lunes, 2 de septiembre de 2013

ESCRIBIR COMO TODA LA VIDA "A MANO"


Durante la escritura manual, los movimientos de la mano imprimen una memoria motriz en zonas del cerebro asociadas con el lenguaje, y ésto favorece el aprendizaje respecto de quienes utilizan el teclado para escribir. Así lo afirman una académica noruega y un neurofisiólogo francés, cuyas investigaciones fueron dadas a conocer en Noruega la semana pasada.
La Profesora Anne Mangen, del Centro Nacional de Lectura, Educación e Investigación de la Universidad de Stavanger, en Noruega, y el neurofisiólogo Jean-Luc Velay, de la Universidad de Marsella, han publicado un artículo en el periódico "Avances en Háptica", dando cuenta de un experimento en el que dos grupos de individuos debieron aprender las letras de un alfabeto desconocido utilizando la escritura manual o un teclado para practicarlas.
Examinados tres y seis semanas luego del aprendizaje, los sujetos que utilizaron la escritura manual superaron al otro grupo en todas las pruebas, tanto en el reconocimiento de las letras como en su identificación cuando se las presentaban al derecho y al revés. Más aún, la Resonancia Magnética Funcional mostró que el Área de Broca de los sujetos que habían aprendido escribiendo a mano se activaba, mientras que la actividad en el otro grupo era insignificante.
El Área de Broca es la sección del cerebro humano involucrada en la producción del habla, el procesamiento del lenguaje y la comprensión.
La Profesora Mangen explica que el proceso de lectura y escritura involucra varios sentidos, y que al escribir a mano el cerebro recibe realimentación de nuestros movimientos, junto con la sensación de tocar el papel y la lapicera. Este tipo de realimentación es muy diferente de la que genera la escritura sobre un teclado, como lo han demostrado las investigaciones de Velay en Marsella.
Al escribir a mano, los movimientos imprimen una memoria motriz en el área sensoriomotora del cerebro, que es la que nos ayuda a reconocer las letras. Esto implica la existencia de una conexión entre la lectura y la escritura, y sugiere que el sistema sensoriomotor tiene un papel importante en el proceso de reconocimiento visual durante la lectura, explica Mangen.
En tanto la escritura a mano toma más tiempo que la realizada sobre un teclado, también puede haber un factor temporal que influencie el aprendizaje, agrega.
El término "háptica" refiere a los procesos del tacto y los modos en que nos comunicamos a través de dicho sentido, en particular al usar los dedos y las manos para explorar nuestro entorno. Esto incluye tanto nuestras percepciones cuando nos relacionamos pasivamente con el medio ambiente, como cuando nos movemos y actuamos.
Según Mangen, hay mucha investigación sobre Háptica en relación con los video juegos y el aprendizaje de destrezas manuales, pero muy poco en las disciplinas humanísticas. En las ciencias educativas hay escaso interés en la ergonomía de la lectura y la escritura, y su potencial importancia en los procesos de aprendizaje.
En las últimas décadas la investigación pedagógica sobre la escritura pasó de un enfoque cognitivo a uno contextual, social y cultural. En opinión de la Profesora Mangen, esta visión unilateral ha tenido como efecto descuidar las conexiones individuales, fisiológicas, sensoriomotoras y fenomenológicas que existen entre la escritura manual y el aprendizaje.
Fuente: Universidad de Stavanger, Noruega. Leer nota original.

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