En el
parque Puccini, al lado del lago, hay una edificación que acoge el Nido de Infancia (0-3) Lago Mago y la Escuela Infantil (3-6) Parco Drago. Tienen entradas independientes, pero comparten instalaciones.
Nuestra visita comenzó por Lago Mago. A la entrada una estantería con las kaituskas e impermeables de los niños/as para salir al exterior, pese a la humedad o la lluvia, algo que, a diferencia de aquí, no les impide respirar aire fresco. En este centro que abrió en los años ochenta, acogen 67 niños/las; no es habitual que las escuelas superen las 100 plazas.
Tal y como ya nos advirtieron, cada uno de los centros que visitaríamos están "especializados" en ámbitos artísticos, en el fomento de la lectura, o como en este caso, en el medio natural. Con este entorno, no podía ser de otra manera, hay que aprovechar la poética del lago y del parque, así el material natural está presente por todas partes, y hay muchos rincones en las zonas exteriores.
Sus horarios son de 8:00 a 16:00, si comen en el centro. La llegada de los niños es relajada, y paulatina, según sus necesidades, los padres/madres entran a dejarlos y a conversar un rato con la educadora. Aquí el momento de acogida tiene mucha importancia. Se quedan en la zona de la biblioteca, escuchando tranquilamente un cuento o conversando, hasta que una vez reunidos todos, pasan a las distintas zonas de juego: simbólico, con casitas equipadas con elementos pequeños pero reales, hasta con su mascota; heurístico, con todo tipo de material; manipulativo, con objetos de la naturaleza y otros aportados por las familias, de procedencia del más diversa (secciones de troncos, trozos de madera, piezas de metal, mangueras, tubos de bobinas, tapas, etc); zonas de juego con la luz y las sombras (mesas de luz, lámparas, bolas de espejos, retroproyectores); zona de psicomotricidad; zona de trabajo artístico; zonas de lectura, o zona de juego con los sonidos y la música. Alrededor de las 13:00 comen en los comedores distribuidos en tres zonas y con una decoración similar a la de cualquier hogar. Los cuartos de baño, son de catálogo, amplios, luminosos, bien decorados, con sus objetos de higiene bien ordenados, pulcros y con buen olor.
La distribución de los espacios es similar a la que ya venimos en Reggio Emilia, zonas delimitadas con muebles, cortinas o tabiques bajos, lo que permite un ambiente abierto, y deja libertad de movimientos y de visibilidad entre unas zonas y otras.
Destacable es la profusión de espejos; hay algunos que nos resultan fascinantes (ver en las fotografías un tipo caja con 4 caras de espejo y otras dos que se proyectan en las paredes de enfrente), consiguen visiones inverosímiles y multiplican las imágenes hasta lo impensable. Todo ello, realizado por familiares de los niños/as.
De lo que más llama nuestra atención son la cantidad de ventanas de todos los tamaños y posiciones, que permiten "meter" la naturaleza dentro; incluso las hay algunas en las paredes interiores, lo que da lugar a juegos entre los pequeños. Cuando entramos lo primero que comentamos todas las visitantes era que teníamos la sensación de estar en un hogar acogedor, con mobiliario de hogar no escolar. Pueda que ahí esté la clave.
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