Posted: 12 Jun 2015 01:27 PM PDT
Vestía pantalones y fumaba en público mientras mantenía romances con interesantes hombres relacionados con la literatura o la música. En el París del siglo XIX, George Sand fue sin duda un terremoto que sacudió los cimientos de la constreñida sociedad decimonónica en la que las mujeres vestían largos e incómodos vestidos y eran, como mucho, ángeles del hogar. Pero George Sand decidió romper moldes, se divorció, vivió con quien quiso y plasmó sus experiencias en una extensa producción literaria.
Amantine-Aurore-Lucile Dupin nació el 1 de julio de 1804 en París. Su padre, Maurice Dupin, era nieto de un general del ejército francés y su madre, Sophie-Victoire Delaborde, era una campesina. Pero fue su abuela materna la que se hizo cargo de su educación los primeros años, en un bucólico pueblecito francés llamado Nohant que sería un referente a lo largo de toda su vida y fuente de inspiración en parte de su obra.
Después de pasar un breve período de tiempo en un convento de París, en 1822, cuando era una joven de dieciocho años, se casó con el barón Casimir Dudevant, con quien tuvo dos hijos, Maurice y Solange. El matrimonio no llegó a la década de vida y en 1831 la baronesa se instalaba en París donde empezaría una nueva vida. No sería hasta cinco años después que conseguiría oficialmente el divorcio.
El mismo año en el que dejó al barón Dudevant, Amantine inició un romance con el escritor Jules Sandeau. Una relación de la que salió una novela escrita conjuntamente, Rojo y Blanco, y el pseudónimo con el que firmaría toda su amplia obra literaria.
Escasos dos años más tarde, cuando ya había escrito y publicado con éxito sus primeros títulos como George Sand, empezó otras relaciones amorosas y entabló amistades con hombres de la talla del compositor Franz Liszt o el político Michel de Bourges. No fue hasta 1838 que inició una relación más o menos estable con el compositor y pianista Frédéric Chopin. Ambos, juntos a los hijos de la escritora, pasaron una larga temporada en Mallorca, que fue fuente de inspiración para varias novelas, entre ellas Un invierno en Mallorca.
Ferviente defensora de la Tercera República, George Sand participó activamente con sus escritos en la Revolución de 1848. Poco tiempo después decidía retirarse a Nohant, donde permanecería el resto de sus días y donde continuó manteniendo amistades epistolares y otras de carácter más íntimos con grandes hombres de su tiempo.
Mujer de carácter, escritora prolija, George Sand se ganó palabras de alabanza de muchos escritores de su época, entre ellos Gustave Flaubert o Alejandro Dumas, mientras que otros, como Charles Baudelaire no soportaron sus aires masculinos y la libertad con la que se movía en los círculos intelectuales de su tiempo.
George Sand falleció el 8 de junio de 1876 rodeada de muchos de los hombres que la amaron y, por encima de todo, respetaron. De ella nos ha quedado una ingente producción literaria.
Películas que hablan de ella
Impromptu
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