El pasado sábado participamos en las jornadas organizadas por la Fundación Barrié en Vigo. Para nosotras fue una ocasión de tomar contacto con todas y todos aquellos conocidos que nos siguen a diario en la red. Nos llena de orgullo y nos supone una responsabilidad que toda esa gente nos diga que Innovarte es para ellos un referente. Ciertamente fue una inyección de ánimo para seguir tirando. Vaya por delante nuestro agradecimiento a EducaBarrié por brindarnos estas ocasiones.
Como dijimos en otra entrada anterior, estas jornadas alrededor del patrimonio y la infancia están estructuradas en tres fases: una primera celebrada en la Coruña el pasado mes de noviembre abordó la arquitectura y el paisaje, ahora en Vigo el patrimonio etnográfico, y la tercera parte versará sobre la relación de los pequeños con el patrimonio inmaterial.
Cuando nos invitaron lo dudamos un poco, entre otras razones porque nosotras no solemos participar en este tipo de actividades formativas, ya que, todo cuanto tenemos que decir y que contar ya está recogido en InnovArte, y por otra parte, en un primer momento, pensamos que nosotras no teníamos ninguna experiencia didáctica destacable en esa línea.
Accedimos porque entendemos que InnovArte es un discurso sobre el verdadero patrimonio de los niños y de las niñas, su infancia, y, en los últimos tiempos, este patrimonio está siendo expoliado, privando a los pequeños de disfrutar de una infancia plena y feliz tal y como cabe esperar que sea este período vital único, irrecuperable e insustituible.
Así, en el estilo de InnovArte, hicimos un alegato a favor de la restitución de la infancia a los niños y niñas, analizando todos los puntos que se están dando en la sociedad actual y que hacen que las criaturas tengan cada vez una infancia más semejante a la vida adulta, llena de preocupaciones, de prisa, de presión y de angustia.
Defendimos que, al igual que se considera de gran importancia que los niños/as descubran, conozcan, disfruten y velen por el patrimonio natural, arquitectónico o etnográfico, del mismo modo, la sociedad valore la importancia de la infancia, no como un previo a la vida adulta, sino como una etapa con entidad y características propias con un papel determinante en el posterior devenir de las personas. Tal y como se viva la infancia, se vivirá la vida adulta, y lo que se está viendo no parece muy prometedor.
Al igual que vino haciendo a lo largo de estos cuatro años, InnovArte defendió como derecho fundamental de los niños el poder vivir una infancia feliz. El activismo feroz que invade la vida de los pequeños, las falacias de la conciliación, la sobreculturización de la infancia, la primacía de lo cognitivo sobre lo relacional, la anticipación de temas no propios en el pensamiento de los niños, la segmentación y presión curricular, la programación educativa de cada uno de los minutos de su vida, la falta de serenidad y de libertad, fueron algunas de las cuestiones que dejamos encima de la mesa para su reflexión por parte de las personas asistentes, que junto con otras que nos sugirieron, seguirán constituyendo la razón de ser de nuestro discurso.
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