lunes, 7 de septiembre de 2015

El dictado por voz no quita la necesidad de saber escribir




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El dictado por voz no quita la necesidad de saber escribir

by Jordi Martí
Cada cierto tiempo se producen "novedades" en el mundo tecnológico que permiten ser exportadas, por sus posibles utilidades, al aula. Estos días he tenido la suerte de trastear con el reconocimiento de voz para crear texto que ha incorporado Google Docs y, realmente, he observado que la tasa de error es prácticamente nula. Sí, del centenar largo de palabras que he ido dictando al micrófono de mi equipo, sólo una ha tenido un pequeño error. Un error que, además, viene marcado por parte del corrector ortográfico con lo que, por suerte, es muy fácil de solucionar. Algo que va un paso más allá del reconocimiento de voz para ofrecer una necesidad que, para muchos que habían saltado a dispositivos táctiles les va a venir muy bien.

Ahora viene la duda de lo anterior... si tenemos un dispositivo que escribe por nosotros y que, además, no obliga a saber si huevo va con hache, sin ella, con uve o con be, ¿qué hacemos enseñando las reglas ortográficas? ¿Qué sentido tiene enseñar a escribir cuando la máquina ya lo hace por nosotros? Pues bien, si consideramos la escritura como un simple trámite, la necesidad del aprendizaje de la escritura es innecesario. Ahora bien, si se considera la escritura como un mecanismo para favorecer aprendizajes más consolidados -como debería ser el caso-, resulta imprescindible el que un alumno sepa escribir. Usar calculadora no quita el estudio de las matemáticas, eso sí... debería haber reformulado la manera como se explican a nuestros alumnos. La tecnología no deja de ser un medio para gestionar o facilitar determinadas situaciones habituales. Pretender que la tecnología va a suplir aprendizajes es un error. Un error que también consiste en despreciar la tecnología y defender a ultranza el método tradicional de aprendizaje. Por tanto, disponer de la tecnología y no usarla para seguir haciendo más de lo mismo cuando, tecnología mediante, se pueden facilitar muchas cuestiones no creo que sea demasiado productivo.
Sinceramente, no entiendo la necesidad de seguir haciendo exámenes cuyas respuestas puedan hallarse simplemente haciendo clic en tu ordenador después de haber introducido la pregunta en nuestro buscador favorito. No entiendo tampoco la necesidad de pasarse dos semanas haciendo raíces cuadradas cuando, una vez explicado el concepto y el procedimiento, hacerlas se convierte en algo rutinario que no tiene un mayor sentido que el trámite de mecanizar esa realización. Veo con más interés relacionar los motivos y las situaciones que llevaron a determinados hechos históricos que la necesidad de saber fechas concretas. Me genera dudas razonables el aprendizaje de idiomas basado en exámenes de verbos irregulares que se repiten curso tras curso. Y así podría seguir con multitud de casuísticas que se siguen dando, demasiado habitualmente, en nuestros centros educativos.
Que la tecnología facilite la vida no debe entenderse como un desarraigo de las necesidades de saber qué estamos haciendo y lo que subyace tras la búsqueda, creación de un texto o cualquier otra situación. Eso sí, mantener un modelo de aprendizaje, ignorando las potencialidades de esa tecnología para facilitar ese trabajo, manteniendo la necesidad de tanta mecanización educativa en conceptos analógicos tan repetitivos que pierden su utilidad, me da la sensación que es un craso error.
Jordi Martí | septiembre 7, 2015 en 8:11 am | Etiquetas: Google Docs, reflexiones, voz | Categorías: EDUCACIÓN, NUEVAS TECNOLOGÍAS | URL: http://wp.me/pGAud-5ly
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