lunes, 3 de noviembre de 2014

Aula propuesta educativa



Aula propuesta educativa


Posted: 02 Nov 2014 11:19 AM PST

No es nada personal

Enfadarse ante las actitudes de los demás es una pura elección

Rechazar la idea de que quieren herirnos evita que nos intoxiquemos acumulando ofensas



La vida cotidiana pone a prueba el equilibrio emocional cada vez que nos sentimos ofendidos por otra persona. Puede ser alguien del entorno familiar, un jefe o compañero de trabajo, o incluso un desconocido que nos trata de forma que consideramos grosera.

A lo largo del día interactuamos con decenas de personas, lo cual brinda numerosas ocasiones para ofenderse y vivir con amargura. Porque lo peor de todo es que una vez producido el desencuentro, si no se hace nada para olvidarlo, el rencor puede quedar fluctuando por la cabeza durante horas… llegando a turbar incluso el descanso nocturno. En este artículo se va a ver por qué sucede y cómo poder deshacerse de este lastre.

El enfado ante las actitudes de los demás es una pura elección. Prueba de ello es que hay personas que no se inmutan por nada, mientras que otras saltan ante cualquier comentario, gesto o mirada que interpreten como hostil. ¿Dónde radica la diferencia entre unas y otras?

El doctor en psicología Martin Lyden opina que las personas susceptibles son aquellas que poseen menos empatía. Todo lo filtran según lo que harían ellas, y cualquier cosa que se salga de su propio código de conducta lo interpretan como un ataque.

Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres".

Mario Alonso Puig

Así, por ejemplo, a quien contesta los mensajes de su smartphonede inmediato le parecerá una falta de educación que el receptor no reaccione hasta varias horas después. La ofensa se basa en una mera interpretación,ya que el ofendido presupone que su interlocutor no tiene ganas de contestar, cuando tal vez sencillamente esté en una reunión de trabajo donde no puede hacerlo.

Otros motivos de ofensa pueden ser una respuesta demasiado seca por parte de alguien o bien un tono de voz inadecuado, entre muchas posibles razones.

Veamos qué sucede en la mente de alguien con "piel fina" ante una situación que considera de conflicto:

  • El comentario o acción desafortunados despiertan ofensas pasadas, que pueden degenerar en un infierno mental.
  • Merma de la autoestima debido al papel de víctima que asume el ofendido, a partir de la idea de que aquello ha pasado deliberadamente para humillarle.
  •  Deseo de venganza ante el daño recibido, lo que puede derivar en una discusión o en un "silencio castigador" para hacer notar al otro que nos ha herido.
  • Aumento de la ansiedad ante el cóctel de emociones negativas que se van albergando.


Ante la tortura que supone pasar por estos estados mentales, a menudo debido a una menudencia, el doctor Martin Lyden propone un remedio de choque: "El humor implica un replanteamiento de lo que ha sucedido. Reconocer una incongruencia en una situación puede ser humorístico y, por lo tanto, sanador".

Uno de los grandes aprendizajes de todo ser humano es aceptar que las personas a nuestro alrededor nunca se expresarán como nosotros lo haríamos, ni se comportarán como esperamos, y no pasa nada.

Pensemos en lo que debe sentir la estrella de un equipo de fútbol cuando salta al campo rival en medio de una tormenta de silbidos e insultos. Estos deportistas no pierden la calma y pueden jugar perfectamente concentrados, lo cual demuestra que cualquier persona puede blindarse ante la hostilidad ajena.

Incluso cuando no es una percepción, sino una realidad contrastada por todos, tenemos la oportunidad de endurecer nuestra piel ante el ataque para que no nos afecte.

En una ocasión le preguntaron al Dalai Lama por qué no estaba enfadado con el Gobierno comunista chino, después de haber tenido que exiliarse, entre muchos otros percances. Su respuesta fue: "Si me enojara, entonces no sería capaz de dormir por la noche o de comer mis comidas en paz. Me saldrían úlceras, y mi salud se deterioraría. Mi ira no puede cambiar el pasado o mejorar el futuro, así que ¿para qué serviría?".

