La periodista Esther Vivas denuncia que “la búsqueda del lucro a toda costa de unas pocas multinacionales explica que el sistema produzca más alimentos que nunca y, a pesar de ello, genere hambre”. Afirma que “las crisis económica y ecológica están íntimamente ligadas” y considera que el capitalismo “se viste de verde” para hacernos creer que la tecnología resolverá el calentamiento global. En su opinión, cambiar de modelo no es una utopía, pero depende de un esfuerzo colectivo: “Si solo no puedes, con amigos, sí”.
¿Quién decide qué comemos?
Unas pocas multinacionales que controlan cada tramo de la cadena agroalimentaria: desde las semillas, pasando por la transformación de los alimentos, hasta su distribución y comercialización. A partir de la llamada revolución verde, a lo largo de los años 50 y 60, vimos cómo se llevaron a cabo unas políticas llamadas de 'modernización de la agricultura' que sirvieron para dejarla en manos de estas empresas.
Las semillas se han convertido en un negocio en manos de compañías como Monsanto, DuPont, Sygenta o Pioneer. Y, en el caso de los supermercados, es todavía más evidente. En el Estado español, siete empresas controlan el 75% de la distribución: determinan qué compramos, qué comemos y qué precio pagamos por lo que consumimos.
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