Ayer me enviaron un correo electrónico con enlace a un artículo en el que se decía que
la Generalitat Valenciana va a gastarse 7,5 millones de euros para dotar de 14000 equipos a las aulas del territorio. Una decisión, como por desgracia todas las que se toman a la hora de dotaciones tecnológicas, a mi entender totalmente errónea. Sí, no me parece lógico que, sin preguntar a los centros educativos, analizar qué se está haciendo con el equipamiento que existe hoy en día y, por el simple hecho de ya haber dotado con unos determinados equipos hace unos años, se proceda a la renovación de los mismos al margen de cualquier estudio serio sobre su necesidad/uso.
El gran error en la gestión de las TIC por parte de las administraciones educativas es siempre el mismo: desconocimiento de la realidad de los centros. Una realidad que no se mide por el cambio cada X años de equipamiento tecnológico ni por la necesidad de destinar más o menos equipos a los centros (equipos que siempre serán bienvenidos). Una realidad que debería medirse in situ. Una realidad que va a ser diferente en cada centro y en las estrategias que se efectúen en los mismos a la hora de gestionar esos recursos tecnológicos.
Estos últimos años he tenido reuniones con los directores de algunos centros educativos de la Comunidad Valenciana en los que me pedían instrucciones acerca de qué podían hacer para implementar las TIC en sus centros. Si era recomendable, con unos euros que les había llegado de forma extraordinaria, ponerse a comprar tabletas y qué tipo de gestión deberían realizar para sacar el máximo beneficio de esos aparatos. Curiosamente venían a preguntármelo a mí. A un docente que, en ese momento ni tan sólo estaba trabajando en un centro educativo del ámbito de la Conselleria. Eso indicaba que algo no funcionaba como tocaba. No, no es lógico buscar ayuda en la implantación de proyectos sustentados por elementos tecnológicos a personas que poco tienen que ver con la administración educativa de turno. Y, por desgracia, la situación se sigue repitiendo con "los nuevos".
Creo que no es cuestión de distribuir más o menos equipos en los centros educativos. Ni tan sólo de dotar a todos los centros educativos por igual. Se debe ir a los centros. Convocar a los Claustros y Consejos Escolares para plantearles qué intenciones tienen en sus centros en relación con las TIC porque, para dotar indiscriminadamente de PDI, tabletas o equipos ligeros (lo de los equipos ligeros que no funcionan ni para atrás porque no lo saben gestionar los centros ya es de traca) con un determinado software que no usa nadie fuera de los centros educativos (me refiero a Lliurex) no me parece que sea la mejor opción.
Usar las TIC no es disponer de aulas multimedia para dedicarse exclusivamente a ver vídeos. Usar las TIC tampoco consiste en tener un aula muy bien dotada cuyo uso, más allá de días muy puntuales, es totalmente nulo. Usar las TIC tampoco consiste en cambiar el formato de libro de texto por un formato digital. Y, por desgracia, si no se entiende lo anterior, cualquier dotación en tecnología sobra.
En la Comunidad Valenciana tenemos unos centros deficitarios en conectividad, con demasiados docentes que, por desgracia, siguen considerando que la mejor estrategia para dar una clase es a la forma tradicional (léase libro de texto, tiza y pizarra) y, es por ello que, o se da un cambio de mentalidad en los mismos o cualquier decisión sobre dotaciones va a ser la peor posible.
Me encantaría que los responsables políticos y esos asesores que han contratado para gestionar la innovación educativa vinieran a los centros. Que preguntaran en un Claustro a los docentes qué necesitan y cómo lo van a utilizar. Que posteriormente vinieran a analizar si las dotaciones han sido usadas tal y como prometieron los docentes. Que, en definitiva, se hicieran dotaciones realistas y bien planificadas para, de una vez por todas, gestionar las TIC de una manera más o menos coherente.
Si seguimos dotando indiscriminadamente, por desgracia nos encontraremos con equipos infrautilizados, aulas multimedia que podrían ser sustituidas de forma más económica por un televisor con DVD y con una decepción de aquellos que sí que quieren hacer algo con las TIC en sus aulas (que, son más de los que nos pensamos) que se verán totalmente desatendidos en sus necesidades más inmediatas.
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