Rara es la escuela en la que a lo largo del curso no se hace alguna actividad con la que se pretende sensibilizar al alumnado con otras realidades más desfavorecidas que la suya (de fuera). Todas ellas muy loables. Ahora bien, hoy queremos reflexionar sobre cómo se compromete la escuela con la pobreza del alumnado que tiene escolarizado (de dentro).
Antes ilustrábamos la pobreza con fotografías de niños/as desconocidos de lugares remotos; ahora, la pobreza tiene cara conocida, la tenemos a nuestro lado, entre nuestro alumnado. Y nos preguntamos qué medidas se adoptaron al respeto. Ahora es el momento en el que se muestra con claridad el compromiso de la escuela pública con las situaciones deprimidas de muchas familias: con las peticiones de material y con la organización de eventos/salidas para todo el curso.
1º Material escolar. De siempre, cuando estudiábamos la carrera y las oposiciones fuimos "preparadas" para trabajar con recursos mínimos, sabíamos sacar beneficio del material del entorno, del reciclaje o reutilización, de lo alternativo …, y sin embargo ahora parece que precisamos lo más sofisticado, lo más específico para cada caso y ocasión. En eso las proveedoras comerciales saben darnos por el palo, no hay nada en lo que no piensen para "solucionarnos la vida" y que nos ofrecen bien empaquetado, organizado y clasificado para las distintas situaciones, convirtiendo en necesario lo prescindible. Así nosotras no tenemos más que comprarlo o pedírselo a los padres. Si a alguien se le pasa por la cabeza la crisis, siempre habrá quien le diga que pueden solicitarlo a las ayudas de los ayuntamientos o a Cáritas. (¿??) ¿En verdad necesitamos todo eso? ¿No podríamos sustituirlo por otra cosa? ¿Es preciso que todo cuanto hagamos con el alumnado parezca salido de una tienda de regalos o de un bazar? ¿Qué creemos le estamos proporcionando a nuestro alumnado con esas actuaciones: educación estética/artística, educación para el consumo responsable, compromiso con las desigualdades sociales, …? ¿Qué puede justificar tanto despilfarro?
2º Eventos/salidas. No es la primera vez que hablamos en este blog sobre disfraces, festivales y salidas, siempre preguntándonos si no hay otro tipo de alternativas. ¿Es preciso organizar exóticas salidas didácticas con el alumnado de infantil (y de otros niveles) que supongan altos costes de autobuses y entradas? ¿No deberíamos sacar provecho de lo que tenemos gratuitamente en el entorno? Ya no estamos apelando únicamente a cuestiones económicas, sino de sentido común.
No parece lógico que la escuela y los/as docentes procedamos de esa manera. Somos los primeros en detectar cuando la situación económica de una familia no es óptima: la ropa, las meriendas, los pagos del comedor escolar y otros muchos detalles del día a día son para nosotros indicadores de eso que pueden tratar de ocultar para que el niño/a no sea diferente de los otros o incluso por vergüenza. Pero nosotros, que somos gente lista, lo sabemos de inmediato. Hay muchos tipos de pobreza que, sin llegar a ser severa, le suponen a las familias grandes sacrificios, a pesar de que aparentemente se esfuercen para que el niño/a tenga una mochila como la de los demás.
De vez en cuando, los titulares de los medios de comunicación nos recuerdan que en España 2.306.000 niños/as, el 27% de la población infantil, vive bajo los umbrales de la pobreza, el segundo país de la UE (
Informe UNICEF 2014). Desde diversas instituciones, se insta a las administraciones a adoptar
políticas públicas para reducir la pobreza de la infancia (ayudas a las familias, subvenciones, etc.). Todos deseamos que desde arriba se haga algo para paliar esto (protestas, comunicados, manifiestos …), pero, desde abajo, qué hacemos; nos estamos mostrando nosotros más comprometidos con la pobreza que los que no adoptan medidas sociales; o procedemos como algunos "filántropos y mecenas" que primero esquilman y luego crean fundaciones sociales para lavar los beneficios y de paso un poco la conciencia.
En estos días no hacemos más que escuchar las quejas de las compañeras por la inversión que deben hacer en el equipamiento escolar de sus hijos/as, y ¿qué creemos le sucede a los que ni siquiera tienen un sueldo como nosotros?
Cuando vamos a emprender un viaje, siempre pensamos en un montón de cosas que nos podrían hacer falta, luego, por motivo del peso del equipaje y por comodidad, vamos descartando y cribando, quedándonos sólo con prendas versátiles, multiusos, de fácil combinación y mantenimiento. Pues aquí y ahora, a la hora de elaborar las listas de material para el alumnado, es necesario aplicar el mismo criterio.
Equipos docentes, equipos directivos y consejos escolares, por ello. A las familias no les queda más remedio, bancos de libros, cooperativas de padres/madres para la compra de material, mercadillos solidarios de materiales escolares proliferan por todas partes, y nosotros, ¿qué estamos haciendo para contribuir a paliar la crisis y la pobreza infantil?
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