Es uno de los cuatro pilares de la democracia –junto con la justicia, sanidad y ciencia- que no pueden abordarse ni decidirse a través de una óptica partidista determinada, por mayoritaria que sea (o que haya sido).
La educación no se impone, señor Presidente Bauzá, señor Ministro de Educación, señor Presidente del Gobierno. La educación es, sí rotundamente, la piedra angular del futuro, a escala personal y colectiva. En materia de educación, la discrecionalidad, la improvisación, la imposición de un modelo determinado, de una ideología dada, siempre acaban en retrocesos sociales muy considerables. ¿Quién sabe de educación? Los docentes, las madres y los padres, los pedagogos, los filósofos,… y es a ellos a quienes debemos consultar y cuyas directrices debemos seguir.
Cometen un gravísimo error cuando creen que "ganan la partida" eliminando la formación de ciudadanos capaces de actuar en virtud de sus propias reflexiones y la sustituyen, en un Estado aconfesional, por el aprendizaje de una religión determinada. Se equivocan, y lo afirmo como creyente en esta religión. Se equivocan cuando favorecen la segregación en las escuelas y cuando proponen que sean docentes del sector privado los que juzguen a los del sector público.
Recapaciten. Somos muchos los que esperamos que en el Senado se detenga y module esta desbridada iniciativa. En caso contrario, procederemos como ciudadanos "educados", es decir, "libres y responsables".
No hay comentarios:
Publicar un comentario