"Mamá, papá, en mi cole el profesor me ha dicho que a partir de ahora vamos a hacer flipped classroom. No tengo muy claro qué es ya que me dice que vamos a dejarnos de dar clases para aprender con sus explicaciones acerca de algo que hayamos visto en vídeo. Mamá, papá, ya no tenéis excusa para prohibirme el ordenador. Que ahora sí que lo voy a petar viendo un montón de vídeos que me permitirán aprender. Esto es superguay".
La anterior podría ser una charla bastante aproximada de chavales que llegan a sus casas desconcertados por la propuesta de su docente y que, más allá de una justificación exhaustiva (si ni tan sólo en muchas ocasiones el docente lo tiene claro), hablan acerca de cómo van a trabajar ese curso (o en algunos momentos determinados del mismo). Algo que les descoloca y, como no, a sus padres.
Para
entrar un poco más en el tema tan "apasionante" de la flipped classrom (o clase invertida -algunos ya estamos cansados de anglicismos y, más aún, con la nueva versión de la RAE de su diccionario) conviene destacar que es un modelo que, mayoritariamente, se usa para invertir el trabajo de aula y el de clase. Normalmente, lo que se hace es un
modelo tradicional. Un modelo que consiste en que los alumnos ven un vídeo de la lección y la aprenden en casa, mientras que en el aula se ayuda a resolver las dudas que les pueda haber presentado la visualización anterior.
La mayoría de docentes se quedan con el modelo anterior pero hay algunos que optan por un modelo avanzado. Un modelo que permite ir avanzando al estudiante a su ritmo y que, más allá de invertir el aula (mediante el estudio en casa y la solución de dudas en el aula), permite a los alumnos personalizar su propio aprendizaje. ¿Cómo se hace lo anterior? Pues simplemente poniendo unos objetivos mínimos, normalmente evaluables mediante diferentes tipos de prueba, que permiten ir al estudiante, una vez superado el 80% de lo anterior (sacar más de un 8 si se evalúa sobre 10 o superar 8 de cada 10 ítems de la rúbrica), a la siguiente lección. La evaluación final se realiza en función de los objetivos que no se alcanzan (o sea que, en función de lo que les queda por hacer al final de curso, se evalúa -a menos tareas pendientes, más calificación-).
Yendo un paso más allá nos encontraríamos con el aprendizaje entre iguales. Los alumnos aprenden el material fuera del aula y, cuando llegan a ella realizan un cuestionario de forma individual. El objetivo es que los alumnos consigan convencer a sus compañeros acerca de sus respuestas. Es un sistema que se ha de controlar muy bien ya que permite la posibilidad de que existan errores globales. Errores que, en el momento que se den, deben ser corregidos por el docente que está en el aula aplicando el método.
Finalmente, nos podemos encontrar con dos modelos que se están usando (o definiendo) como métodos aislados pero muy relacionados con la inversión del aula. Son el modelo del
aprendizaje por proyectos que, seguramente más de uno ha estado usando bajo la denominación de
webquests (o cazas del tesoro) y el de
investigación acerca de algún tema concreto (el docente propone un tema y el alumno investiga por su cuenta -siempre con el asesoramiento del docente-). Parece curioso pero los últimos modelos, sobradamente conocidos por muchos docentes, son parte de ese modelo tan novedoso que está en auge como es el de la clase invertida.
Unas breves líneas para que se sepa de qué estamos hablando cuando hablamos con esas maravillosas palabrejas tan de moda llamadas "flipped classroom". Espero que os resulte de interés.
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