UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 28 Mar 2015 01:04 AM PDT
El gourmand, por su parte, obtiene también placer en la comida, pero es sobre todo un goloso, no me refiero solo a alimentos dulces, le gusta comer y es posible que coma en exceso. El gourmand está por tanto en un escalón intermedio entre el gourmet y el glotón, pues aunque también le gusta que su comida sea especial no tiene el nivel de cultura gastronómica alcanzado por el gourmet. El síndrome del gourmand fue descrito por primera vez en 1997 por la neuropsicóloga Marianne Regard y el neurólogo Theodor Landis en un artículo publicado en la revista Neurology. Se considera tanto un trastorno alimentario como un daño cerebral. Incluso las personas que lo sufren, que pueden ser niños o adultos, lo consideran algo «benigno» y lo más llamativo es que la relación de la persona afectada con la alimentación, cambia. Lo curioso de este síndrome son las particulares conductas de los pacientes en torno a la comida: piensan sobre comida, discuten sobre comida, escriben sobre comida y, por supuesto, se la comen. Curiosamente, puede que de repente tenga un fuerte antojo por un plato determinado, aunque sea uno por el que nunca tuvo un interés especial o que solo quiera comida muy selecta y de alta calidad. No es un descontrol del apetito que lleve a comer de forma desaforada sino algo más selectivo y sofisticado. El segundo caso era un hombre de negocios que después de un ictus también desarrolló una pasión por la comida de calidad, aunque en este caso era parte de una alteración mayor del control de los impulsos pues otra novedad en su conducta era un acoso sexual constante a las enfermeras del hospital donde estaba ingresado. Mi madre diría que se había entregado a todos los vicios. Curiosamente, un estudio realizado en 2003 por un equipo que incluía a los dos mismos investigadores y que se realizó sobre 21 ludópatas encontró que 8 de ellos (38%) tenían también síndrome de gourmand sugiriendo una relación en las dos patologías en temas como la búsqueda de placer, comportamientos obsesivos y los problemas en el control de los impulsos. Habiendo identificado y bautizado el nuevo síndrome, la siguiente fase del estudio de Regard y Landis fue ver con qué frecuencia aparecía y si había un patrón anatómico peculiar, si había zonas encefálicas selectivamente afectadas. Los criterios que usaron en su rastreo de personas afectadas fueron:
Otro caso descrito por Mary Kurian y sus colegas, y que completa prácticamente toda la evidencia de que disponemos sobre el síndrome del gourmand, es el de un niño de diez años que tras el desarrollo de una epilepsia a los ocho aumentó su apetito, se puso a cocinar para él y el resto de la familia, en particular los fines de semana y estaba en cierta manera obsesionado con la creación de nuevas recetas. Una de ellas, la Reispfanne, un plato de arroz, asombró a sus padres por su delicioso sabor. Los padres comentaban que tenía marcadas preferencias en temas como sándwiches, pasta, pescado o cordero así como en las frutas (pomelo, naranja) pero no le gustaban las patatas fritas y otras comidas que son normalmente las favoritas de los muchachos de su edad. El análisis neuropsicológico también encontró señales de una disfunción del hemisferio derecho tales como un déficit en la memoria visuoespacial. Los autores pensaban que su estudio de caso apoyaba investigaciones previas que relacionaban los trastornos alimentarios como la anorexia o la obesidad con el hemisferio derecho. A favor de esta idea es que en los casos donde había una relación entre un trastorno alimentario y una lesión, la probabilidad de que estuviera localizada en el hemisferio derecho era mucho mayor que en el izquierdo y que la curación de la lesión en el hemisferio derecho provocaba la remisión del trastorno alimentario. Las dos publicaciones realizadas sobre el síndrome del gourmand señalan también la presencia de un componente obsesivo y otros comportamientos típicamente asociados a las adicciones (ansia de consumo, preocupación). También vieron que un tercio de los pacientes identificados tenia síntomas de manía (agresividad, deficiente control de la impulsividad, desinhibición, inestabilidad emocional). A pesar de esta información disponible, su valor diagnóstico es todavía dudoso y son necesarios más estudios que permitan determinar su existencia como un problema real y distinto de otros diagnósticos. Uno de los cocineros más famosos de la historia, además de restaurador y escritor sobre cocina fue Auguste Escoffier (1846-1935). Este chef desarrolló la cocina francesa moderna, elevó el estatus de su profesión, organizó la cocina como un espacio disciplinado y organizado, consiguió que la aristocracia saliera a cenar fuera de sus casas e inventó numerosos platos ente los que podemos citar el melocotón Melba (melocotón y frambuesa sobre helado de vainilla), las fresas à la Sarah Bernhardt (con piña y sorbete de Curaçao), Junto con sus amigos, Escoffier fundó en febrero de 1912 la Ligue des Gourmands. Este club se extendió con rapidez por diferentes países europeos y sumó miles de socios. Una de sus actividades más famosas eran las Dîners d'Epicure, las Cenas de Epicuro, un mismo menú delicado y esmerado que se servía simultáneamente en numerosos restaurantes. Para leer más:
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