Sin duda, un ejemplo extraordinario de lo que es tener la "piel gruesa", que presenta las siguientes características:

  • La persona dedica poco tiempo a valorar cualquier posible roce o desaprobación.

  • Se centra en lo inmediato y, muy especialmente, en aquellas cosas y personas que le satisfacen.

  • No interpreta por qué una persona habla o actúa de cierto modo. Se limita a evaluar el hecho, de forma positiva o negativa, sin juzgar.

  • Es capaz de asumir críticas, por si le sirven para mejorar algún aspecto, y de desestimar las opiniones que no le resultan útiles.

Supuestamente basado en la sabiduría de los toltecas, en el best seller Los cuatro acuerdos Miguel Ruiz dedica uno de ellos al lema: "No te tomes nada personalmente".

Según este autor mexicano, hacerlo es una muestra de egoísmo, ya que parte de que todo gira a nuestro alrededor. En su opinión, además, esta manera de abordar la conducta de los demás es totalmente infundada. En sus propias palabras:

 "Nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo hacen por ellos mismos. Todos vivimos en nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros (…) Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo cuando alguien te insulta directamente, eso no tiene nada que ver contigo. Lo que esa persona dice, lo que hace y las opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha establecido en su mente. Su punto de vista surge de toda la programación que recibió durante su domesticación".

Ruiz entiende por domesticación todos los prejuicios e ideas preconcebidas que vamos acumulando a lo largo de la existencia. Y lo peor que podemos hacer ante una persona que nos ofende —de forma objetiva o no— es defender nuestras creencias, ya que con ello sólo lograremos aumentar y prolongar el conflicto.

"Cuando no tomarte nada personalmente se convierta en un hábito firme y sólido, te evitarás muchos disgustos en la vida", afirma Ruiz. "Tu rabia, tus celos y tu envidia desaparecerán, y si no te tomas nada personalmente, incluso tu tristeza desaparecerá (…) Alguien puede enviarte veneno emocional de forma intencionada, pero si no te lo tomas personalmente, no te lo tragarás. Se vuelve más nocivo para el que lo envía, pero no para ti".

Cada vez que me siento ofendido, trato de levantar el ánimo de
tal forma que la ofensa no logre alcanzarlo". Descartes

La paz interior empieza cuando eliges no permitir que otra persona o evento controle tus emociones". Proverbio oriental

Al final, el mundo será tal como se mire, ya que se puede fijar la atención en un amplio espectro de realidades. Cada persona con la que se interacciona es un conjunto de fortalezas y debilidades, es clara en unos aspectos y confusa en otros, acierta o falla en diferentes cuestiones vitales.

Nuestra relación con el mundo dependerá, por lo tanto, de lo que cada cual quiera ver en el prójimo. Nos podemos quedar con sus mejores virtudes o bien sentirnos heridos y decepcionados por aquella parte de los demás que no cumple las expectativas.

Tal como afirma Wayne Dyer: "Si eres objetivo, descubrirás que lo que en realidad te ofende es cómo consideras que deberían comportarse los demás. Sin embargo, por sí mismo, el sentirse ofendido no altera los comportamientos desagradables (…) Tu ego insiste en que tienes derecho a sentirte ofendido. Esos juicios derivan de una idea falsa de que el mundo debería ser como tú eres y no como es".

Si dejamos de dictar rígidamente lo que los demás deberían sentir, pensar y hacer se pueden evitar muchos enfados y decepciones, y liberar así una energía preciosa para construir relaciones saludables desde la empatía, el humor y la serenidad.

 "Parafraseando algo que mi maestro Mordecai Kaplan solía decir, esperar que el mundo te trate bien porque eres una persona honesta es como esperar que el toro no te embista porque eres vegetariano. Me gusta pensar en ello no como una pérdida de inocencia, sino como el principio de la sabiduría, entender que puede que la vida no sea justa, pero nos ofrece toda clase de posibilidades y compensaciones.

