UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 30 Oct 2015 12:27 AM PDT
Samhain era una vieja tradición celta que, en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre celebraba el final de la temporada de cosechas y el principio del largo invierno en las regiones septentrionales. Cuando Roma, que también conmemoraba ese paso entre la abundancia del verano y la escasez del invierno, de la luz a la oscuridad, expande su imperio hacia el Norte,
incorpora esa costumbre a su acervo cultural. Cuando el cristianismo va convirtiéndose en la religión oficial del imperio y en un ejemplo modélico de sincretismo va asumiendo las fiestas paganas, el viejo Samhaim céltico se convierte en el Día de Todos los Santos, quedando dedicado a todos aquellos mártires que no tienen una fecha concreta en el calendario y, de paso, a todos los difuntos de la familia. Cuando los emigrantes irlandeses tienen que emigrar a Estados Unidos por la hambruna de la patata, llevan sus costumbre y All Hallows' Eve, la Víspera de todos los Santos, se transforma, por esas cosas de la evolución de las palabras, en Halloween. Las tradiciones célticas incluían colocar una vela dentro de un nabo, ponerse disfraces horrorosos para espantar a los malos espíritus y probar los pequeños sobornos, esos caramelos, para obtener su favor o tenerles entretenidos. Es también una lucha de la luz contra la oscuridad y cómo, en medio de la larga noche invernal, el hombre rompe el manto negro con sus pequeñas llamas. Los irlandeses tuvieron que cambiar los nabos por calabazas en Estados Unidos, pues eran más fáciles de encontrar. En España, la Iglesia Católica sancionaba positivamente la representación de don Juan Tenorio en los teatros, pues también hay espectros y muertos pero al final hay arrepentimientos y un final feliz con una subida al Cielo acompañada de ángeles y cantos celestiales. En algunas ciudades, como Murcia o Sevilla, el Tenorio se representaba en su escenario natural, el cementerio, lo que tenía que ser toda una experiencia. Doy fe de que hace una generación la gente se sabía párrafos enteros de la obra de Zorrilla de oírlo con interés y emoción en el teatro local alrededor de la fecha de Todos los Santos. A partir de ahí, el negocio, como un enorme tsunami, se llevó la tradición, los recuerdos, las creencias y la literatura dramática. Los chavales se visten de muertos o brujas, algunos piden dulces por las casas, y los bazares chinos hacen su particular agosto en octubre vendiéndonos disfraces baratos y calabazas de plástico para que cumplamos las instrucciones de Hollywood lo mejor que podamos. A la mayoría de los niños les encanta Halloween: disfraces, caramelos, callejear con otros niños, el cielo no puede ser mejor. Sin embargo, para los niños que tienen un trastorno del espectro autista, las cosas pueden ser complicadas: el disfraz puede picar; las luces, gritos y músicas les pueden resultar estridentes y molestas; el barullo, la incertidumbre del truco o trato, los nervios de las situaciones pueden suscitar en ellos más los aspectos estresantes, que siempre los tienen, que los divertidos. Como prácticamente todo en el mundo del autismo, Halloween se puede abordar, convertir en una mejor experiencia, integrar a los niños con un TEA en la diversión general de sus compañeros y utilizarlo como un pequeño aprendizaje para las cosas del día a día. Los Servicios Familiares de Autism Speaks han presentado una serie de consejos para ayudar a que todos, niños y adultos, disfruten esta fiesta. Como siempre que escribo estos post, ojalá sea útil a los niños con TEA y a sus familias. Aquí van:
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