No puedo menos que reflexionar al ver la gran cantidad de docentes que tienen cuentas en diferentes redes sociales y, la ínfima parte de los anteriores que las usan abiertamente. Sí, hay muchos docentes con cuentas en Twitter, Facebook o formando parte de comunidades en Google+ (entre muchas otras plataformas) que optan por permanecer en la invisibilidad. Sí, la mayoría de docentes conectados, son docentes pasivos. Pasividad que, curiosamente, se ve acrecentada después de ver las relaciones que se establecen en las propias plataformas. Plataformas que, en muchas ocasiones, derivan de lo virtual a lo presencial en diferentes encuentros.
Cuando un docente, incluso que permanezca en segundo plano, pasa parte de su tiempo en las redes sociales, ¿debemos considerarlo como conectado? ¿Debemos considerar conexión a la escucha pasiva? ¿Debemos de plantearnos que, la diferencia entre los docentes conectados y aquellos que no lo están sean su propio aprendizaje virtual y el uso que dan del mismo en sus aulas? Yo creo que sí. Creo que tan importante es el docente activo en las redes como el pasivo. Creo que, más allá de la "timidez" (sí, uno de los motivos básicos por los que muchos docentes no dan el paso de docente pasivo a activo es porque creen que lo suyo no es importante) de muchos, es bueno contar con ellos. Es bueno saber que parte de lo que comentas o discutes puede formar parte de la reflexión de esos miles de docentes que no participan porque, lo que sí que tengo claro, es que las redes sociales deben ser todo menos coercitivas. Si uno quiere estar, lo importante es que esté. Me gustaría que la mayoría fueran más activos pero, tampoco conviene despreciar la pasividad en forma de escucha activa. Porque, no a todos les gusta publicitar lo que hacen o expresar sus opiniones en voz alta. Y lo anterior es totalmente respetable.
Los roles en lo virtual distan mucho de lo que habitualmente observamos en nuestro día a día. Un día a día en el que, cada vez, se halla más mezclado a nivel profesional (e incluso personal) lo que sucede dentro y fuera de las redes. Algo que, más allá de considerarlo un defecto, lo llamaría evolución. Las redes sociales han evolucionado el modelo comunicativo y, más allá del mal uso en el que puedan caer algunos, su uso es mucho más beneficioso que lo que muchos cuestionan. Porque, a mayor cantidad de conexiones, mejor aprendizaje. Porque, por mucho que uno esté disfrutando, de forma pasiva, de dicho aprendizaje, el mismo seguro que va a ir a parar a las aulas. Porque, al final, lo importante es estar ahí más que la forma en la que uno esté.
Quiero docentes conectados porque, más allá que los mismos estén conectados de forma activa o pasiva, sé que están ahí. Y estar, al final, es lo más importante. El paso de la pasividad a la actividad ya vendrá con el tiempo :)
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