¿Por qué jugar con la plastilina es tan importante en GEA?
La plastilina es un material que facilita al niño sus procesos de aprendizaje.
La plastilina se emplea como como estimulador de la creatividad y de la motricidad fina. Permite al niño, con su precisa mirada, sus manitas y deditos, y con variados accesorios, diferenciar los colores, amasar, ablandar, separar y volver a unir piezas, estar al tanto de los tamaños y proporciones, experimentar y jugar con confianza y libertad.
Esta manualidad favorece al desarrollo del niño en todos los sentidos. Aumenta su capacidad de concentración, le propone metas a corto y a largo plazo, facilita su proceso de lectoescritura, y le relaja y tranquiliza, principalmente en los momentos de mucho estrés y de nervios. Es una actividad ideal para niños impulsivos, inquietos, incluso para los niños con déficit de atención, con o sin hiperactividad. Es una actividad que no solo los entretiene, sino que además permite establecer un contacto físico y placentero.
Si lo pensamos bien, los niños nunca van a tener miedo de dañar un pedazo de plastilina, y eso permite que se acerquen a este material con total confianza y libertad. Al hacerlo, pueden experimentar como quieran y arriesgarse a hacer lo que su imaginación les indique.
Y es que el moldeado de plastilina involucra aspectos esenciales en el desarrollo del niño, como la capacidad de concentración, fijarse metas a corto y largo plazo, facilidad con los procesos de lectoescritura, aprender más fácilmente y tranquilizarse en momentos de mucho estrés o que les exigen estar muy alertas.
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