Ver cine, analizar el lenguaje cinematográfico y conocerlo, disfrutar del cine, hacer cine, entrar en las trastiendas de una filmación, investigar sobre el cine y animar a conocer y gustar el mundo de la imagen, Editorial del nuevo volumen de la
Revista Aularia que se cierra en estos días.
Cuando iniciábamos el Grupo Comunicar dábamos fundamental importancia a la prensa y poco después a la televisión. Nos costó integrar el cine, fundamentalmente por la dificultad de hacerlo entrar en las aulas y la imposibilidad, en ocasiones, de llevar a los alumnos al cine. Pero entró el cine, con fuerza, con logros, más aún cuando fuimos incorporando tecnologías que nos permitían hablar de cine viendo cine y de hacer filmaciones, con super-8 primero, más tarde con video. Ahora es tan fácil filmar, con los móviles/celulares, con cámaras digitales accesibles y de muy buena definición técnica.
El Editorial hace un recorrido por las diversas posibilidades que el cine tiene en sus aspectos educativos y, como todo aprendizaje, necesita de experiencias, de afectos, de motivaciones, de reiteración de hechos, de personas que contagien el entusiasmo... de productos de calidad, entretenidos, lúdicos. Al cine se entra, como en todo lo que es cultural, de manera fundamentalmente inconsciente. El aprendizaje del cine, como todo proceso de enseñanza, necesita de esquemas de comportamiento en los que prime lo que para el que aprende contenga sentido, diversión y serenidad para aprenderlo.
El editorial inicia un volumen en el que se ha hecho énfasis especial al cine para niños, al cine con niños y al cine que hacen los niños.
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