jueves, 18 de junio de 2015

Desahuciados a los doce años


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Desahuciados a los doce años

by Jordi Martí
A los doce, a los once e, incluso, algunos que ya se ven desahuciados al poco de entrar en los colegios. Uno de los grandes problemas del sistema educativo actual. Una de las grandes lacras de un sistema social cada vez más injusto donde, al final, siempre acaban pagando los más débiles.
Cuando los alumnos llegan a primero de ESO ya hay muchos que han sido apartados del sistema. Sí, no se trata de nada que deba sorprendernos a aquellos que trabajamos en la docencia. Hay alumnos que, con doce años, ya están fuera del sistema. ¿Fracasados? No, fracaso del sistema educativo y social. ¿Alguien me puede explicar cómo es que cada vez desahuciamos a los alumnos antes? ¿Alguien me puede defender que el fracaso educativo -que no escolar- se va gestando con el tiempo? No, el fracaso educativo viene de fábrica. El fracaso educativo viene de casa. El fracaso educativo es un fracaso social.
Que lleguen alumnos sin saber leer y entender lo que leen a los doce años tiene mucho de preocupante. Más aún sabiendo que nada se ha hecho antes, más allá de agruparlos en grupos de "refuerzo" (grupos reducidos donde se hace menos para, supuestamente, conseguir acabar aprendiendo lo mismo). Un sinsentido del propio sistema. Un sistema cuya única solución para evitar el desahucio consiste en desahuciarlos cuanto antes. Un sistema cruel en el que los alumnos son lo máximos perjudicados del mismo. Los más débiles de la cadena de los desahucios. Los que poco poder tienen para decir y, aún menos para decidir. Sí, no hay partido antidesahucio educativo. No lo hay y, tristemente, ni se le espera a corto plazo.
Un niño no debería ser culpable de dónde nace. Ni de la situación socioeconómica de sus padres. Ni de los problemas endémicos que, en ocasiones, supone nacer en unos determinados barrios de este país. Sí, los niños no son culpables. El sistema es el culpable de desahuciarlos. Servicios sociales que no funcionan más allá de validar las subvenciones que cobran algunas familias. Centros educativos más preocupados de una gestión global de sus cientos de alumnos que de analizar caso a caso. Recursos que, por inexistentes, no permiten que esos alumnos no se vean desahuciados en el largo camino que supone su aprendizaje. Mucho por analizar, mucho por cambiar.
Un día me preguntaron qué podíamos hacer para cambiar el sistema educativo en este país y, después de meditarlo mucho llegué a la siguiente conclusión... el sistema educativo sólo va a mejorar en el momento en que la procedencia de un alumno y su contexto se puedan aislar de su configuración como persona que se integra en la sociedad. Hasta entonces, lo único que estaremos haciendo es dar palos de ciego y potenciando esos desahucios que a algunos tan poco nos gustan.
Jordi Martí | junio 18, 2015 en 8:45 am | Etiquetas: desahucio, fracaso educativo, reflexiones | Categorías: EDUCACIÓN | URL: http://wp.me/pGAud-5d9
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