¡Es un secreto de la abuela
que guardo en el corazón.
Cuando llenes la cazuela,
falta echarle lo mejor!
Lo mejor no es el picante,
ni si es dulce o es salado:
son las gotas de ilusión
las que dan bueno resultado.
El cariño y la alegría
son para mí una ley.
¡Así hago, a fuego lento,
manjares dignos de un rey!
Ya finalizado el pasado curso compramos el libro "
La cocinera del rey" de Soledad Felloza, ilustrado por Sandra de la Prada, publicado en OQO editora, e incluso lamentamos tener que esperar hasta septiembre para mostrárselo a nuestro alumnado.
Según la autora "
La cocinera del rey" nos sumerge en un mundo de colores, sabores y olores característicos de la cocina tradicional, la que se hace al fuego lento, con amor y productos frescos, de la tierra. Pero, de la mano de Mencía, descubrimos también el valor de las pequeñas cosas, de lo cotidiano, ya que ella es capaz de elaborar manjares exquisitos basados en la sencillez de sus ingredientes. También habla de los afectos, de dejar nuestra huella en aquello que hacemos. Así, Mencía no pone sólo el conocimiento de la receta, sino también el mimo, el cuidado, su corazón. (…) Una historia que desborda optimismo por los cuatro costados y que nos enseña a valorar la cocina, no solo como base de nuestra cultura, si no también como parte de nuestra vida y de nuestras emociones.
Nosotras nos quedamos con el mensaje que intenta transmitir la resuelta protagonista del libro que siempre conquista a todo el mundo, logrando que cuando ella cocina sea un día de fiesta. Su receta: echarle lo mejor (de productos frescos y de sí misma), fuego lento y unas gotas de ilusión. Con sólo (o con todo) eso consigue triunfar y hacer felices a los demás. De modo que nos pareció un buen mensaje para comenzar con nuestras tareas lectivas.
Nuestro amigo José Antonio, que desde hace años nos acompaña con su aprecio y consejos, cada vez que veía que nos íbamos a embarcar en alguna de nuestras aventuras siempre nos recordaba que llegar a buen puerto precisa de tres patas como una banqueta: trabajo (constancia, tesón), cabeza (inteligencia, sentido común) e ilusión (cariño, alegría). Todas ellas se complementan; si falla una, las otras dos por sí solas no pueden sostener nada.
Así, hoy, cuando (re)tomamos contacto con los niños y niñas a los que acompañaremos en su aprendizaje al largo de los próximos meses, queremos dejar presente el "ingrediente secreto" que nos ayudará a alejar "las nubes negras que no nos dejan pensar" y que de vez en cuando ensombrecen nuestro horizonte.
Buen curso 2014_15.
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