Si uno se guía por cuestiones mediáticas y declaraciones de los políticos responsables de la Educación en nuestro país, queda claro que la Universidad española parece un auténtico desastre.
Artículos que hablan del bajo nivel de nuestros graduados universitarios comparándolos, en nivel, con alumnos de secundaria japoneses. Otros que hablan de la Universidad y de la investigación que se realiza en la misma por parte de sus profesionales para convertir a esos docentes e investigadores en simples
hacedores de papers. Muchos artículos en diferentes blogs que hablan acerca de la falta de democracia en las instituciones universitarias y en la endogamia en la contratación del profesorado. Todo ello mezclado con un desprecio absoluto a lo que sucede en las Universidades.
Que la Universidad española es un nido de corrupción no lo discuto. No puedo discutirlo conociendo compañeros míos que se quedaron para hacer el doctorado y han conseguido medrar hasta su plaza (haciendo grandes esfuerzos, convirtiéndose prácticamente en esclavos y teniendo que lamer demasiados traseros). Tampoco puedo hacerlo sabiendo cómo se eligen los rectores de las mismas y las presiones, muy alejadas de cuestiones educativas, para que salga uno u otro. Es un nido de víboras. De luchas de poder entre Departamentos. De una competencia brutal sobre quién se queda con tal o cual investigación. De un aprovechamiento de los asociados que cobran miserias para dar las clases que los titulares prefieren no pisar. De docencia, en muchos casos, que se plantea como objetivo secundario de muchos profesores de lo que pululan por ahí. Pero, ¿realmente con lo anterior podemos inferir que la Universidad española es mala? ¿Es lícito, a pesar del funcionamiento interno de la misma, plantearnos que la Universidad española no es tan mala como nos la pintan?
Reconozco que en la Universidad española se habría de realizar una completa limpieza. Limpieza de prácticas del medievo que siguen funcionando en las mismas. Reconozco que, en demasiadas ocasiones, la Universidad está perdiendo su función principal: la de contexto cultural por excelencia. Reconozco que me gustaría ver muchos cambios en su funcionamiento pero, de ahí a decir, como insinúan algunos, que toda la Universidad española es un desastre...
Si la Universidad española fuera un desastre no tendríamos los profesionales que tenemos. Los médicos que operan en nuestros hospitales son producto de esa Universidad. Los ingenieros, arquitectos y abogados también. Los que gestionan la mayoría de empresas, en su parte más técnica, tienen un título que les permite ejercer una función imprescindible. Por cierto... a los titulados españoles se los rifan en otros países, ¿por qué será?
La Universidad española tiene mucho que mejorar. Hay muchas cuestiones sobre las que conviene trabajar. Y muchos que somos y seremos críticos con el entramado que se ha generado en la misma también vemos que no es tan mala. No creo que aporte unos malos profesionales al sistema. No creo que la sociedad se resienta por una mala calidad de la misma. Lo que sí que es óbice es que hay mucho por hacer.
Vender que la Universidad española es un desastre sesgando los valores positivos de la misma (que los tiene) es algo que demuestra intereses muy alejados de las necesidades reales de los alumnos que se hallan completando su formación en las mismas. Sí, como he dicho antes, hay mucho por hacer. Muchas cuestiones a sanear pero, no por ello, podemos generalizar una afirmación a la que los hechos (aceptación de nuestros títulados en otros países, calidad de los profesionales que se trabajan en el nuestro, etc.) se encargan de desmentir.
depende con que se compare...jajaja
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