Cuando nos sucede algo malo, nos sentimos castigados por el destino. Podemos llegar a pensar que todo el mundo ahí fuera es feliz y está sano, y que sólo nosotros sufrimos (…), pero nada más lejos de la realidad". Overcoming Life's Disappointments, de Harold Kushner.


EL CEREBRO Y SU MUNDO
Posted: 02 Nov 2014 11:14 AM PST



La importancia de enseñar a decidir a los niños

Educar a nuestros hijos es la tarea más difícil e importante que haremos jamás. Una buena educación implica ayudar a los niños a ser autónomos, a tener criterios propios, a pensar por sí mismos y a tomar decisiones, porque si desde pequeños aprenden a tomar sus propias decisiones y son capaces de aceptar sus consecuencias, se convertirán en adultos independientes, responsables y seguros de sí mismos.
Además, decidir no es algo opcional, por más que queramos no podemos abstenernos de hacerlo, porque decidir no tomar una decisión implica de por sí haberlo hecho. Por otra parte, si no somos nosotros los que decidimos, es bastante seguro que alguien lo hará en nuestro lugar. Por eso es tan importante y necesario acostumbrar a los niños a adoptar decisiones activamente, aunque sea sobre cosas pequeñas, así, cuando en el futuro se tengan que enfrentar a otras más complejas, estarán mejor preparados.

No se trata de que los niños sean esclavos de sus deseos, que actúen impulsivamente, se trata de que desde pequeños aprendan a valorar las diferentes opciones, a reflexionar sobre lo que cada elección implica, a escucharse y conocerse mejor y
a saber decir no cuando la ocasión lo requiera. La libertad es un bien muy preciado, pero conlleva mucha responsabilidad que debemos estar dispuestos a asumir. Las personas que son incapaces de tomar decisiones, terminan siendo quienes no quieren ser.

Decidir  también es equivocarse. Es importante dar permiso a los niños para que se
equivoquen, para que acepten sus errores, ya que el error es una manera de aprendizaje muy importante. Tampoco es deseable que seamos nosotros los que siempre tomemos las decisiones por ellos. Cada uno debe forjar su propio camino. Debemos orientarles y acompañarles, pero no ocupar su lugar. El que no decide, tampoco resuelve, no avanza y su vida queda estancada.


4 pautas que te ayudarán a enseñar a tu hijo a decidir


1. Repartir y asumir responsabilidades en casa. Es importante que en función de la edad el niño asuma ciertas responsabilidades en las tareas de la casa. En la medida que el niño adquiere responsabilidades, le surgen problemas que debe resolver y, solo así, será capaz de crear los recursos necesarios y adquirir confianza en sí mismo.

 2. Ayúdale a valorar las diferentes opciones. Elegir no es fácil y debemos aprender a ser pacientes y no actuar de forma irreflexiva. Es bueno que los padres traten de proporcionar apoyo y también que den consejo, pero no que elijan siempre por los niños, aunque a veces sea la opción más rápida.

3. Trata de no sobreprotegerle. No aprendemos por las experiencias de otros, sino que debemos vivir las nuestras para crecer y madurar.

4.
No castigar el error. Enséñale que equivocarse es una oportunidad de aprendizaje y que un error solo es un problema que no ha sabido solucionar y una oportunidad para aprender algo nuevo. Si cada vez que se arriesga y se equivoca, el niño siente rechazo, lo que hará será no decidir para así no equivocarse nunca y no tener que asumir las consecuencias negativas.

