euros el presupuesto educativo y pretende aprobar una ley educativa (LOMCE) que, desde elSindicato de Estudiantes, hemos caracterizado como una contrarreforma educativa franquista. Por si existía alguna duda sobre la naturaleza de esta contrarreforma, hoy hemos conocido a través de la prensa afín al ideario del Gobierno, que la intención del Ministro Wert, además de demoler la educación pública, es intentar taparnos la boca a los millones de jóvenes que nos hemos movilizado hace pocos días. Según esta prensa, el ministro Wert pretende suprimir el derecho de huelga de los estudiantes de enseñanza secundaria, bachiller y FP de grado medio.
Cuando el Sindicato de Estudiantes convocó la pasada huelga general los días 16, 17 y 18 de octubre, fuimos insultados por este ministro que nos acusó de extremistas, radicales, y poco menos que terroristas. Lo mismo le sucedió a la CEAPA por su apoyo a nuestra convocatoria y por sumarse a la movilización el 18 llamando a una huelga de padres y madres. Cuando la movilización dejó claro que fue un rotundo éxito, con cientos de miles de jóvenes en las calles en más de 100 manifestaciones, totalmente pacíficas y en las que no hubo ningún incidente, el Ministerio de Educación se dedicó a minimizar el alcance de la misma. Ahora que el PP sabe que han perdido por completo el apoyo de la opinión pública, que la inmensa mayoría de padres, madres, profesores y estudiantes estamos en contra de su reforma elitista y clasista de la enseñanza, que hay un clamor exigiendo la dimisión del ministro Wert, recurren a lo que siempre se les ha dado muy bien: atacar los derechos ciudadanos fundamentales, el derecho de expresión, de reunión, de manifestación y de huelga para intentar ahogar la protesta. Pero una vez más fracasarán.
Con semejante ataque al derecho de expresión de los estudiantes, el Gobierno del Partido Popular está dejando cada vez más claro que tiene mucho que ver con el franquismo. Es un Gobierno que no escucha, que desprecia la voz de millones de jóvenes, de padres, de madres y de profesores. Es un Gobierno que sólo tiene oídos para las exigencias de los banqueros, de los grandes poderes económicos, de los especuladores, pero que se desentiende de sufrimiento de millones de familias atenazadas por el desempleo, los desahucios y el empobrecimiento. Un Gobierno que considera a los estudiantes como "el enemigo", porque hemos cometido el "delito" de no dejarnos atropellar y luchar por nuestros derechos y nuestro futuro.
Un ministro y un Gobierno cada vez más autoritarios y antidemocráticos que nos quieren conducir a la situación que vivieron nuestros padres y abuelos en los años 60 bajo la dictadura de Franco. Precisamente desde esa época los jóvenes, estudiantes de secundaria y universidad, nos hemos movilizado en demanda de libertades democráticas. También hemos realizado numerosas huelgas contra muchas de las políticas que el Gobierno del PSOE adoptó contra la educación pública. Nadie desconoce que el Sindicato de Estudiantes nació en el curso 86/87, al calor de la mayor movilización de estudiantes de enseñanzas medias tras la caída de la dictadura, en defensa de la enseñanza pública, gratuita, democrática y laica. Huelgas que fueron realizadas al Gobierno de Felipe González y siendo secretario de estado de Educación Alfredo Pérez Rubalcaba. El derecho de asociación, de libertad de expresión, y huelga de los estudiantes de secundaria fue logrado en aquellas históricas movilizaciones. El PP se equivoca si piensa que vamos a aceptar su pretensión de hacer retroceder el reloj de la historia y devolvernos al régimen de miedo y autoritarismo que el franquismo impuso también en las aulas de los Institutos.
La libertad de expresión, de reunión, manifestación y huelga son derechos democráticos de la juventud. Tenemos derecho a criticar la política del Partido Popular. ¡¡Faltaría más!! Y cuando ejercemos nuestro legítimo derecho a asamblea, reunión, expresión, manifestación y huelga, lo hacemos de forma muy consciente. De hecho, nuestras movilizaciones cuentan con el apoyo de nuestros padres y madres y de nuestros profesores, no porque seamos menores de 18 años, sino porque lo que reclamamos es totalmente justo: un futuro digno, una educación pública digna. Cuando el Partido Popular habla de los "menores", en el tono en que lo hace, vuelve a esgrimir un cinismo y una hipocresía sin parangón. Lo único que trata es de crear una cortina de humo para no hablar del desmantelamiento sistemático del sistema educativo público que está acometiendo. Un Gobierno del Partido Popular que permite que a los 16 años podamos ser explotados haciendo prácticas gratuitas en las empresas; que con su contrarreforma educativa pretende expulsarnos al mercado laboral con 16 años sin ninguna cualificación; que nos arrebata las becas, que suprime las ayudas a los comedores y a los libros; que despide a miles de nuestro profesores e incrementa brutalmente las tasas universitarias; que deja a los jóvenes inmigrantes y sus familias, que son nuestros compañeros en las aulas y en los barrios, sin protección sanitaria pública... ¿Qué autoridad moral tiene para decidir o hablar por nosotros?
Para el PP somos suficientemente mayores con 14 años para encarrilar, a través de los itinerarios de la contrarreforma educativa que han propuesto, nuestro futuro académico y nuestro futuro laboral. A esa edad no hay ningún problema, según la derecha, en que un joven estudiante se vea arrastrado a un futuro basura que le expulsará del sistema educativo prematuramente, o en que descarte desde ese momento la opción de ir a la universidad. Pero para la derecha no deberíamos tener derecho a huelga. La hipocresía no puede ser mayor. Lo mismo sucede cuando el PP habla de "mejorar la calidad de la enseñanza", mientras recorta presupuestos y despide a miles de profesores.
Ningún Gobierno de la democracia se ha atrevido a hacer lo que ahora pretende el PP. No es ninguna casualidad que este ataque se plantee a escasos días de la mayor movilización estudiantil en los últimos años, la convocada por el Sindicato de Estudiantes y la CEAPA en la que cientos de miles de jóvenes inundamos las calles de cientos de ciudades en defensa de la educación pública, exigiendo la retirada de la contrarreforma de Wert y la dimisión del ministro. Como al Partido Popular le molesta la movilización en las calles, le molesta que los estudiantes tengamos el apoyo de padres, madres y profesores, lo que pretende ahora es acabar con la democracia en los institutos. Es la misma respuesta que daba Franco a las demandas de libertad de los jóvenes estudiantes en los años sesenta y setenta.
Todos a la huelga general del 14-N. Wert dimisión.
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