Me llegan con frecuencia correos comentando el tema de las adaptaciones curriculares: criterios para realizarlas, protocolos de actuación, modelos de registro, etc. Como ya comenté la semana pasada gran parte de lo que vengo publicando en este blog son adaptaciones que pretenden simplemente adecuar los métodos y materiales de enseñanza a las necesidades de cada alumno.
Otra cosa es el conjunto de procedimientos y modelos de registro que la administración educativa nos impone con más o menos acierto. Es conveniente reflejar por escrito para cada alumno o grupo de alumnos qué pretendemos enseñar, cómo lo vamos a hacer, cuándo y en que orden se darán los diversos pasos y cómo se evaluará todo el proceso, siempre en relación a un diseño curricular general que sirva de norma o referencia. Los modelos de registro sencillos y claros son los más efectivos porque animan a usarlos y permiten una consulta ágil y comprensible. Lamentablemente la administración educativa no actúa de esta manera: cambia continuamente los marcos teóricos, la terminología y los modelos de registro resultando una tarea cada vez más compleja, irreal e ineficaz, que en muchos casos se convierte en cumplimentar el papeleo para sobrevivir a la burocracia.
Hoy traigo un segundo bloque de fichas imprimibles, continuación de las que publiqué la semana pasada. El esfuerzo por adaptar materiales y métodos de enseñanza a las particularidades de cada alumno exige una evaluación continuada de la adecuación de nuestra intervención a sus necesidades y posibilidades de aprendizaje. Espero que sean de utilidad ...
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