Por : Bárbara Lorenzana Pérez

Posted: 02 Nov 2014 11:11 AM PST

Cinco claves para espantar las preocupaciones


Es necesario que aprendamos a liberarnos de pensamientos negativos y que aprendamos a vivir plenamente, aprovechando todo lo bueno que la vida tiene para ofrecernos. Si te sientes abrumado(a) por las preocupaciones, este artículo es para ti.
¿Por qué nos preocupamos tanto?
Si bien es cierto que un cierto grado de preocupación nos ayuda a evitar o resolver algunas situaciones, la preocupación exagerada, la que nos impide relajarnos para disfrutar de un bonito día de sol o de una fiesta, no aporta nada positivo a nuestra vida, sino todo lo contrario.
No es útil preocuparse cuando:
…se trata de una situación del pasado. Es obvio que no se puede hacer nada para cambiar lo que ya sucedió. Lo que sí se puede hacer es aprender del error o intentar mejorar las consecuencias en el presente, pero no se puede modificar el pasado.

…es un problema que no tiene solución, o cuya solución no está en nuestras manos. Si no podemos hacer nada al respecto, la preocupación no tiene sentido, ¿verdad? Claro, no es tan sencillo, pero debemos hacer el esfuerzo de abandonar esos pensamientos negativos e improductivos que nos amargan el día.

…es un problema que tiene solución. Si puedes hacer algo respecto del problema que te preocupa, entonces deja de preocuparte y ponte manos a la obra. En otras palabras: haz lo que tengas que hacer. Si la solución no está en tus manos, luego de hacer todo lo que esté a tu alcance, deja de preocuparte, pues ya hiciste todo lo que podías.

Claves para dejar las preocupaciones de lado
Este es un ejercicio que puede ayudarte a mirar los problemas con mayor objetividad y a lograr que las preocupaciones no invadan tus pensamientos permanentemente.

1. Primero, describe el problema que te preocupa, con lujo de detalles.

2. Luego, escribe todo lo que crees que podría suceder.

3. Lee lo que has escrito y trata de pensar objetivamente. ¿No estarás exagerando un poco sobre las consecuencias que podría tener el problema?

4. Intenta pensar en lo que diría de esto la persona que más admiras. ¿Cuáles son las diferencias, en comparación con lo que tú piensas?

5. Tacha lo que quizás podría ser un poco exagerado y, probablemente, verás que el problema no es tan grave como parecía en un principio.


Y para finalizar, algunos otros consejos para minimizar las preocupaciones y disfrutar de la vida:

- Enfócate en los pensamientos positivos. Cada vez que te sientas preocupado por algo, concéntrate en cambiar ese pensamiento por uno positivo.

- Disfruta lo que sí tienes y agradécelo. Todos tenemos razones para sentirnos bien; solo es una decisión que debes tomar: enfocarte en aquello que sí tienes y no en lo que te falta. Los motivos para
ser agradecido son muy personales, pero puedes disfrutar y agradecer, por ejemplo, el hecho de tener un hogar, una familia, que puedes sentir el sol en tu rostro, que puedes disfrutar de una ducha caliente, entre muchas otras cosas más.

- Ten la seguridad de que cualquier problema que se presente, podrás resolverlo o superarlo. La preocupación muchas veces viene del miedo. El miedo nos hace ver cada problema más grande de lo que realmente es. Una clave: vernos y sentirnos nosotros mismos más grandes que el problema en cuestión. Para ello es necesario tener
confianza en uno mismo y saber que no hay adversidad que no seamos capaces de superar.

- Busca ayuda. Si en verdad te sientes tan agobiado por las preocupaciones y los problemas que no puedes ser feliz por eso, a pesar de haberlo intentado, quizás sea el momento de buscar ayuda profesional.

Y nunca olvides lo siguiente: aunque a veces nos cueste ver esto con claridad, estar bien y ser feliz son decisiones que se toman.Debemos hacernos conscientes del gran poder que está dentro de cada uno de nosotros. Cuando nos proponemos algo, solo debemos tener confianza en que lo podemos lograr y hacer lo que corresponda para conseguirlo.
FUENTE:http://lamenteesmaravillosa.com/cinco-claves-para-espantar-las-preocupaciones#sthash.OmGWBPyo.dpuf
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