lunes, 16 de septiembre de 2013

Federico Mayor Zaragoza



Federico Mayor Zaragoza


Posted: 15 Sep 2013 02:59 AM PDT
El "Día Internacional de la Democracia" es el momento oportuno para reflexionar en voz alta sobre lo que significa como comportamiento a escala personal, local, nacional, regional e internacional, sobre el apremio de respetar los "principios democráticos" que enunció en 1945 la Constitución de la UNESCO y que, ahora, deben consolidarse como solución en todo el mundo.

La  situación es especialmente delicada, sobre todo en  Europa, donde han sido los mercados los que han condicionado la acción política hasta el punto de llegar, en "países-símbolo" como Grecia e Italia, a designar a los gobiernos sin comicios electorales. Fue un inmenso error permitir que los "globalizadores neoliberales" sustituyeran los valores por las leyes mercantiles y las Naciones Unidas por grupos plutocráticos (G-6, G-7, G-8… G-20). La crisis sistémica es de tal gravedad, que puede vaticinarse una pronta inflexión, un "nuevo comienzo".

El lema de este año es "Reforzar las voces en favor de la democracia". "En el corazón de la democracia –ha escrito el Secretario General de las Naciones Unidas- reside la capacidad de expresar la voz del  pueblo para decidir cómo es gobernado".

Hoy es posible, por primera vez en la historia, la participación no presencial gracias a la moderna tecnología de comunicación. Utilicémosla, unamos voces, miles, millones de voces, para que logremos que las democracias "formales" vayan perdiendo altura y se fortalezca la democracia genuina, la que tiene en cuenta permanentemente a los ciudadanos que representa.

Nunca olvidaré cuando, hablando un día de democracia "auténtica", me dijo mi padre: "La democracia se basa en repartir". Los que más tienen, los más afortunados deben ser solidarios y ofrecer igualdad de oportunidades a los que tienen menos. Que todos los insolidarios, los que acumulan, los que evaden sus responsabilidades fiscales, lo tengan bien presente: democracia es repartir, com-partir.

La Carta de las Naciones Unidas, que fue  adoptada en nombre de los «pueblos de las Naciones Unidas», reafirma la «fe en los derechos humanos fundamentales, en la dignidad y la valía de la persona humana, en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y de las Naciones grandes y pequeñas»... Sin embargo, el término "democracia" no se utiliza en ninguna de sus disposiciones.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos sólo se refiere a la democracia una vez en el artículo 29.2: "...los derechos se basan, principal pero no únicamente, en los requisitos de moralidad, orden público y el bienestar general en una sociedad democrática".

Durante la "guerra fría" la democracia se refugió en las Organizaciones regionales (el Consejo Europeo, la Organización de Estados Americanos y, algún tiempo después, en la Unión Europea). Desde 1989 la democracia ha sido un tema continuamente abordado por las grandes Organizaciones internacionales: las Naciones Unidas, la Unión Africana, y la Unión Interparlamentaria que este año, precisamente, promueve la celebración del Día Internacional a través de los Parlamentos asociados de 162 países.

La democracia sólo puede existir si los derechos humanos son respetados y protegidos, mientras que los derechos humanos a su vez, sólo pueden  florecer dentro de un régimen democrático.

Por cuanto antecede, hace unos años procedimos, con Karel Vasak, Juan Antonio Carrillo Salcedo, Mario Soares, Edgar Morin, François de Bernard,… a la redacción de un proyecto de "Declaración Universal de la Democracia", que se presentó  en el mes de octubre de 2012 ante el Consejo de Europa y que, después, ha seguido incorporando observaciones y comentarios de diversos especialistas, contando en este momento con un importante número de signatarios (http://www.fund-culturadepaz.org/democracia_esp.php).

Esta es  la primera vez que la democracia se considera en todas sus facetas: política, económica, social, cultural e internacional.

Considero de interés reproducir los siguientes artículos, o parte de los mismos:

"Artículo 1. La democracia es un régimen político, económico, social, cultural e internacional, fundado en el respeto de la persona humana, cuyos derechos y deberes son indivisibles, en la supremacía y la independencia de la justicia y del derecho, así como en la posibilidad de toda persona de participar en la vida y en el desarrollo de la sociedad, en  libertad y  paz, siendo plenamente consciente de la igual dignidad y de la interdependencia de los seres humanos,  en un medio cultural y natural favorable".
"Artículo 11.1 La democracia debe desarrollar sistemas económicos fundados en la justicia social, a la cual se subordinarán siempre todos los otros aspectos y dimensiones de la vida económica, en un contexto de competencia libre y leal así como la indispensable cooperación, con el fin de alcanzar un desarrollo humano y económico sostenible, una prosperidad compartida, el fomento del empleo y el trabajo, y la utilización racional de los recursos económicos, alimenticios, naturales y energéticos. En la democracia, el objetivo fundamental es que toda persona, sin excepción alguna, pueda acceder a los bienes y a los servicios –particularmente de salud- necesarios para una vida digna de ser vivida".

El régimen democrático es la mejor garantía para la paz nacional e internacional, puesto que se basa en la búsqueda de la libertad y el pleno ejercicio de los derechos humanos   aunando los esfuerzos de todos los actores de la vida social: los Estados, individuos, organizaciones públicas y privadas. Sólo  en estas condiciones puede  tener lugar la transición desde una cultura de imposición, dominio, violencia y guerra a una cultura de conversación, conciliación, alianza y paz. En suma, de la fuerza a la palabra.

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