martes, 10 de noviembre de 2015

¿Qué formación en TIC necesitan los docentes?




Jordi Martí publicó:"Una de las cuestiones más peliagudas cuando se hablan de formación del profesorado es la necesidad de definir qué tipo de formación va a ser la más adecuada. Una formación que debería estar basada en cubrir sus necesidades puntuales, de tal forma que la m"

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¿Qué formación en TIC necesitan los docentes?

by Jordi Martí
Una de las cuestiones más peliagudas cuando se hablan de formación del profesorado es la necesidad de definir qué tipo de formación va a ser la más adecuada. Una formación que debería estar basada en cubrir sus necesidades puntuales, de tal forma que la misma se revierta a las aulas de todos esos docentes que, a lo largo de unas ciertas horas, se dedican a formarse en aplicaciones y metodologías relacionadas con la implantación de las nuevas tecnologías. Bueno, más bien tecnologías que ya llevan tiempo con nosotros pero que, por desgracia, siempre van a ser consideradas como "nuevas" por el desastre, a todos los niveles, que ha supuesto su desembarco en las aulas. Pero bueno, vayamos a lo que nos interesa que es hablar del tipo de formación en TIC que necesitan la mayoría de los docentes de nuestras aulas...
Fuente: Néstor Alonso
Fuente: Néstor Alonso
En primer lugar debe ser una formación a demanda y adecuada al contexto de cada docente.
No tiene demasiado sentido ofrecer formación descontextualizada sobre equipos o herramientas que va a ser imposible que utilicen en las aulas (por falta de recursos tecnológicos en el centro o por ser los recursos tecnológicos disponibles para el uso incompatibles con la herramienta que "va a solucionar todos los problemas"). Yo, sinceramente, a día de hoy sigo sin entender cómo desde las asesorías se permite que docentes que se sabe que están en centros donde no hay posibilidad de disponer de equipos móviles o, incluso con conexiones a la red más que deficientes, puedan matricularse en cursos de formación para saber, por ejemplo, usar iPads (o cualquier otra tableta basada en Android). No me lo explico. Llevo años viendo ese despropósito y sigo sin entender que se pueda ofertar formación -y destinar dinero a ello- para usar tecnologías que no van a poder ser implementadas en el aula. ¿A alguien le suenan los cursos de impresión 3D cuando en más del 99% de los centros públicos de nuestro país sólo existen dichos dispositivos si algún docente ha comprado de su bolsillo la impresora o ha conseguido sablear al secretario de turno? Pues sí, cursos haylos.
No tiene tampoco ningún sentido ofrecer formación finalista a nivel de temporización. ¿Qué sentido tiene ofertar paquetes de diez, veinte o treinta horas -los más habituales- de formación cuando, a lo mejor, sobra o falta tiempo? ¿Realmente es necesario temporizar y finalizar la formación o convendría tratar de dejar la formación abierta mientras sigan existiendo necesidades? Porque, muchas veces las dudas surgen una vez llevado al aula "el invento". Y si ya se ha acabado la formación se acaban las posibilidades de contacto directo con el "experto". Por tanto, los docentes necesitan formación en TIC atemporal y con un espacio virtual (y, por qué no presencial) donde poder consultar esas dudas cuando implementan las TIC en sus aulas.
Es importante también el contacto humano con el formador en TIC. Sí, lo virtual queda muy bien y permite reducir los costes de la formación pero, ¿nadie entiende que lo mejor sería tener una combinación de esa virtualidad con la presencialidad en los propios centros educativos? Además, ¿nadie ve las ventajas de disponer de futuras visitas del formador para que fuera viendo cómo se está aplicando lo que enseñó y que, tanto formador como formado, pudieran hacer mejoras en dicha formación?
Otra cuestión a revisar es quién gestiona los resultados de esa formación. No es suficiente con encuestas prediseñadas que evalúen la calidad de esa formación en TIC. Es imprescindible que, sea el responsable de la asesoría o el formador quien explique dicha evaluación a los docentes formados. No hay nada mejor que hacer una evaluación en abierto y transparente más allá de formularios de Google Docs que, la mayoría de docentes formados si no fuera porque son de obligatoria realización al finalizar la formación, no rellenarían.
Finalmente lo más importante cuando se habla de formación en TIC... olvidarse de la herramienta y plantear qué soluciones nos aportan su uso o qué metodologías nos permiten esas TIC tan divinizadas por unos y demonizadas por otros. Que, al final, lo de las TIC no es nada más que algo que debería ayudarnos a hacer las cosas en el aula de una manera más sencilla y establecer algunas mejoras en nuestras prácticas habituales. Obviar lo anterior es algo que, por desgracia, lleva a que la formación en TIC, en la mayoría de ocasiones, se haya convertido en una mera acumulación de cursos de formación sin ningún sentido.
Jordi Martí | noviembre 10, 2015 en 5:56 pm | Etiquetas: formación | Categorías: EDUCACIÓN


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