Mi hijo tiene derecho a una educación de calidad, y yo tengo la responsabilidad de luchar por ello. ¿De verdad pensamos que estas pruebas favorecen en algo este derecho? ¿De verdad pensamos que una evaluación externa va a facilitar el desarrollo de medidas adecuadas, ordinarias o extraordinarias, en su educación?
Esto lo tengo claro, y la respuesta es NO. Sin embargo... ¡qué miedo! ¿Y si le suspenden? ¿Ysi por no hacer las dichosas pruebas no promociona? ¿Y si figura un suspenso en su expediente académico para el resto de su vida? ¿Y si no puedo justificar su ausencia? ¿Y si repercute en su evaluación? ¿Y si después de organizar todo este lío, le obligan a hacerlas? ¿Cómo se lo explico?
Cómo le explico que, aunque le dijimos que confiara en nosotros, no ha servido para nada. Que aunque le dijimos que hay que luchar por nuestros derechos, no ha servido para nada. Que aunque le dijimos que él no iba a suspender, le ponen un suspenso como una catedral. Que aunque le dijimos que nosotros queremos lo mejor para él, no sirve que sólo lo queramos nosotros. Y sobre todo, cómo le explico que las leyes están para cumplirlas.
Como madre tengo derecho a opinar sobre lo que me parece adecuado o no en lo referente a la educación de mi hijo. Y también tengo derecho a actuar. Y no sólo tengo el derecho, sino también la obligación, sobre todo, de defender sus derechos. Y también tengo derecho a equivocarme.
Así que decidido. No hay miedo, no van a conseguir que 'por miedo' deje de expresar lo que pienso y siento, y deje de luchar por mis derechos y los de los míos. ¡Vale, vale y re-vale!... Estoy convencida de que LA REVÁLIDA NO VALE.
Pili (mamá del colegio público Ramón Sainz de Varanda, en Zaragoza
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