UniDiversidad. El blog de José R. Alonso. |
Posted: 20 Sep 2013 11:54 AM PDT
Dos años más tarde, la serie iniciaba su emisión. Tras su estreno el 3 de octubre de 2004, "Mujeres desesperadas" se convirtió en un éxito de crítica y público, realizando una sátira sofisticada del mundo moderno y contando con un grupo de actrices que hacían creíbles y potentes a sus personajes de mujeres de mediana edad rodeadas de conflictos personales, familiares, vecinales y profesionales. El primer episodio tuvo más de 21 millones de espectadores y desde 2006 a 2012, cuando terminó su octava y última temporada, ha sido la serie de comedia con más audiencia internacional del mundo, siendo emitida en 203 países, diez más de los miembros de la ONU. Ha recibido numerosos premios (Seis premios Emmy, dos Globos de Oro y dos premios del Sindicato de Actores, tan solo en su primera temporada) y se dice que ayudó a salir del declive a la cadena ABC siendo una auténtica máquina de ganar dinero, más de cinco millones de dólares por hora de emisión. "Mujeres desesperadas" ha generado un interés en la sociedad y por ende en el mundo científico sobre cómo las tensiones de la vida moderna, las expectativas insatisfechas, la difícil conciliación entre la vida familiar y profesional afectan a la salud mental de las mujeres en los países desarrollados. Diversos estudios han planteado si las "supermujeres" que muestran a menudo el cine y la televisión, exitosas y brillantes en el trabajo, el hogar y la cama, son un modelo veraz, sostenible y sano. Evidentemente se trata de una situación que es modulada por muchos factores de la situación familiar y social incluyendo los aspectos económicos, presencia de pareja estable, apoyo de la pareja, cargas familiares, grupo de amigos, estado de salud, o la respuesta de los gente cercana en los momentos que requieren apoyo y ayuda. Por poner un ejemplo, Lynette, que no ha encontrado canguro, le pide a Bree que se quede unas horas con sus hijos.
- Por favor, escúchame. Esto es importante. Hoy tengo la posibilidad de unirme a la raza humana por unas pocas horas. Son auténticos adultos esperándome con unas margaritas. Mira, me he puesto un vestido. Y tengo maquillaje.
- Si fuera otro día.
- Oh, por el amor de Dios, Bree. Me he puesto medias.
Algunos análisis valoran los incrementos de trastornos como la depresión o de problemas de comportamiento como la irritabilidad o la violencia psicológica en el hogar y otras investigaciones se han centrado en factores neurobiológicos como el impacto del síndrome premenstrual, la aparición de las migrañas, los efectos de los cambios hormonales o la insatisfacción con la vida sexual. Gabrielle le dice a John
- Me siento atrapada.
- ¿Quieres que abra una ventana?
- No, estoy hablando sobre mi vida.
- Oh, ¿hemos terminado con los preliminares?
El síndrome de las mujeres desesperadas se manifiesta de distintas maneras. Para algunas, la tensión va aumentando hasta que estalla en una explosión de lágrimas, en pegar a los niños o a su pareja o evoluciona hacia otros problemas mentales como la depresión o el deterioro de las relaciones con la pareja o con los compañeros de trabajo. Otras optan por una respuesta autolesiva como imponerse más normas a sí mismas, echarse la culpa de la situación o autocensurarse. Se imponen un silencio que les impide comentar sus frustraciones y sus miedos porque esas quejas son vividas como el fracaso en la imagen que deben alcanzar.
- Lynette, los chicos se están haciendo mayores y se están volviendo más listos. Pronto, se darán cuenta de que nos superan en número y entonces…
- Estamos jodidos.
- ¡Exacto!
Esos modelos de la farándula, como Angelina Jolie, muestran que se puede tener un aspecto sexy, una familia perfecta, hacer buenas obras, todo el dinero que alguien pueda soñar y a Brad Pitt de marido. El resultado es que la imagen de esas supermujeres de cuerpo estilizado causa un impacto negativo en la aceptación del propio cuerpo y genera un cambio patológico en la alimentación de las mujeres de mediana edad afectadas por este síndrome. Mientras que antes la presión por tener el cuerpo de Barbie afectaba sobre todo a las adolescentes y mujeres en sus veintitantos, esa presión ha aumentado especialmente y se ha expandido a las mujeres que van de los treinta y tantos a los cincuenta y tantos. No es que todas las mujeres respondan a esos arquetipos o sientan esos impulsos de la misma manera. Se supone que los trastornos de la alimentación se inician cuando un factor externo, lo que se llama un iniciador o un detonante coincide con unos factores internos que propician una vulnerabilidad. Ejemplos de esos factores externos pueden ser un comentario inoportuno de alguien sobre tu peso o tu aspecto, encontrarse con una amiga que se conserva mejor o ver una foto tuya de hace algún tiempo. Las vulnerabilidades internas son cualquier factor que haga que una persona se obsesione con su peso, su figura, cualquier componente de su aspecto físico. Los más conocidos son la poca autoestima, el creer que no puede atraer a nadie o el magnificar la importancia del atractivo físico para alcanzar la felicidad. Algunos factores de la personalidad que normalmente valoramos positivamente como la competitividad, el perfeccionismo o la fuerza de voluntad pueden convertirse en factores de riesgo que aumentan el peligro de que las personas con este síndrome tengan un trastorno alimentario. Muchas mujeres son conscientes de que la imagen que nos muestran las diversas pantallas es algo ficticio, que las famosas de la televisión, bajo su aspecto natural y "casual", llevan detrás horas de maquillaje, peluquería o gimnasio cuando no el paso por el quirófano de un buen cirujano plástico y que bajo el aspecto de tener vidas felices y plenas son frecuentes las situaciones imperfectas o incluso temibles. Es más difícil ser consciente de que esa dedicación a su aspecto conlleva una vida sacrificada que les puede privar de aspectos básicos de la vida, como salir con los amigos por miedo a caer en la tentación y saltarse la dieta, perderse el disfrute de una buena comida o arriesgarse a sufrir problemas de salud mental (depresiones, ansiedad, uso de drogas) o física (osteoporosis). No está nada claro que este nuevo trastorno llegue a cuajar, entre otros motivos porque la serie ya dejó de emitirse y el nombre, síndrome de las mujeres desesperadas, se irá desvaneciendo poco a poco en el tiempo. Para leer más:
|
You are subscribed to email updates from UniDiversidad. Observaciones y pensamientos. To stop receiving these emails, you may unsubscribe now. | Email delivery powered by Google |
Google Inc., 20 West Kinzie, Chicago IL USA 60610 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario