lunes, 10 de marzo de 2014

Aula propuesta educativa



Aula propuesta educativa


Posted: 09 Mar 2014 12:42 PM PDT


El diagnóstico del TDAH requiere que:
  • Proporcionemos un modo de vida ordenado.Establezcamos rutinas.
  • Dividamos la tarea en periodos cortos de tiempo, con descansos y refuerzos constantes de lo conseguido.
  • Pongamos un tiempo límite a partir del cual todos quedaremos liberados de su tarea.
  • Nos esforcemos en encontrar continuamente sus virtudes y halaguemos continuamente lo que hace bien.
  • Evitemos la continua crítica en el ambiente familiar.
  • Dediquemos un tiempo a compartir con el chico/a alguna actividad que le guste.
  • Le dejemos muy claro que nos preocupamos por él, que le queremos, que creemos en él o ella.
  • Reforcemos el contacto ocular durante la comunicación con el chico/a, porque estrecha el vínculo y mejora la calidad de la comunicación.
  • Las normas están claras. A veces los niños no las cumplen porque no las comprenden o sencillamente porque las desconocen.
  • Nuestras instrucciones sean directas, concisas y claras.
  • No prestemos al niño atención cuando interrumpa y hagamos evidente el momento en el que se le permite intervenir y felicitémosle cuando lo haga en el momento adecuado.
  • Tratemos de ignorar sus comportamientos negativos, siempre que sea posible.
  • Especifiquemos el comportamiento por el que se le felicita: pongámosle la etiqueta a la felicitación.
  • Evitemos el uso de la palabra NO al darle instrucciones, seamos creativos para ofrecerle enunciados en positivo.
  • Evitemos los castigos salvo situaciones límite.
  • Para comunicarle algo importante, elijamos momentos en que se encuentre receptivo.
  • Dividamos la tarea escolar en periodos cortos de tiempo, con descansos y refuerzos constantes de lo conseguido.
  • Pongamos un tiempo límite a partir del cual todos quedaremos liberados de su tarea.
  • Pidamos ayuda a alguien cuando nos sintamos desbordados.
FUENTE.http://elisabethornano-tdah.org/
Posted: 09 Mar 2014 11:54 AM PDT


Qué piensas sobre tu hijo?: Creencias erróneas de los padres       
Escrito por            

Cuando los padres acuden a consulta en busca de ayuda para mejorar la conducta de su hijo, muchas veces necesitan un cambio casi inmediato. Ya sea un caso de desobediencia, agresividad, problemas escolares, bajo estado de ánimo o cualquier otro aspecto de la vida del niño, lo cierto es que en la mayoría de ocasiones también se requiere un cambio por parte de los padres. Y uno de los principales puntos a tratar son las ideas erróneas que se tienen sobre la educación y sobre los propios hijos.

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¿Qué piensas sobre tu hijo?: Creencias erróneas de los padres 

Una de las preguntas más corrientes en terapia con padres que tienen problemas con sus hijos es: “¿Qué piensas sobre el niño?”. Parece una trivialidad, pero a veces surgen ideas preconcebidas sobre cómo su hijo debería comportarse y cómo no, según unas creencias establecidas por el padre. También surgen creencias sobre cuáles son las mejores formas de educar a un niño.
Estas ideas son clave para empezar a entender algunos de los posibles factores del mantenimiento del problema en casa. Las creencias irracionales son principios que consideramos absolutos y verdaderos, que no nos cuestionamos y que seguimos como si fueran nuestras leyes. Lo que ocurre es que muchas veces no se ciñen a la realidad y no son del todo objetivas, chocan con lo que pasa en el mundo e impiden que la persona viva de forma satisfactoria. De este modo, se hace necesaria una forma alternativa de pensar. ¿Cuáles de estas ideas se refieren a los hijos y su educación?

Creencias irracionales de los padres

1.- La idea del niño infalible: La creencia de que tu hijo debe ser competente en ciertos aspectos de su vida, seguramente los que tú consideras más importantes (deporte, rendimiento escolar, etc.).
2.- La idea del deber: La creencia de que los niños tienen obligaciones que deben cumplir, como por ejemplo: “Mi hijo debe estudiar”. Esa obligación no existe como tal, sino que es más una expectativa del padre, por lo que la creencia racional sería: “Yo quiero que mi hijo estudie y se esfuerce en sacar buenas notas”.
3.- La idea del enfado saludable: Muchos padres creen que, para que su hijo entienda que lo que ha hecho está mal o que se ha equivocado, ellos deben enfadarse y mostrar una actitud casi agresiva, para que el niño se sienta culpable y cambie su conducta en el futuro. Y muchas veces la frase sigue con un: “Es que si no se lo digo así, no hace caso”. Quizá el problema sea que ésa es la única forma que ha conocido el niño. Lo que se consigue con este método es que, a largo plazo, los padres se consideren culpables de todas las conductas de sus hijos. Se instaura tal patrón negativo de conducta que la idea que se tiene es de ser un “mal padre”.
4.- La idea del niño culpable: Ésta es la creencia de que la mejor técnica educativa es el castigo. Como vimos en “¿Es el castigo una buena técnica educativa?”, el castigo se puede utilizar cuando las conductas del niño son peligrosas, pero no debe ser el método de elección para educarle. Ésta es una idea muy relacionada con la anterior, pues se crea una situación en que el niño es considerado como un culpable que debe ser castigado, cuando la solución óptima es enseñar cuál es la conducta adecuada que debe cumplir.
Estas creencias suelen ir acompañadas de sentimientos de rechazo y de culpa hacia el niño, incluso de odio en algunas ocasiones. Son ideas muy duras que algunos padres tienen sobre sus hijos, y es algo que se debe cambiar. De otro modo, es muy poco probable que haya buenos resultados en la conducta del niño. Recordad que no sois culpables del mal comportamiento de vuestro hijo, ni él tampoco lo es; en esto no existen culpables, sino que debéis ser un equipo que trabaja por aprender algo que quizá no sabíais. 

Posted: 09 Mar 2014 11:34 AM PDT
Para Todos La 2 - Entrevista - Patricia Ramírez - Resiliencia
Posted: 09 Mar 2014 11:29 AM PDT



20 octubre, 2013
Cultivando la resiliencia
A continuación, enumeramos algunos factores que creemos que debemos fomentar en el proceso de construcción de la resiliencia en el aula. Aunque se puede utilizar la hora destinada a la tutoría para realizar actividades para mejorar la resiliencia, cualquier oportunidad es válida para impulsar este proceso y esto se puede dar en cualquier asignatura.
  • Siempre positivos. Tradicionalmente la educación se ha restringido a detectar y remarcar los aspectos negativos del alumnado (el subrayado con bolígrafo rojo que comentábamos antes) en detrimento de los positivos. Pues bien, una educación orientada a mejorar la resiliencia tendría que optimizar las fortalezas y virtudes del alumno que le permitan adoptar una actitud positiva. Independientemente de los condicionamientos genéticos, se puede aprender a ser más optimista e interpretar las dificultades como retos. De lo contrario, las creencias negativas pueden condicionar el aprendizaje adecuado.
  • En la clase se ha de respirar seguridad. El profesor ha de generar en el aula un clima emocional positivo y seguro que permita al alumno sentirse respetado, apoyado y querido. La puerta abierta a la esperanza que supone la plasticidad cerebral ha de generar siempre en el docente expectativas positivas sobre sus alumnos (efecto Pigmalión positivo). Además, los alumnos no han de ser meros elementos pasivos del aprendizaje, sino que han de ser protagonistas del mismo y han de participar en las decisiones que se tomen en el aula.
  • Las relaciones siempre sanas. Hemos de fomentar las relaciones entre compañeros en las que predominen la comunicación, el respeto, la empatía y la cooperación, en detrimento de la competición. Cuando se da importancia a estos aspectos socioemocionales, que por otra parte son imprescindibles en la formación del ciudadano del mañana, y se fomenta el trabajo colaborativo, es más sencillo resolver los conflictos que puedan surgir y se facilita aprendizaje. Nuestro cerebro es social y la promoción de la resiliencia es una tarea colectiva (Forés y Graells, 2008).
  • El cambio es posible. Como la vida constituye un proceso de transformación continuo, en el aula hemos de aceptar y suscitar un pensamiento crítico y creativo que permita visualizar nuevas posibilidades. Las ideas novedosas y diferentes facilitan el progreso y abren un mundo lleno de esperanza.
  • Todos nos equivocamos. Cuando se asume con naturalidad que el error forma parte del proceso de aprendizaje, aprendemos a tomar decisiones con determinación. Se disfruta el proceso y no nos afecta negativamente el no obtener un determinado resultado porque sabemos que el análisis de la situación nos permitirá mejorar.
  • Fomentemos la autonomía. El alumno ha de aprender a ser autónomo y saber distanciarse de opiniones negativas que le puedan perjudicar. Para ello es imprescindible su mejora en la autorregulación emocional y, en concreto, es muy importante la técnica del autorrebatimiento que permite, mediante el diálogo interno, analizar y relativizar el sentimiento provocado por una emoción negativa. La mejora del autocontrol ayuda en la lucha contra el tan temido estrés crónico (Lantieri, 2009).
  • ¡Sonríe, por favor! Cuando somos capaces de relativizar las situaciones con sentido del humor, mejora nuestro bienestar. Aunque es difícil demostrar que el humor tiene beneficios terapéuticos, sí podemos afirmar que mejora la resiliencia de las personas y ayuda a disfrutar más de la vida (Forés y Grané, 2012). El docente que entra en el aula con una sonrisa natural tendrá más posibilidades de generar un clima emocional positivo y facilitar así el aprendizaje.
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