No hay receta maravillosa ni herramienta que, más o menos publicitada, pueda sustituir a lo "hecho mano". Artesanía, en sus diferentes acepciones que permite, más allá de la individualización que supone el proceso, un trabajo mucho más manual. Sí, ser un artesano se hace esencial para ser un buen docente. Elegir las herramientas adecuadas a cada contexto y, como no, huir rápidamente de los consejos de esos que venden trabajo homogéneo como virtud máxima. No hay estrategias mejores ni peores. No hay libros que indiquen cómo debes formular tu tarea docente. Hay miles y miles de soluciones masificadas que deben ser analizadas y, como no, adaptadas a tu pequeño negocio de artesanía.
Cada alumno es una pequeña pieza que debe modelarse. No todas están cortadas del mismo árbol ni, tan sólo permiten ser regadas en la misma proporción de agua y nutriente. Hay factores que afectan diferente a cada una de esas piezas y, es por eso que la artesanía debe ser el objetivo fundamental. Grandes artesanos. Grandes escultores de la individualidad. Excepcionales artesanos que saben rodearse de aquellos que saben siendo capaces de seleccionar todo el grano de la paja. Porque de paja hay mucha pero de grano poco. Y cada grano, como siempre, con una necesidad de molida diferente.
Lo masivo no vale. Los resultados de otros alumnos no sirven para un buen artesano. La Educación, como pocas, es de aquellas facetas que convienen ser tratadas caso a caso. Porque hay tantos casos como alumnos. Un solo artesano para cientos -e incluso miles, a lo largo de su vida laboral- casos que deben ser tratados mediante diferentes estrategias y herramientas.
Un artesano es aquel que sabe utilizar las diferentes herramientas que pueda necesitar. Un artesano es aquel que, es capaz de dedicar el tiempo justo a la cocción de la arcilla. Un artesano es aquel que, cada vez tiene más claro, que lo único que puede hacer para mejorar es aprender de los mejores. Mejores que, en ocasiones, no son los que más hablan. Algunos que, curiosamente, lo único que saben es que también les queda mucho por aprender.
La artesanía educativa es aquella que se hace en las aulas. Aquella que no depende de libros de texto despersonalizados, de herramientas que sólo se usan porque las usan la mayoría y, como no, prescindiendo de la imitación que tanto gusta. Porque, para hacer una copia en plástico de la Giralda ya tenemos las impresoras 3D. Para cualquier otra cosa más interesante... el trabajo artesanal en función de las necesidades puntuales.
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