jueves, 5 de junio de 2014

Niños en el medio natural. Reflexiones en el Día del Medio Ambiente



Ángeles Abelleira e Isabel Abelleira publicó:" Hay días en los que no se me va de la cabeza que algo estamos haciendo mal. Pienso, reflexiono, analizo y hablo con otras compañeras para descartar la posibilidad de que lo que me preocupa sólo me suceda a mí, en mi contexto y con mis alumnos/las. Pero "
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Niños en el medio natural. Reflexiones en el Día del Medio Ambiente

by Ángeles Abelleira e Isabel Abelleira
Hay días en los que no se me va de la cabeza que algo estamos haciendo mal. Pienso, reflexiono, analizo y hablo con otras compañeras para descartar la posibilidad de que lo que me preocupa sólo me suceda a mí, en mi contexto y con mis alumnos/las. Pero no, todas coincidimos en lo mismo: los niños y niñas (especialmente los) urbanos ya no saben moverse en medio natural ni respetarlo. La naturaleza no es ahora su medio ambiente. Los criamos en contextos artificiales, los educamos en los virtuales y perdieron el contacto con la "naturaleza natural". Lo que acabo de decir pudiera parecer una redundancia pero es que no sé expresar de otro modo que incluso el medio natural que le presentamos es artificial y artificioso.

Esta semana, con mi grupo, estamos conociendo la naturaleza en nuestro entorno urbano (ya presentaremos la experiencia en próximas entradas del blog), motivo por lo que hicimos salidas diarias. Y asisto perpleja a:
1º Se les nota que no saben andar por la calle, por un sendero o por un campo. Siempre son porteados, acarreados y llevados con mucha prisa en coche de un "punto de atención infantil" a otro. Si salen al exterior es para ir la actividades, a fiestas en ludotecas o a jugar a parques que cumplen con todas las normas de seguridad infantil. Si alguno o alguna de las lectoras es paseante habitual, pregúntense cuántas veces se encuentran con niños/as en sus caminatas por monte, por la playa o por los campos: nunca, o muy pocas si hablamos del fin de semana. Los niños/as tienen sus propios circuitos artificiales o naturales de ficción.
2º Con mi alumnado leí todos los cuentos, mostré todos los álbumes, recité toda la poesía que consideré relacionada con los árboles, con las plantas o con las estaciones del año. Seleccioné todas las canciones que pensé transmitían valores medioambientales, los acerqué a todas las representaciones plásticas de la naturaleza en todos los estilos artísticos. Saben decir flor, árbol o sol en gallego, inglés y español (y en algún otro idioma). Planté con ellos todo tipo de semillas, reproduje plantas, recogí frutos y elaboré platos saludables a partir de productos de la naturaleza. Olimos, observamos, exaltamos y agradecimos todo lo que nos brinda la tierra. Y, sin embargo, salimos al medio natural y arrancaron flores, desgajaron ramas,  dieron patadas a los árboles u dejaron un reguero de hormigas aplastadas. Yo no podía creer lo que estaba viendo, es como si hubiesen enloquecido. No desistí, y al día siguiente volvimos a salir tras la reflexión sobre el hecho. Y al siguiente también. Cada vez la cosa fue a menos. Puede que se fueran "adaptando" poco a poco al choque que les supuso el contacto con la naturaleza natural.
Pero,  ¿cómo es esto posible?
Podría "tranquilizarme" pensando que yo no sé hacer bien mi labor educativa, pero cuando salgo a dar una vuelta por un lugar donde hay niños y jóvenes, siempre acabo convencida de todos ellos tuvieron que tropezar con gente como yo "incapaces" de inculcar el verdadero amor por la naturaleza. Cuando veo que tiran latas de refrescos al río, que apedrean a los pájaros, que tiran cáscaras de pipas al suelo, que queman contenedores o que llenan las calles de basura siempre pienso cuántos de esos muchachos/as trabajaron en la escuela los temas transversales, cuántos la educación en valores, cuántos las competencias sociales y la ciudadanía, cuántos realizaron talleres de las 3 R, cuántos soltaron palomas de la Paz, cuántos llenaron los ríos de crías de trucha, cuántos clasificaron la basura, cuántos leyeron manifiestos a la Madre Tierra, cuántos ayudaron en las huertas o jardines escolares, cuántos fueron a campamentos, granjas-escuela o parques temáticos de la naturaleza, cuántos …
Podría quedarme con la idea de que el hombre es un ser destructivo por naturaleza, pero antes de aceptar la nulidad de la acción educativa, prefiero pensar que algo estamos haciendo mal.
Puedo pensar que cargamos tanto las tintas en lo visceral, en lo efemerizante, en lo no real, que todo quedó en una ficción. Hablamos de la naturaleza fuera de la naturaleza, sin a naturaleza ni para naturaleza. Hubo mucha abstracción, mucha simbolización, mucha representación, mucha simulación y poca, muy poca vivencia real.
También puede ser que estos niños y chicos sean hijos de gente activista como nosotros, que nos comprometemos a golpe de click de ratón (clicktancia ou miclicktancia) oponiéndonos a la deforestación de un islote perdido en medio del Pacífico o a la extinción de la tortuga rayada, y sin embargo, atentamos varias y consecutivas veces a lo largo del día contra el medio natural más inmediato, nuestro entorno.
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1 comentario:

  1. ESTAS chicas hacen unos trabajos maravillosos ojala fueran todas las maestras como ellas y entendieran la enseñanza como ellas.

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