UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 04 Jan 2014 04:04 AM PST
Este año 2014 se cumplen los 500 años del nacimiento de una de las figuras claves de la Historia de la Ciencia: Andrés Vesalio. Vesalio nació en Bruselas la última hora del 31 de diciembre de 1514. Era la quinta generación de médicos de la familia y se cuenta que de niño le gustaba diseccionar ratas y topos y que además vivía cerca de unos patíbulos donde el joven Andreas veía como los pájaros iban descarnando los cadáveres de los ejecutados. Su bisabuelo fue médico de Carlos el Temerario, su abuelo era médico personal del emperador Maximiliano I y su padre, apotecario de la corte de Carlos V. Tras iniciar sus estudios en la Universidad de Lovaina, Vesalio fue a estudiar a Paris. Según la biografía de Jean
Fernel escrita por Sherrington, la vida de los universitarios de la época no era del todo igual a la de los estudiantes actuales:
Nos levantábamos a las 4 de la mañana y habiendo dicho nuestras oraciones, íbamos a la clase de las 5 en punto con nuestros enormes libros bajo un brazo, y el recado de escribir y la palmatoria con la vela en las manos. Las clases duraban hasta las 10. Entonces, tras media hora de corregir nuestros apuntes, íbamos a desayunar. De la 1 en adelante volvíamos de nuevo a clase y a las 5 regresábamos a nuestros alojamientos, estudiábamos nuestros apuntes y buscábamos referencias en los libros. La cena era a las 6.
Antes de Vesalio, la Anatomía se aprendía con un profesor que sentado en su cátedra leía en voz alta los textos clásicos -fundamentalmente las obras de Galeno- a los alumnos, mientras que de cuando en cuando un barbero enseñaba a los alumnos las vísceras de un animal y dos veces al año, en invierno para disminuir el olor de la putrefacción, de un criminal ajusticiado. Vesalio, con la connivencia de sus compañeros —las universidades eran en algunos aspectos más democráticas que ahora— convenció a los profesores parisinos para que le dejasen ocupar el puesto del barbero y encargarse él de las disecciones. Vesalio decidió jugársela y para mejorar su conocimiento del cuerpo humano, en una actividad que suponía un delito severamente castigado, recogió cadáveres y huesos en los patíbulos de Montauçon y en las tumbas del Cementerio de los Inocentes.Su profesor, Jacobus Sylvius estaba indignado con su falta de respeto e inconformismo y Vesalio tuvo que continuar su carrera con otro profesor, Juan Gunther de Andernach, que se rodeó de dos ayudantes habilidosos, Vesalio y Miguel Servet. Vesalio no era un hombre agradecido con sus maestros. En la página 254 de su obra De Radici Chynae usus, se refiere a la crítica que le hace Dryander en su obra anterior por no citar a ningún autor contemporáneo o inmediatamente anterior y, especialmente a no haber mencionado a su maestro De Andernach. La respuesta de Vesalio fue que "no deseo herir en cuanto a la disección a quien no he visto cortando ni a hombre ni a bruto, fuera del comedor." A comienzos de 1535, Vesalio pensaba examinarse de sus exámenes finales pero el emperador Carlos marchó por el valle de Marne con la esperanza de conquistar París. Vesalio, cuyo padre trabajaba en la corte imperial tuvo que huir y en los dos años siguientes realizó una paráfrasis al libro IX de Rhazes a Almanzor. Envió este trabajo a la Universidad de Lovaina para intentar graduarse firmando la obra como "Medicinae candidato". La traducción se publicó en Lovaina en febrero de 1537 y después en Basilea, ciudades por donde pasó Vesalio camino de la atmósfera más abierta y acogedora del norte de Italia. Entre los motivos de este traslado está que el ambiente del Renacimiento italiano había generado una primacía de la observación sobre el principio de autoridad, el interés por la revisión y corrección de los textos clásicos y en el terreno anatómico, la restauración de la anatomía galénica —en Lovaina llevaban 17 años sin hacer una disección— las mayores facilidades para la disección del cadáver humano y una mayor generosidad, a la que Vesalio alude, en las retribuciones. El 5 de diciembre de 1537 Vesalio fue nombrado profesor de Anatomía quirúrgica en Padua, el centro del Renacimiento científico. Recibió instrucciones del poderoso Senado de la Republica de Venecia, de cuyo territorio Padua formaba parte, para llevar a cabo disecciones públicas para lo que se le proporcionaría un amplio flujo de cadáveres. Dispuso en Padua de grandes facilidades y lo contaba así
Mi estudio de la Anatomía nunca habría tenido éxito si yo, mientras estudiaba Medicina en París, hubiera estado dispuesto a que las vísceras nos fueran simplemente mostradas a mi y a mis compañeros estudiantes en una u otra disección pública, por barberos sin ninguna habilidad y en la forma más superficial. Tenía que poner mis propias manos a la obra.
