"Para educar a un niño hace falta toda la tribu", este proverbio africano debe ser de los más repetidos cuando se hace referencia a que toda la sociedad contribuye -para bien o para mal- en la educación de los pequeños. Aun coincidiendo plenamente con esa afirmación, en esta ocasión, nosotros, quisimos darle la vuelta, porque también pensamos que para educar a la tribu entera hace falta un niño/a. A veces las personas adultas necesitan de la mirada reprobadora de un pequeño recordándole que esa no es manera de comportarse o de proceder.
Nosotros llevamos tiempo indignándonos cada vez que salimos al exterior del centro: basura, papeles, botellas, latas, excrementos de perros, cascaras de pipas, colillas ..., así día tras día pensando en el ejemplo que nos están dando los mayores. Cansados de comprobar que no se respeta ni el sitio donde se educa, decidimos actuar.
Pensamos en cómo hacerlo y decidimos poner unos carteles en el entorno de la escuela, pidiendo la colaboración de todos para ayudarnos en nuestra educación como ciudadanas y ciudadanos.
Puede parecer un hecho irrelevante, nosotras no lo creemos, porque una llamada de atención de un niño o de una niña re prendiéndonos puede tener más efecto que un bando municipal. En cualquier caso nuestro alumnado está convencido de que tienen que intervenir activamente para mejorar su contexto y que su intervención supondrá mejoras,lo que ya no es poco.
"Para educar a un niño hace falta toda la tribu", este proverbio africano debe ser de los más repetidos cuando se hace referencia a que toda la sociedad contribuye -para bien o para mal- en la educación de los pequeños. Aun coincidiendo plenamente con esa afirmación, en esta ocasión, nosotros, quisimos darle la vuelta, porque también pensamos que para educar a la tribu entera hace falta un niño/a. A veces las personas adultas necesitan de la mirada reprobadora de un pequeño recordándole que esa no es manera de comportarse o de proceder.
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