El paso del tiempo en infantil es algo que sólo se mide en grandes tramos: día-noche, ayer-hoy-mañana, con los meses o los días en el calendario. Solemos decir que a los pequeños les cuesta mucho comprender el paso del tiempo, así debemos hacerlos conscientes llevando cuenta de los cambios estacionales en la naturaleza y en las plantas, o analizando su crecimiento (en todos los sentidos) a lo largo de los años que permanecen con nosotras. No consideramos la posibilidad de que entiendan fracciones más breves de tiempo.
Pero a lo largo del día empleamos y ellos nos escuchan usar expresiones como "en la próxima hora", "en cinco minutos", "faltan unos segundos" o "voy en un minuto"…, así, desde el segundo trimestre, introducimos en el aula varios instrumentos para medir esos pequeños tiempos: temporizadores, relojes de arena, de agua, de burbujas, analógicos, digitales y relojes que proyectan la hora en el techo, con los que controlamos esos pequeños tiempos , generalmente en actividades rutinarias: el tiempo que les lleva recoger, poner el mandilón, esperar a que seque algo, la duración de una canción, etc.
Ahora, desde enero, con el grupo de cinco años, hay veces que comprobamos si diferentes relojes miden el mismo tiempo: programamos temporizadores, ponemos en funcionamiento cronómetros, iniciamos un reloj de arena, contamos las vueltas del segundero en un reloj de pared, etc. , todo ello, para medir una misma actividad.
Por supuesto, no hacemos esto por meter prisa en las aulas de infantil, pero sí para que entiendan la duración del tiempo.
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