Vesalio se preocupó de la enseñanza de los estudiantes y dibujó seis grandes póster de Anatomía con un cuidadoso detalle. Cuando vio que se los copiaban por todas partes, los publicó en 1538 bajo el título de Tabulae Anatomicae Sex. Las Tabulae han sido consideradas "esencial y brillantemente modernas —modernas en su apariencia, modernas en su aspecto, modernas en su método, en su arte y en su técnica." Progresivamente, según seguía haciendo disecciones y dando clases, Vesalio se dio cuenta que las obras de Galeno estaban basadas en muchos casos no en observaciones de la Anatomía humana sino de animales, algo que el médico romano no ocultaba. Ya que la disección de cadáveres estaba prohibida en la Antigua Roma, Galeno había estudiado animales domésticos como bueyes, cerdos u ovejas y también, lo más parecido al hombre, los macacos de la Berbería, lo que nosotros conocemos vulgarmente como monos de Gibraltar. Vesalio terminó afirmando:No reconozco otra autoridad que mis propios ojos. Debo tener la libertad de comparar los escritos [dicta] de Galeno con los hechos observados en la estructura del cuerpo. Para darnos cuenta de la importancia de esta rebeldía, basta recordar a Galileo que también se atrevió a refutar las afirmaciones de Aristóteles y a enfrentarse a la "verdad" imperante, rompiendo con el respeto enorme a las descripciones de los clásicos. Para hacernos una idea, el sistema de circulación sanguínea planteado por Galeno requería que hubiese unos agujeros que conectasen ambos ventrículos y él así lo indicaba en sus obras. La autoridad de Galeno era tal que durante 1400 años todos los estudiosos del cuerpo humano "vieron" dichas perforaciones. Vesalio fue el primero que se atrevió a admitir que no conseguía encontrarlos. Aún así, no se le ocurría disputar el modelo de distribución de la sangre por lo que supuso que la sangre se destilaría a través del tabique muscular que separa ambos ventrículos. Vesalio conocía bien al menos tres de las obras anatómicas de Galeno y presumía de haber encontrado unos 200 errores. Hubo una reacción de incredulidad en muchos profesores de la época, confiados en la infalibilidad del médico de gladiadores que llegaron a exclamar "Se equivoca el cadáver, que no Galeno". En el ámbito de la Neurociencia, Vesalio luchó contra la teoría medieval de que los ventrículos cerebrales eran el lugar de las facultades de la razón
Todos nuestros contemporáneos, en tanto yo los puedo entender, niegan a los monos, perros, caballos, ovejas, vacas y otros animales los poderes principales del Alma Reinante—por no hablar de otros poderes— y atribuyen solamente al hombre la facultad de razonar y adscriben esta facultad en igual medida a todos los hombres. Y sin embargo podemos claramente ver en la disección que los hombres no superan a esos animales por la posesión de ninguna cavidad especial en el cerebro. No solo es el número de ventrículos el mismo sino que todas las demás cosas en el cerebro son similares, excepto solo el tamaño y la completa consonancia de las partes para la virtud.
Vesalio pidió a los médicos de su época reexaminar la estructura y función del cerebro con una mente abierta. En ese sentido, vio que la red milagrosa —la rete mirabile—, un grupo de vasos sanguíneos en la base del cerebro no existía en humanos y sí en los bueyes donde lo había visto Galeno. Definió el nervio como la vía para transmitir las sensaciones y los movimientos refutando las afirmaciones de sus contemporáneos de que los ligamentos, tendones y aponeurosis eran tres tipos de unidades nerviosas. Afirmó que los nervios no se originaban en el corazón, como creía Aristóteles sino que surgían del cerebro. Tras estudiar el nervio óptico, llegó a la conclusión de que los nervios no estaban huecos, no eran tubos como se habían descrito habitualmente, probablemente por una mala conservación.El prestigio de Vesalio creció enormemente por sus publicaciones. Es autor de uno de los libros más importantes del conocimiento científico, De humani corporis fabrica. El concepto de "fábrica" tiene un enfoque arquitectónico, de edificio integrado, coordinado, en constante renovación y mantenimiento. Esa obra, completada en Padua y Venecia en 1542 se publicó en Basilea el 5 de mayo de 1543, cuando el autor contaba 28 años y está compuesto por siete pequeños tratados de los cuáles el Libro IV trata de los nervios y el libro VII está dedicado al sistema nervioso central y a los órganos de los sentidos. Vesalio completó la Fabrica con 273 magníficas ilustraciones que han sido atribuidas a Stephan van Calcar (c. 1499-1546) —la portada de la Fabrica muestra a un estudiante leyendo un libro con las iniciales SC— pero pueden ser demasiadas para un único autor y se supone que participarían otros artistas del taller de Tiziano. La Fabrica está dedicada al emperador Carlos V de quien era médico personal. Vesalio, que debía ser un hombre práctico, publicó después una edición resumida, dirigida a la docencia y con un especial énfasis en las ilustraciones, titulada Andrea Vesalii suorum de humani corporis fabrica librorum epitome, y dedicada al rey Felipe II. Por otro lado, si en la Anatomía fue rompedor, en la Fisiología, el funcionamiento del sistema nervioso fue mucho más conservador. No rechazó la teoría de los espíritus indicando que los ventrículos eran "cavidades en los cuáles el aire inhalado, unido al espíritu vital del corazón, se transformaba, por el poder de la peculiar sustancia en espíritus animales". Tampoco discutió la posición de Galeno sobre la forma y complejidad de las circunvoluciones cerebrales. Galeno había examinado el cerebro de un burro y después de ver aquel cerebro plegado dijo que no era posible que las circunvoluciones tuvieran que ver con las funciones mentales superiores. Con respecto a estas funciones, Vesalio simplemente se lamentó indicando que la Anatomía tenía sus límites y que no podía formarse una opinión sobre cómo el cerebro regulaba la imaginación, el raciocinio y la memoria. Al poco de publicar la Fabrica, Vesalio fue invitado como médico de la corte del emperador Carlos V. Cuando informó al Senado de Venecia que dejaba su puesto en Padua, el duque Cosme I de Médici le invitó a trasladarse a la universidad de Pisa que estaba en plena expansión. Vesalio rechazó la oferta, viajó a Bolonia para ayudar con unas disecciones y visitar a unos amigos y finalmente se trasladó a la corte donde los otros médicos se burlaban de él por haber hecho operaciones y le llamaban barbero. La obra de Vesalio no era perfecta. Su sucesor en Padua, Falopio, publicó un libro con bastantes correcciones que Vesalio elogió en una muestra de fair play científico. El ganador de un concurso realizado en 1943 entre estudiantes de Medicina de la Universidad de Yale encontró solo en dos planchas de los músculos 21 errores. Vesalio, convertido en un cirujano militar y médico de un gobernante enfermizo como era Carlos V terminó su carrera creativa como investigador. Lo debió ver venir pues él que había declarado que un científico comprometido no debería casarse, contrajo matrimonio y tuvo una hija. Parece que quemó algunos manuscritos incompletos y no inició ninguna investigación nueva. Los siguientes once años viajó con la corte, curando heridas de batallas y torneos, administrando medicamentos, realizando autopsias y contestando consultas directas y por correspondencia. En su estancia en Madrid tuvo que tratar al heredero del trono, el príncipe Carlos que había sufrido una lesión en la cabeza al caerse por las escaleras mientras perseguía a una joven sirvienta. Felipe II mandó a Vesalio reunirse con los médicos que estaban junto al príncipe inconsciente. Cuando los madrileños supieron que el príncipe estaba comatoso decidieron actuar por su cuenta. Desenterraron los restos de fray Diego de Alcalá del monasterio franciscano donde yacía y los llevaron al Palacio Real, colocándolos junto a la cama de don Carlos. La idea era que puesto que el fraile franciscano había hecho curaciones milagrosas durante su vida, era lógico esperar que las siguiera haciendo después de muerto. Cuando el príncipe despertó, la gente común pero también la familia real atribuyeron su recuperación a los poderes de las reliquias del fraile y no a los que hubieran podido hacer los médicos. Diego de Alcalá fue canonizado y Vesalio abandonó España lo antes que pudo para lo que es posible que fingiera una enfermedad para obtener el permiso real. Siguió siendo criticado y en 1551 el emperador Carlos V encargó a la Universidad de Salamanca —"el tesoro de donde extraigo gobierno para mis reinos"—que estudiase las implicaciones religiosas de sus métodos. El comité los aprobó pero los ataques no cejaron. La figura de Vesalio rompía con la ciencia de su época y no todos lo aceptaron bien. El profesor de Vesalio en Paris, Jacobus Sylvius (1478-1555) indicaba en una de sus obras "Lector honesto. Te urjo a no prestar atención a cierto loco ridículo, uno con tal falta de talento que injuria y vitupera sin piedad contra su profesor". Sylvius no solo llamaba a su discípulo un asno de dos patas sino que pedía que "Vesalio sea duramente castigado y frenado de todas las formas posibles, para evitar que su pestilente aliento envenene el resto de Europa." Puesto que las evidencias de las disecciones era contundentes, Sylvius terminó indicando que el cuerpo humano había cambiado desde que Galeno lo estudió. Vesalio murió a los cincuenta años volviendo de una peregrinación a Jerusalén.Una leyenda aparentemente falsa es que había hecho la disección de un aristócrata español en Madrid en 1553 mientras el corazón todavía latía y que condenado a muerte, el rey le había conmutado la pena por el peregrinaje a Tierra Santa. Parece que aunque Felipe II le había dado una recomendación para la Flota Veneciana pero por avaricia cogió barcos de peregrinos, mucho peores, cargando además muy pocos víveres. A la vuelta pasaron cuarenta días en medio de tempestades incapaces de acercarse a puerto. Finalmente, naufragaron y Vesalio consumido por la ansiedad a ser "comido por los peces", el tifus y el sufrimiento que había pasado porlas privaciones, murió poco después de pisar tierra. Se le atribuye la siguiente frase: "el genio vive, todo lo demás es mortal." Sus restos mortales se perdieron para siempre pero su genio como padre de la Anatomía moderna sigue entre nosotros. Para leer más:
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